REPERTORIO AMERICANO 37 la más amada, el pan, la tierra, el hijo.
De día el ncbie rito del tiempo libertado, de noche la entidad estrellada del cielo.
XIII RECIBEN ORDENES CONTRA CHILE No guardaréis los bilos de la ropa harapienta, no tendréis este día sin pan, seréis tratados como si fuerais hijos de la patria. Ahora vamos a repartir la belleza, y los ojos de las mujeres no llorarán por sus hijos. cuando en vez de amor repartido, en la noche al hambre y al martirio sacaron a ese mismo, a ese que lo escuchó, a ese que su fuerza y su ternura de árbol poderoso entregara, entonces yo no estuve con el pequeño sátrapa sino con aquel hombre sin nombre, con mi pueblo.
Yo quiero mi país para los míos, quiero la luz igual sobre la cabellera de mi patria encendida, quiero el amor del día y del arado, quiero borrar la línea que con odio hacen para apartar el pan del pueblo, y, al que desvió la línea de la patria hasta entregarla como carcelero, atada, a los que pagan por herirla, yo no voy a cantarlo ni callarlo, voy a dejar su número y su nombre clavado en la pared de la deshonra.
Pero detrás de todos ellos hay que buscar, hay algo detrás de los traidores y las ratas que roen bay un imperio que pone la mesa, que sirve las comidas y las balas.
Quieren hacer de ti lo que lograron en Grecia.
Los señoritos griegos en el banquete y balas al pueblo en las montañas, hay que extirpar al vuelo de la nueva Victoria de Samotracia, hay que ahorcar, matar, perder, hundir el cuchillo asesino empuñado en New York, hay que romper con fuego el orgullo del hombre que asomaba por todas partes como si naciera de la tierra regada por la sangre.
Hay que armar a Chiang y al infimo González, hay que darles dinero para cárceles, alas para que bombardeen compatriotas, hay que darles un mendrugo, unos dólares, ellos hacen el resto, ellos mienten, corrompen, bailan sobre los muertos y sus esposas lucen los visones más caros.
No importa la agonía del pueblo, este martirio necesitan los amos dueños del cobre: hay hechos: los generales dejan el ejército y sirven de asistentes al Staff en Chuquicamata, y en el salitre el general chileno manda con su charrasca cuanto deben pedir como alza de salario los hijos de la pampa.
Así mandan de arriba, de la bolsa con dólares, así recibe la orden el enano traidor, así los generales hacen de policías, así se pudre el tronco del árbol de la patria.
XVI TU LUCHARAS XIV RECUERDO EL MAR Este año nuevo, compatriota, es tuyo.
Ha nacido de ti más que del tiempo, escoger lo mejor de tu vida y entrégalo al combate.
Este año que ha caído como un muerto en su tumba no puede reposar con amor y con miedo.
Este año muerto es año de dolores que acusan. cuando sus raíces amargas, en la hora de la fiesta, en la noche, se desprendan y caigan y suba su cristal ignorado al vacío de un año que tu vida llenará poco a poco, dale la dignidad que requiere mi patria, la tuya, esta angostura de vinos y volcanes.
Ya no soy ciudadano de mi país: me escriben que el clown indecoroso que gobierna ha borrado con otros miles de nombres el mío de las listas que eran la ley de la República.
Mi nombre está borrado para que yo no exista, para que el torvo buitre de la mazmorra vote, y voten, los bestiales encargados que dan los golpes y el tormento en los sótanos del gobierno, para que voten bien garantizados los mayordomos, caporales, socios del negociante que entregó la Patria.
Yo estoy errante, vivo la angustia de estar lejos del preso y de la flor, del hombre y de la tierra, pero tú lucharás para cambiar la vida.
Tú lucharás para borrar la mancha de estiércol sobre el mapa, tú lucharás sin duda para que la vergüenza de este tiempo termine y se abran las prisiones del pueblo y se levanten con las de la victoria traicionada.
Chileno. has ido al mar en este tiempo?
Anda en mi nombre, moja tus manos y levántalas y yo desde otras tierras adoraré esas gotas que caen desde el agua infinita en tu rostro.
Yo conozco, he vivido toda la costa mía, el grueso mar del Norte, de los páramos hasta el peso tempestuoso de la espuma en las islas.
Recuerdo el mar, las costas agrietadas y férreas de Coquimbo, las aguas altaneras de Tralca, las solitarias olas del Sur, que me crearon.
Recuerdo en Puerto Montt o en las Islas, de noche al volver por la playa, la embarcación que espera, y nuestros pies dejaban en sus huellas el fuego, las llamas misteriosas de un dios fosforescente.
Cada pisada era un reguero de fósforo.
Ibamos escribiendo con estrellas la tierra. en el mar resbalando la barca sacudía un ramaje de fuego marino, de luciérnagas una ola innumerable de ojos que despertaban una vez, y volvían a dormir en su abismo.
XVII FELIZ AÑO PARA MI PATRIA EN TINIEBLAS XV NO HAY PERDON Yo quiero tierra, fuego, pan, azúcar, harina, mar, libros, patria para todos, por eso ando errante; los jueces del traidor me persiguen y sus turiferarios tratan como los micos amaestrados, de encharcar mi recuerdo.
Yo fuí con él, con ese que preside, a la boca de la mina, al desierto de la aurora olvidada, yo fuí con él y dije a mis pobres hermanos; Feliz año este año, para ti, para todos los hombres y las tierras, Araucanía amada.
Entre tú y mi existencia hay esta noche nueva que nos separa, y bosques y ríos y caminos.
Pero hacia ti, pequeña patria mía, como un caballo oscuro mi corazón galopa, entra por sus desiertos de pura geografía, paso los valles verdes donde la uva acumula sus verdes alcoholes, el mar de sus racimos.
Entro en tus pueblos, de jardín cerrado, blancos como camelias, en el agrio olor de tus bodegas, y penetro como un madero al agua de los ríos que tiemblan Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica