REPERTORIO AMERICANO 317 Elegía crepuscular Ayer. hoy. mañana. En Rep. Amer. Envío del autor, en Rivas, Nicaragua. En Rep. Amer. Dos árboles solos en la plaza triangulada.
Dos árboles, sin cédula, sin sensualidad, sin palabras.
Sin esas lenguas de viento color amarillo nebuloso que gobiernan las arboledas castellanas.
Solos.
Huérfanos de hombres podadores y de niños con navajas.
Frente a una iglesita que dice misa a las seis de la mañana.
Solos.
Sin un hombre borracho que les abrace y diga mojigangas.
Junto a nadie, Solos.
Paciendo sobre el asfalto de la plaza.
Pero, a las doce, se ha citado el círculo nocturno en la plaza triangulada.
Quizá lleguen sombras o la luna con sortijas plateadas.
Mas, no pasa nadie.
Ni a las doce, Ni a las cinco de la mañana.
Ni a las seis van las viejas a la iglesia a enredar los dedos en agua.
No pasan campesinos, ni caballos ni carros con mulas pardas.
Sé, sin embargo, que los árboles tienen nervios y violencias y deseos de beber en la taberna aguardiente de Cazalla.
Pero están solos, con los nervios podridos por el paroxismo de la calma.
Solos, sin nadie. Sin nada.
En un paisaje, azul de distancias.
vive un recuerdo, triste, de nostalgias.
Ingrimo pienso en aquellos días desolados descarnados de tiempo y de melancolías; de juveniles alegrías y de viajantes sueños a tierras ignoradas.
iSon cascadas de pureza intima desgajadas de la ausencia!
Es la sana infancia que regresa de un viaje adolescente, es como una cosa vieja, inútil, pero satisfactoria.
Hoy, en mi soledad, es una evocación a mis pasados anos, llega queriendo borrar angustias del presente los amores presentidos que hoy bogan y no precisamente, en forma de apacibles corrientes.
Son sus transfiguraciones: carcajadas violentas de pasiones prodigadas tristemente. esto es lo que importa. Dejar ir el presente?
Mentira, es imposible. Regresar al pasado? Eso, no curaría la gran incertidumbre que es la gloria.
Luego hay que vivir en inquietantes sombras de futuro olvidando aquellos juegos locuras de muchacho. los regios cariños de la abuela, los castigos en las tardes lejanas de la primera escuela, Hemos crecido, y se ha hecho viejo el tiempo.
Ayer, blancas interrogaciones.
Hoy, dudas y mixtificaciones.
Mañana, iqué alegría!
de nuevo hablaremos del pasado.
Gabriel URCUYO GALLEGOS.
En México el año 1948.
Manuel GUTIERREZ de la FUENTE.
Sevilla, España. 1950.
El nuevo hogar (En El Tiempo de Bogotá. 12 VIII 48. Todo está en crisis en estos tiempos. la y colegios, con los más variados auditorios y crisis alcanza a la más antigua de nuestras ins las más diferentes colectividades.
tituciones sociales: la familia.
Más de una vez, en el curso de estos libres Que la familia decae, que los vínculos do debates, un muchacho, veterano de la gue.
mésticos se relajan, que el hogar se apaga. es rra, se ha levantado para interrogar con voz una lamentación que el lector habrá oído ya sombría: Profesor Lindeman. qué posibilimuchas veces. Pero ahora esa queja no provie dades tiene realmente nuestra generación, en ne de los viejos, para quienes cualquiera tiem un mundo como éste, de constituir honradas po pasado fué mejor. Brota de labios de los jó. y sólidas familias?
venes. No son ya los padres los que deploran Estudiantes de las escuelas superiores, prela decadencia de la familia: son los hijos. No guntados acerca de los más urgentes problemas se plantea el problema desde un punto de vis de América, no han dudado en responder que ta conservador, tradicionalista, sino con un el primero de su lista sería este: Una vida de sentido futurista, con un espíritu renovador y familia mejor. Sí. Es hoy la juventud, y la casi revolucionario.
juventud de un país a su vez joven como los Un tipo del hombre moderno es Eduar Estados Unidos, la que, según Eduardo Lindedo Lindeman, profesor de la Escuela Univer man, busca ansiosamente la manera de crear sitaria de Trabajo Social, en Nueva York, y un hogar mejor que el que crearon sus padres.
especialista en el estudio de la actual vida ame. No se trata de restaurar el hogar antiguo.
ricana. El nos cuenta, en un interesante ar El mundo cambia, el mundo marcha, mejor o tículo de la revista Survey Graphic, cómo peor; el tiempo no es reversible; no vuelve el ha discutido extensamente sobre ese tema de pasado, y toda restauración es un sueño conla familia con jóvenes de diversos grupos y disdenado al fracaso. O, visto de otro modo: totintos lugares, con alumnos de universidades da positiva restauración es, en el fondo, una revolución. Cabalmente la crisis de la familia nace en nuestros días de la dificultad de adaptar esa institución venerablemente antigua a las nuevas condiciones de una sociedad inquietantemente moderna.
Para remediar la crisis hay que empezar por conocerla en toda su profunda gravedad.
El profesor Lindeman pasa revista a los actuales enemigos de la familia: movilidad, debida a los nuevos medios de locomoción; inseguridad económica; escasez de viviendas, esa paradoja de que en la nación más rica del mundo no haya habitaciones suficientes para albergar a sus ciudadanos: cambios de orientación respecto a la vida sexual; anticuados e inadecuados servicios de ayuda y beneficencia para las familias en situación apurada; disminución del sentimiento religioso; guerra y miedo a la guerra, y, sobre todo, una civilización aceleradamente industrial, en la que todavía no sabemos cómo organizar y sostener familias sólidas.
Una familia sólida. un hogar basado en una firmeza de roca en medio del vaivén de la vida actual y las oleadas de nuestro tiempo, he ahí un ideal difícil pero atrayente por su misma dificultad. Qué es lo que constituye la verdadera solidez de la familia? No estudia el profesor neoyorquino el aspecto externo y, por decirlo así, mecánico del problema, sino el interno y orgánico. Por eso no cita estadísticas, ni toca cuestiones jurídicas, ni habla de separaciones y divorcios. Una familia no está unida por el simple becho de que sus miembros Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica