186 REPERTORIO AMERICANO letras novelistas, ensayistas, historiadores, etc. que sólo escriben en prosa. Nuestros poetas son todos tan buenos prosistas como bardos y a la vez se ejercitan con brillante éxito en esos dos géneros literarios.
Dr. García Carrillo CARDIOLOGIA (Radioscopía y Electrocardiografía. METABOLISMO, VENAS VARICOSAS.
Rafael Heliodoro Valle no fué una excepción en esto que es ya casi una regla en las letras hispanoamericanas. Por el contrario, debido al ejercicio continuo de su profesión periodística y a la derivación de su intelecto hacia las disciplinas históricas, se ha convertido en un prosista, cuya obra en la actualidad ha alcanzado respetables proporciones en número y calidad.
Sus teléfonos: 1254 y 4328 nos tildan de hueca e inconsistente. Se quiere que se emitan los juicios en términos apropiados, sin oropel retórico ni galas líricas. Pero yo no soy crítico y uso de los términos que me vienen a las mientes y que si no entran en lo que preceptúan los cánones, no es por mi culpa. Digo, pues, que Valle es un poeta musical por idiosincrasia. No es un poeta trascendental, porque ni lo ha querido ser ni le llevarían nunca en ese terreno buscador de resonancias, sus íntimas predilecciones.
En vasos de delicada factura, tan frági.
les como los áticos a pesar de estar hechos de barro mestizo de América, sirve los vinos de sus odres y se complace en empenacharlos de espuma, para que en ella la luz haga todos sus juegos malabares. Visión colorida, música de cristal, he aquí la dualidad que singulariza su poesía. Es en último caso un heredero de los grandes liricos españoles y se columpian sus versos en esa trayectoria estelar que viene desde Boscán, Góngora y Calderón de la Barca, maestros inclitos del verso musica. No ha traído tampoco un nuevo mensa.
je ni lo ha pretendido. Su mensaje es el que confía la Belleza a sus dilectos. él lo ha dado a conocer bajo el cielo americano, si se quiere como un chisporroteo de estrellas o como un desgrane de notas que enmielan oídos y almas con el sortilegio de sus melodías.
La palabra que canta es su expresión connatural. Clásico o moderno, tradicionalista o vanguardista, en sus versos hay la vibración de un espíritu finísimo que sabe oír y captar las celestes armonías. esto no es dable a todos. Valle. y resulta redundante decirlo) maneja el ritmo con destrezas consumadas. La poesía no tiene secretos para él y con igual maestría erige las catorce torres ebúrneas de un soneto que termina la áurea filigrana de un madriga. Subjetivo, polífónico, que recorre todo el diapasón del alma y usa de todos los registros de sus órganos catedralicios, elegante, versolibrista a veces, en lo que concierne a la métrica y no al ritmo, Valle es un esteta refinado que rehuyendo actitudes de magister sólo ha asumido lo que gusta más a su espíritu: la de cultivar rosales de ensueño para coronar de rosas las horas que pasan. El prosista La prosa periodística no requiere sino calidad y llaneza puesto que, destinada a la comprensión de las masas, lo que se busca con ella es llegar hasta el entendimiento de los más ignaros. bien: aún en la prosa noticieril, Valle supo poner delicadezas de estilista y sus mínimas gacetillas revelaban siempre al hombre diestro en el manejo del lenguaje. Pero en sus comentarios de individuos y de hechos al margen del noticierismo, su prosa fué ágil, a veces traviesa, salpimentada de ironía, con giros novedosos en el mismo enlace del comentario. En el fondo se veía invariablemente al poeta, como las guijas en los diáfanos arroyos.
rir la concisión de lo que se expone como aserto centífico o como corolario o juicio a lo documental. El poeta desaparece para dar paso al analizador imperterrito que debe ahogar a veces sus sentimientos personales ante el panorama histórico y ante el examen imparcial de un individuo. Tengo para mí, que cuando se haga la crítica de la obra total de Valle, ya en el terreno de las apreciaciones definitivas, habrá que insistir en las diversas modalidades que presenta como prosista, desde el aspecto que lo apareja por su estilo de cronista al Darío de sus épocas juveniles hasta el que lo hermana con los más sesudos comentaristas del pasado histórico. Esta gradación resultará una de las más interesantes caracte.
rísticas del intelecto multiforme de Valle.
Historiador y maestro Se le llamó a veces el hombre de los mil seudónimos. porque para poder dar a basto a las solicitudes de colaboración que de todas partes le llegaban, lo mismo de la República Argentina que de Cuba o de Bolivia, necesitó ocultar su nombre en pseudónimos, muchos de los cuales adquirieron gran popularidad bien pronto. Hubo ocasiones en que en una misma revista aparecieron cuatro o cinco artículos sobre diversos temas salidos de la pluma de Valle, pero firmados con distinto pseudónimo. Nadie que no estuviera en el secreto habría podido decir que eran del mismo autor, porque se diferenciaban no sólo en asunto sino en estilo. He aquí una demostracón de esa lozanía espiritual, de esa ductilidad mental que se ha señalado como característica de Valle. en sus libros de relatos históricos bre.
ves, como El Espejo historial, esta persistencia poética es todavía más definida. así, en consorcio deleitoso, se encuentran allí la erudición del investigador y el exquisito espíritu del poeta. Su prosa es siempre cintilante, donosa, ligera y alada. Echa, como lo pedía un gran novelista lusitano, el velo diáfano de la fantasía sobre la cruda realidad de las cosas y de allí que sus narraciones tengan un colorido vívido y nos instruyan deleitando como lo querían los antiguos.
En las obras de mayor envergadura como en Santiago en América, y en Cristóbal de Olid o en La Cirugía Mexicana en el siglo XIX, el prosista abandona el lirismo que esmalta como con pedrerías sus parrafadas, para recuperar la sobriedad y la sencillez apropiadas a estudios de esa naturaleza.
Prosa en la suya, entonces, tan límpida y fácil como la del mejor cultivador de ese género. Justamente por haber adquirido en las disciplinas del diarismo y del ensayo, el sentido de las proporciones, se ajusta a la precisión requerida para evitar la superabundancia del vocablo inútil y para adqui.
Pasado el ardor lírico de la juventud, que precisamente por su impetuosidad y su desbordamiento busca siempre los cauces de la rima para mejor exteriorizarse, los poe.
tas anhelan el remanso de la prosa como un instrumento más contentivo de sus inquietudes espirituales. Sucede con frecuencia que los poetas, en nuestro Continente sobre todo, son además hábiles manejadores de la prosa y tienen con esta dualidad una superioridad sobre ciertos hombres de El poeta, enamorado eterno del misterio, fué llevado insensiblemente hasta los cam.
pos de la investigación histórica, pródigo en asuntos que tienen a las inteligencias ávidas a la par de verdad y de belleza. Lo que para otros constituye solamente la pasión de adentrarse en hechos que ofrecen amplio material para dar rienda suelta a una sed de disección implacable, fué para Valle un placer muy acorde con su temperamento de poeta. Aquellos que se consagran a la investigación del pretérito con el prurito de un desenterrador de cadáve.
res, no tienen parentesco alguno con Va.
lle, que enderezó sus pasos por los senderos de la historia más con la sonrisa del artista que con el avinagrado gesto del aristarco. Lo tentó la historia por su esencia estética y no por su entraña de ciencia igualitaria y fría. Pero escalando las cimas por los peldaños de lo artístico, se ha encumbrado hasta la meditación profunda del razonamiento que se despoja de todo embarazo lírico para contemplar las perspectivas de la evolución humana con la serena mirada del pensador.
Se ha dicho de él que es un especialista en la compilación de datos, que es sólo un acumulador de referencias históricas; pero ello queda desmentido cuando se leen sus obras como el Cristóbal de Olid o sus mag.
níficos prólogos a La Anexión de Centro América a México o al Bolívar en México, en las que el juicio propio obedece a estudios detenidos de la materia y se expone un criterio nacido de la observación y del detenido examen de las condiciones mesológicas, de hombres, de causas endógenas y exógenas de un acontecimiento. De su estudio Como era Iturbide a las biografías más recientes que ha publicado sigue una trayectoria que marca su afianzamienLic. ANÍBAL ARIAS Abogado y Notario Apartado 2352 San José. Costa Rica Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica