Hitler

232 REPERTORIO AMERICANO BAIXENS Don Fernando Ortiz en su estudio Los problemas raciales contemporáneos Por Fernando ORTIZ (En el Rep. Amer. Lectura en la habanera Universidad del Aire. el día de abril de 1949. La Universidad del Aire, por ser universidad más que por ser del aire. debe percibir todas las ventolinas del pensamiento contemporáneo, al revés de los centros de enseñanza estancados, surgidos para propagandas unilaterales, que no pueden vivir sino en aire acondicionado y rehuyen las corrientes libres.
Es lógico, pues, que en esta antena de universitaria radiofonía se sientan las ráfagas de los problemas raciales contemporáneos. Daremos primero las conclusiones del tema, según la ciencia, recogidas en nuestro libro El engaño de las Razas (1946. y luego aludiremos a su repercusión actual.
El racismo es, sin duda, uno de los más graves problemas que tiene América por resolver en todos sus climas, latitudes, lenguajes y religiones. Los viejos prejuicios raciales han sobrevivido a la esclavitud, pero se prolongan en los regímenes de efectivas supeditaciones que aún se sufren. a ellos se unen los renuevos racistas traídos del mundo ultra atlántico por fascistas, nazistas y falangistas. Toda América está sintiendo esos dolores, porque en ella son varios los grupos humanos, calificados como razas. que están en contraposiciones sociales intensas, agriadas y cada día menos estables, y porque toda América es mestiza.
Contra los racismos está la ciencia. El VIII Congreso Científico Panamericano de Washington, en 1940, cuando los ejércitos de Hitler invadían las naciones fronterizas, tomó un acuerdo unánime que dice: Considerando que la expresión raza implica una herencia común de características físicas en grupos humanos y que no se ha demostrado que tenga conexión alguna causal con realizaciones culturales, cualidades psicológicas, religiones ni lenguajes, Se resuelve: que la antropología rehusa prestar apoyo científico alguno a la discriminación contra cualquier grupo social, lingüístico, religioso o político, bajo pretexto de ser un grupo racialmente inferior.
El Acuerdo XII del Primer Congreso Demográfico Interamericano, celebrado en México el año 1944 dice: Se resuelve: Recomendar a los Gobiernos americanos que rechacen en absoluto toda política y toda acción de discriminación de carácter racial. Que para tal fin, el vocablo taza no se usará en un sentido que implique, además de la herencia común de características físicas, ciertas cualidades psicológicas o características culturales, religiosas o lingüísticas; tomando en consideración que los criterios de clasificación raciales sólo connotan caracteres somáticos hereditarios, sin implicación de ningún otro carácter psicológico o cultural.
Con referencia especial al mejoramiento de la población afroamericana, fué tomado unánimemente como Acuerdo XVI de dicho Congreso, el siguiente: Recomendar a los Gobiernos de América que dicten las disposiciones que crean necesarias para impulsar lo más rápidamente posible los procesos educativos que conduzcan al mejoramiento de las condiciones de vida de las poblaciones llamadas afroamericanas. negras. o gente de color. con el fin de que la discriminación por motivo de raza o color sea eliminada en todas las relaciones humanas en general, y especialmente en aquellas situaciones que se refieren a las condiciones de trabajo, de habitación, de educación, de sanidad y de distribución de los servicios públicos; y el ejercicio de los derechos políticos resulte asegurado no solamente por la ley, sino también por los principios y prácticas que son esenciales al espíritu democrático de América; Estimular el estudio científico de las poblaciones negras, de sus condiciones, potencialidades, culturas en general, y de sus contribuciones a la herencia nacional y continental: Que los resultados de dichas investigaciones o estudios sean aprovechados en textos escolares y se difundan en forma apropiada, con el objeto de que se produzca una mejor comprensión entre todos los grupos sociales.
No obstante lo que enseña la ciencia, se insiste en decir que los seres humanos están divididos en razas distintas según inequívocos, originarios, hereditarios, permanentes y correlativos caracteres anatómicos, fisiológicos y espirituales, que determinan de manera ineluctable toda su vida individual y su historia colectiva. se pretende que superiores y otras inferiores; aquellas predestinadas para el predominio y éstas para la servidumbre.
Esas predestinaciones eran antes basadas en la mítica maldición que hizo Noé contra la descendencia de Cam. Esta leyenda en América fué aplicada igualmente a los indios y a los negros desde comienzos del siglo XVI y, por lo menos en Cuba, hasta 1896, cuando el Padre Casas, Provisor del Obispado de La Habana, publicaba que la guerra de independencia era cosa de los negros y que éstos, con su infelicidad y servidumbre, sufren las consecuencias de un castigo y de una maldición que el Pentateuco nos refiere. por la cual su inferioridad viene perpetuándose a través de los siglos. Luego se ha recurrido a los más irresponsables artilugios de apariencia científica y a las más absurdas distorsiones de las ideas.
La raza es un concepto tan histórico y científicamente convencional y cambiadizo como social y vulgarmente altanero y despiadado. Pocos conceptos hay más confusos y envilecidos que el de raza. Confuso por lo impreciso, envilecido por los despreciables menesteres políticos y sociales en que ha sido y es empleado. El mismo vocablo raza no tiene una pura generación y llega a nosotros manchado de infamia. Raza es voz de mala cuna, porque nació en la trata de animales y de mala vida, porque ha servido y sirve para la opresión de inmensidad de gentes. No hay formas corporales que sean exclusivas de raza alguna (Scheinfeld. Es imposible hallar un solo carácter específico de raza en todos los individuos de un dado grupo racial (Stibbed. Los llamados prototipos raciales son meras abstracciones (Boas. Además, no existe correlación alguna entre los caracteres psíquicos y los meramente anatómicos que se suelen reputar como raciales. No se ha demostrado que a cada raza humana corresponda un alma del color de la piel de aquélla; ni que, fuera de la fantasía, en un cuerpo de blanco pueda caber un alma negra o una blanca en la estructura corpórea de un negro. Ni se ha probado que haya razas con almas de color. No hay una psicologia racial.
No hay procedimientos científicos para establecer diferencias mentales entre los grupos humanos que se dicen razas. No puede afirmarse, por tanto, que una raza sea congénitamente superior o inferior a otra por su capacidad mental. Con absoluta responsabilidad como biólogo profesional, ha dicho Lancelot Hogben, no vacilo en afirmar que todo el conocimiento auténtico existente acerca del modo en que los caracteres físicos de los grupos humanos guardan relación con su capacidad cul.
unas razas son (Sigue en la pág. 237. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica