Violence

REPERTORIO AMERICANO 243 SELECTA La Cerveza SON DORMA XIN SELECT del Hogar Our con todo, el último poema de Enrique González Martínez es, contraste de contrastes, un poema político; político en el sentido más amplio y lírico del término.
Cuando anunció los perfiles de su poema, los que le admiramos mucho y estimamos más, quedamos entre suspensos y temerosos. La edad del poeta levantaba sospechas de acomodamiento a lo circundante y de obra sin nervio ni erguidez. Cuando tuvimos el poema en nuestras manos suspiramos tranquilos. La consabida maestría que alguna vez ha jugado coartada a la afiliada emoción, se mantiene en Babel fresca y valerosa, levantada y armónica. La durísima prueba del terceto aconsonantado inevitablemente transida de la alusión dantiana, es como una hazaña peleada directamente con la materia definitiva. En esta forma estrófica no admite ni tanteos ni retorno. se le vence, o se cae vencido por ella. González Martínez venció otra vez.
El tono es claro y sobrio, de un clasicismo sin mohos ni pastiches; y el viejo temblor, vestido de firme eficacia lírica, se mantiene y vence.
Babel no es, no puede ser, una profesión de fe; pero es lo que puede ser: un repudio elocuente de la mala fe. Es cierto que al retornar de su selva oscura el poeta no ha encontrado ni reposo ni luz. El poema se cierra con estos versos de alta y solemne desolación: EXQUISITA SUPERIOR Mi final decisión quedó burlada, las alas, sin vigor para el ascenso y medrosos, los pies en la bajada.
Como flotante nébula de incienso que no alcanza la cúpula vacia, entre la tierra y el azul, suspenso, soy juguete del viento todavía.
Pero el ímpetu del hombre y la fuerza creadora del artista, aun entre los vientos de la feroz encrucijada, se alzan implacables contra la fealdad de la guerra. Todo Babel está sembrado de este santo horror: No se puede huir del campo ensangren samente lograda al correr de los siglos.
tado mientras Caín no detenga su carrera. Por qué entonces alarmarse por los gritos de paz, por la plegaria de las almas bue ¡Maldito seas, matador de hermanos! nas en favor de un acuerdo de fraternidad entre los hombres? Mientras no alenoyó gritar; mas él, indiferente, temos en una sola fe, en tanto que las apartaba las sombras con las manos.
fronteras nos dividan y el concepto de raza nos separe; mientras el hombre sea, El poeta no penetra e! modo decisivo de sin confesarlo, el lobo para el hombre; lograr la unidad esencial, la igualdad defimientras la enemistad surja por una panitiva, madres de la paz; pero sabe que to labra que no es la nuestra o por un sentida división rencorosa desemboca en la in miento que no compartimos. por qué no gre: juntarnos en noble defensa ante el peligro común que nos amenaza y dar tregua a la ¿Por qué dices oriente y occidente?
injusticia y a la violencia? mí no me amendrentarán nunca interpretaciones ma¿Por qué bifurcas la esperanza humana lévolas ni juicios aventurados o incomsi corre al mar desde la misma fuente?
prensivos sobre mi actitud condenatoria de la guerra. Yo seré un pacifista hasta que la Tiene mucho interés que, al comentar muerte cierre mis ojos; un hombre que su poema último, González Martínez invier condena como un crimen la agresión arta sus términos y corone con la esperanza la mada. Condenaré desde lo más profundo de mi conciencia el uso de armas movidas duda angustiada con que lo cierra. Parece como si la terca vitalidad, diosa propicia por fuerzas cuyo empleo se desvía de su fin benéfico y creador hacia la destrucción del cantor y del hombre, impusiera al fiy la muerte.
nal sus derechos inalienables. Oigamos, si Soy pacifista porque soy hombre civilino, sus claras razones: zado y porque sé que la violencia nada re.
suelve. De ningún conflicto se libera el EL SUENO REALIZABLE mundo con la sangre vertida en los campos de batalla, y muchos problemas se re!
Todo el poema es un canto a la paz, una suelven con la cordialidad de un pacto o condenación de cuanto la impide o la percon la eficaz persuasión de la palabra.
turbe. Revela toda la angustia del poeta Nunca perdonaré a los que aprovechan las frente a la ceguedad humana; se indigna conquistas de la investigación científica al contemplar la codicia, engendradora del para llenar el mundo de cementerios y semodio y de la violencia. Presiente que la trebrar de cadáveres anónimos el campo que menda catástrofe puede volver mientras la antes ocuparon árboles y espigas, mientras cobardía humana no quiera o no sea capaz la ciencia, la buena ciencia, se afana por de contemplar de frente la verdad. la descubrir secretos para la salud y el bienesperanza, que alienta en todo el poema, estar de los hombres.
vacila al final como un jirón de niebla sus Babel expone en forma lírica mis íntipendido en las alas del viento.
mos sentimientos en la hora actual, preña.
da de peligros, saturada de incomprensión Los horrores de la última guerra y la y enferma de intolerancia. El largo poema crueldad de quienes provocaron el confliccontiene casi al final, estas palabras: to y obligaron a los pueblos agredidos a la misma odiosa respuesta no se apartan me puse a soñar. miré al hombre todavía de la imaginación atormentada. en comunión de fraternal sosiego, Nadie ignora que un nuevo choque belicosobre una patria con el mismo nombre; so, con armas de incalculable poder, amenazantes de ciudades abiertas en que cirtenderse hacia el azul un mismo ruego culan las mujeres y los niños, con instrudulce y coral; arder en cada entraña, mentos mortíferos que se desvían ignomi al soplo del amor, un mismo fuego.
niosamente de los fines benéficos de la ciencia, amenaza la vida del mundo o ama Un sueño lejano; pero realizable, cierra ga la destrucción de una eultura trabajoel poeta. Cómo arrancar el odio de la tierra, cómo ascender con alas de querube si está en mitad del corazón la guerra. Qué turbión infernal desató el daño en la grey sin redil. Qué sombra densa cegó al pastor y dispersó al rebaño. Por qué un grano de amor no se condensa en aquel río de salobre llanto que va cruzando la llanura inmensa. No hay un ángel guardián que tienda el de pureza y blancor en la secreta (manto mansión del odio. Se ha extinguido el (canto?
El poeta podría solazarse en sus soliloquios, abandonarse a sus sueños, ensimismarse en su vuelo. El ímpetu magnánimo, que vela en lo más íntimo de la ansiedad, se lo impide: Pensé que cada angustia y cada herida pedian la caricia de mi mano y no la inhibición de la partida. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica