REPERTORIO AMERICANO 203 Estas poesías de Maruja VIEIRA (En Rep. Amer. TODO LO QUE ERA MIO Todo lo que era mío.
La clara voz del padre y el eco de sus pasos despertando la infancia.
Las manos de la madre, con su cálido estigma de ternura sobre la tinta fresca de las cartas.
El rostro del hermano, ya copiado en el hijo con ríos y cometas y una lámpara nueva junto a la vieja lámpara.
Mis libros, mi silencio; la armonía brumosa de las calles, el parque con su hierba de domingo, la puerta musical de Santa Eulalia.
La mano conocida, la palabra prevista, la quietud del encuentro con lluvia en los cristales. BAIXENCS Maruja Vieira (Popayán, Colombia, 1953)
Simple, sencillo, tierno.
Todo lo que era mío se me quedó tan lejos!
HERMANO.
El imposible Salmo (En Rep. Amer. Esta mañana amaneció Diciembre.
Si no me lo dijera el calendario lo sabría en el aroma de los pinos que viene desde lejos.
Amaneció Diciembre con lluvia en la colina.
Lleva un árbol del campo, vistelo de colores.
El cedro de la Casa de Bolívar dá flores ténues de madera que parecen estrellas vegetalesLleva del campo un árbol que le diga a la madre cómo sigo viviendo mis Diciembres desde el primer Diciembre, en su regazo. Toma, tierra humillada, bondadosamente mis rodillas humildes, toma, Dios desconocido, bondadosamente mi creyente palabra.
JEREMIAS. Stefan Zweig.
Luego, en la noche de la Nochebuena, espérame con ella bajo el árbol.
Al volver de la orilla de la eternidad al mundo, con sed de una razón para morir que me redima de la fatal y vana y vegetativa existencia, quiero decir un salmo de mi evangelio entrañable.
Un salmo que deberíamos decir los poetas en frases elementales, sin cadencia ni rima.
Un salmo que deshoje la margarita del alba después de abrirse paso entre el estupor de mi insomnio; que desde la más abismal de todas mis raíces suba a encender su poma en la más alta de mis ramas, con intención de dádiva como el olivo y el faro.
HORA EXTRAÑA, LEVE Hora extraña, leve; se borra el contorno del tiempo.
La música viva del aire está quieta; la flor del silencio deshoja uno a uno sus pétalos.
Suavemente viene cruzando caminos de amor, tu recuerdo.
Quiero decir un salmo en la mitad del siglo XX siglo de urgencia, de vehemencia y de demenciaUn salmo equidistante de todas las inquietudes, que acelere el pulso febril de los sacros anhelos y que concierte en un punto común las antinomias.
Un salmo saturado de lágrimas y sudores pero estremecido de eternidad y de esperanza, que hiera la conciencia empedernida de los vivos y que perfore el sopor infinito de los muertos.
MAYO Quiero decir un salmo al dios soterrado en mí mismo al dios elaborado a mi imagen y semejanza, que es por lo tanto ambiguo, voluble y contradictorio, pero que en horas supremas es veraz y absoluto y me asiste y me exalta cuando voy a derrumbarme.
Un salmo al dios que recoge mis silenciosos trenos y trueca mi humildad en una feraz sementera donde frutece el arbusto del gozo innumerable.
Viene Mayo con sus noches de lluvia y siis hogucras Viene con tu recuerdo.
Tu recuerdo es el río de la playa tibia espuma y arenaTu recuerdo me toca las mejillas con un roce de labios insistentes iy todo vuelve a ser amor y llamas y espuma y olas verdes!
Quiero decir un salmo que no esté escrito en la Biblia, que surja de mis entrañas como un lirio de fuego y comunique mi temblor a las pocas criaturas todavía capaces de comprensión solidaria, a las conciencias vivas, aún con antena y con sonda para el mensaje sidéreo y el submarino hallazgo. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica