Liberalism

REPERTORIO AMERICANO Tomo XLV CUADERNOS DE CULTURA HISPANICA San José, Costa Rica 1949 Martes 20 de Setiembre Afio XXX. No. 1095 No. 20 El ejemplo de VARONA (En El Nacional. Caracas mayo 1949. y disponiendo de nuestro respectivo destino nacional, podía reanudarse el diálogo con la originaria cultura española que quebrantara la guerra emancipadora.
En coincidencia con el Congreso de Literatura Ibero Americana celebrado en La Habana bajo los auspicios de la Universidad durante la segunda quincena de abril, Cuba ha conmemorado con numerosos actos de cultura el centenario de su gran pensador y prócer civil Enrique José Varona. continuación insertamos el breve ensayo leído por Mariano Picón Salas, en nombre de los escritores hispanoamericanos invitados a la conmemoración, en uno de los actos públicos organizados con tal motivo: 89 Brumas, humosos vapores de Teología, dice Varona con su contemporáneo González Prada cuando advierte con tanta angustia como la opresión política, la prolongada opresión espiritual. Necesita oponer un libre mundo laico al mundo conformista y reprimido, demasiado paciente en la tierra para esperar su premio en el cielo, del antiguo sistema colonial. tantos años de distancia podemos desvalorizar y des cubrir las limitaciones de aquella actitud positivista; ya no juramos por Spencer o por Darwin como hace siete décadas y perdimos la ilusión de que las ciencias de la naturaleza no sólo nos aclaren los misterios del mundo sino nos alivianen, también, todas las angustias del alma. Aquello pudo periclitar como el lenguaje y provisoria utopía de una época. Pero lo que queda de ejemplar y viviente es el altivo espíritu crítico con que aquella generación liberal de que Varona fué uno de los más altos intérpretes, se enfrentó con su circunstancia y preparó un ámbito más libre para el futuro hombre hispanoamericano. Cuba quería nacer, y fué Varona después de Martí uno de los padres que le llevaron al rito de su bautismo, a iniciar su personalidad histórica por la superación dialéctica de cuanto había de medroso, reticente y humillado en el sistema colonial.
LES ANNALES YTLANTIC MASSAGER Varona De Bolívar a Varona, de la a la V, de 1810 a 1898, de 1898 hasta estos días cn que en muchos países de América la Libertad pide la hazaña de nuevos prometeos, la mejor historia del espíritu hispanoamericano es una historia de inconformismo e insurgencia. La palabra Libertad opuesta a la autoridad de monarcas y virreyes turba como un fascinante filtro el alma de las colonias dormidas y empezamos contra el infortunio y la naturaleza de que se dolía románticamente Bolívar, un duro, todavía no salvado, camino de liberación. Primero reclamamos el derecho a nuestra propia tierra y aún seguimos como SUma angustia reivindicando el derecho de disponer de nuestra propia alma. Aunque la Independencia de Cuba se segó como una caña bravía, durante largos lustros, en el desesperado combate de la manigua, las grandes almas de la tierra insular, desde Varela hasta Varona, desde Luz y Caballero y Saco hasta el relampagueante apostolado de Martí sigue preparando al hombre cubano para el en que deba afrontar la responsabilidad de uria patria recién nacida. Traídas de todas partes, pero cubanizadas por la pasión de aquellos grandes hombres, durante el siglo XIX, se siguen vertiendo ideas en un como caudal de emoción colectiva que ha de arrostrar los mailos sueños, dudas y prejuicios del colonialismo. Visto por Massaguer. gran día Esta valiente invitación de libertad; esta autognosis de quien no se satisface con lo siempre repetido y siempre transmitido porque quiere someter toda noción y todo dato al veredicto de la propia razón, este incansable combate contra todos los tabús del convencionalismo moral, es lo que siempre puede aprender de Varona un lector de estos días. Su cubanidad es también universalidad, conquista de la conciencia liberadora. nos transmite su lección en una prosa que tiene la brevedad y a veces el mordiente encanto de un epigrama clásico.
Hazaña de Varona no fué sólo darse a su tarea civica de cubano, sino crear, también, el método intelectual de esa transformación. Libertad y cultura eran indivisibles en esos años preparatorios de la Independencia. Patria nueva, alma nueva, debió pensar el joven expositor que allá por 1880 se dispone a enseñar a sus compatriotas la Lógica, la Etica, la Psicología, la más amplia y ambiciosa cosmovisión del siglo XIX. Un liberalismo que anhelaba ser científico, así como fué romántico y emocional el de cuarenta años antes. al mismo tiempo porque Varona es fundamentalmente un escritor quería probar en la insurgencia que el espíritu cubano había planteado ya a su metrópoli, que la descaecida literatura española de entonces se había quedado atrás en el movimiento del espíritu europeo. Así como otros cubanos de su tiempo iban a buscar al extranjero armas para la rebelión, el fué a buscar cultura e ideas para la independencia espiritual. De cuanto había de osado y nuevo en las letras y ciencias europeas de aquel tiempo, debía nutrirse la renovación de su patria.
Se hablaba mal de España en esos días no sólo porque los pueblos de América habían crecido bastante para merecer un diferenciado destino, porque aspiraban a una Historia superior, con otras preocupaciones humanas, que las de las menguadas luchas dinásticas y pronunciamiento de generales en que concluía la antafio desbordante historia del Imperio español, sino porque tampoco aquella España fernandina, isabelina, alfonsina, era capaz de satisfacer nuestra apetencia de vida moderna. Era la del siglo una aspiración liberal y laica, y las formas del Estado español nos mantenían en el enclaustramiento xenófobo, bajo la autoritaria encomienda de la Iglesia. Hasta el galicismo y el neologismo de que se había gloriado Sarmiento, era en aquellos días los más pobres y menguados de la rica cultura hispánica un imperativo de liberación. Sólo borrando toda aquella huella de servidumbre Pertenece, por ello, el maestro cubano a la gran familia de nuestros libertadores, a las almas prometeicas que cada día nos fortalecen en la tarea infatigable, jamás agotada, de afirmar contra el miedo, la mentira y el prejuicio la libre soberanía del espíritu. Lo habrán recibido en los Campos Elíseos aquellos pensadores estoicos, amigos suyos, que aceptando la fuía desilusión del mundo y el aprendizaje de la muerte, levantaron sobre todo naufragio la scñera autonomía de la conciencia humana.
Mariano PICON SALAS.
La Habana. Abril de 1949. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica