1Repertorio Americano CUADERNOS DE CULTURA HISPANA Tomo San José, Costa Rica 1958 Febrero NO Año 36. Nº 1182 Ahora estamos a tan pocas horas de su partida, que renunciamos a lo que no sea el lado humano de la evocación, anotando un puñado de recuerdos, con prescindencia de esas meditadas consideraciones que otros podrán hacer con más autoridad que quien esto escribe. Porque esta es, exclusivamente, la hora del sentimiento.
Un gran profesor nos condujo, en años de estudios secundarios, ante el pensamiento de un filósofo uruguayo.
El profesor. lo recordamos con a.
gradecido cariño era Luis Gil Salguero. el filósofo, Carlos Vaz Ferreira, naturalmente. Le conocimos a través de «Lógica viva. Muchas cosas se nos escurrían del entendimiento; pero más tarde descubrimos que aquella asimilación imperfecta de su enseñanza, era cosa prevista, nada desdeñable, manera fecunda, según el Maestro, de remover inquietudes, porDr. Carlos Vaz Ferreira (1939)
que, decía. lo parcialmente inteligible es un fermento intelectual de pri.
mer orden. fuimos comprendiendo que aquel esfuerzo intelectivo, que nos pareció estéril, podía fructificar más adelante. Eso era lo valioso. Por.
nina rimfatia.
que la inteligencia no desaprovecha nada la memoria selecciona naturalmente lo que le apetece.
Desde entonces el nombre de Vaz Ferreira volvió a resonar muchas veSE FUE EL MAESTRO: en nuestro oído. Hasta que un día de 1944 conocimos al hombre. Ya El último consejo de Vaz Ferreira tenía la misma estampa física que le Por Dora Isella RUSSELL vimos siempre. Fluía de él una extraña combinación de ternura (Envío de la autora) fortaleza. La apariencia o, mejor, la presenNunca asociábamos a Vaz Ferreira sitar de la presencia corpórea. Ven cia afable, recubría un espíritu ardiencon la muerte. Parecía que no iba a drá después la serenidad para el jui te y templado, movido por un interés morir; que no podía morir. Le veía cio valorativo, para la revisión crítica, ecuménico, solicitado por todas las innos anciano pero invulnerable, frágil para la ubicación inamovible de un quietudes; espíritu que no conoció la pero resistente.
prestigio que ya ha ganado la poste claudicación ante un problema ni la Todavía no lo creemos.
ridad. Estamos demasiado próximos transigencia ante un ideal. Defendía con entereza sus convicciones, pero La muerte de Carlos Vaz Ferreira para ser ecuánimes, y podemos incu, sabía también rectificarse, enmendarrrir cobrará, con el tiempo, su dimensión por igual en las generosidades se; su pensamiento, lejos de todo dogirreflexivas verdadera, su resonancia americana.
sea paradójico matismo, flexible, elástico se Ahora sólo sabemos de la congoja unir la reflexión con la generosidad, adaptaba a las mutaciones de la vida, inmediata, el desgarramiento del tránen las negativas escépticas. Más y eso explica el dinamismo y la cualisito reciente, la desaparición concreta tarde, más allá de la pasión estimati dad fermental, no estacionaria, en dede su silueta familiar y característica, va, el verdadero Vaz Ferreira irá asu venir constante, de su ideario.
que despertaba afecto e imponía reve miendo, a medida que corran los días, Predicó Vaz Ferreira infatigablerencia. Pero lo bueno de las devocio el contorno trascendente de su empi mente la importancia del estudio denes, de las admiraciones, es no nece nado magisterio, sinteresado, pues ambicionaba geneney Porr al Refectoris menina wart and ces acaso era Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica