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26 REPERTORIO AMERICANO na Agencia del Repertorio Americano en Londres Stevens Brown, Ltd.
New Ruskin House, 28 30 Little Rusell Street, C1 London, England Octavio Jiménez ABOGADO NOTARIO Oficina: 25 vaars al Oeste de la Tesorería de la Junta de Protección Social TELEFONO 4184 APARTADO 338 a ta estos últimos tiempos, no se ocupa especi ca en ei fabajo. De 1865 a 1896 se fundaron ficamente de las angustias económicas del pue todas nu siras grandes compañías y nuestras blo, sino de los problemas emocionales del in corporaciones gigantescas. Simultáneamente surdividuo, en tanto ser humano. No es muy lar gieron los grandes movimientos de protesta soga la lista de nuestros escritores en este terre cial. Las con. pañías del petróleo, embalaje y no, si bien lo que flaquea en cantidad lo ga acero, los trusts ferrocarrileros, sus bancos y en la riqueza de calidad. Efectivamente, sus abogados opmieron de tal manera al puecontamos en ella a Edgard Allan Poe, figura blo que se puede decir que son ellos los prode reputación universal, que estudió en su obra motores de la lucha social. Sucesivamente se las agotadoras emociones personales de los levantaron los populistas de Kansas, los obrehombres vencidos por la vida. Herman Mel ros de los Pullman de Chicago; los arrendaville, el autor de Typee, Oomoo y Moby Dick, dores de California contra la Southern Pacific escritor en cuya obra está siempre presente Railway.
el mensaje opresor del misterio y la amargura. Ante la voluntad omnímoda de las grandes Para los que lo han leído, Moby Dick será organizaciones comerciales se doblegaron fásiempre una interpretación semi mística del cilmente nuestros Congresos, nuestra legisladevenir, presentada en forma de realidades ac ción estatal, nuestra Corte Suprema y nuestra tivas. Nathaniel Hawthorns, más que ninguno prensa. En todas partes se comenzó a decir otro escritor norteamericano, realizó en la in que la obra de las empresas comerciales era terpretación artística el altorrelieve del drama justa, que estamos en la Edad del Individuo, íntimo de un hombre o una mujer. Contem que cada norteamericano puede convertirse, poráneamente a estos tres grandes novelistas de la noche a la mañana, por obra y gracia advino Thoreau, penetrado por la injusticia de su esfuerzo individual, en un Rockefeller, de la naturaleza, de la sociedad y de los hom un Morgan, un Gould o un Vanderbilt. si bres. Los catorce volúmenes de Notas que de bien la gran masa podía ser convencida, la jó testimonian la gran simpatía que para la parte más pensante del país sabía perfectaatormentada humanidad tuvo su genio de es mente que esas afirmaciones eran falsas, que critor. Para terminar rápidamente esta lista se trataba de un plan gigantesco para engañar mencionaré únicamente los nombres de Ho todo un pueblo. Prueba de ello, prueba tamwells, Mark Twain, Henry James y Walt bién de que ya entonces el individuo estaba Withman. Ellos supieron comprender al hom muy abatido económicamente, es el hcho exbre, simpatizaron con su causa. Pero, hecho traordinario de que, en las elecciones presidenevidentemente nuevo, a despecho de su sim ciales de 1896, la candidatura demócrata papatía y compasión hacia el hombre, en cuanto ra la Presidencia de la Unión fuera ganada individuo, tuvieron ya la conciencia de que, por un abogado casi desconocido, William hasta entonces, se había llevado demasiado le Bryan, con un solo discurso, conocido en nuesjos la moral y la represión religiosa (que ca tra historia con el nombre de Cross of Gold. racterizan la vida norteamericana, hasta 1920, más aún, de que la ganara con una sola frase a pesar de que Norteamérica, en el fondo de de ese solo discurso. Esta frase es la siguiente: su corazón, desde el día en que se alzó el pri Vosotros (dirigiéndose a las grandes organimer establecimiento de Virginia, fué realista zaciones industriales y comerciales) no tenéis y verdaderamente inmoral en la acción. mo derecho de clavar en la frente del trabajo esta ral y represión llenas de crueldad, ya que acepcorona de espinas. es decir, que los proceditaban y encubrían, como algo natural y momientos financiros y legislativos de nuestras ral, la esclavitud, no solamente la de los ne grandes corporaciones habían conducido al ciugros importados de Africa, sino la de los blan dadano norteamericano a los salarios de hamcos que, con el crecimiento del industrialismo bre, a la pobre educación, a la imposibilidad en la Nueva Inglaterra, estaban siendo someti de llegar. y que ya era tiempo de que el puedos a la condición de esclavos de las máqui blo estadounidense se diera cuenta de que tonas. En realidad, se pretende frecuentemente do esto era obra de los grandes financieros yan. y yo pienso que es exacto que la querella quis.
por la esclavitud fué en parte una querella entre industriales de la Nueva Inglaterra y del No he querido, en el párrafo anterior, haNorte y habitantes del Sur: los aristocratas de cer una disgresión económica, sino probar que, la Nueva Inglaterra comenzaban a temer que, con el desarrollo económico de la nación surgracias a los negros que trabajaban gratuita gió en Norteamérica la novela de protesta somente para ellos, los aristócratas del Sur los cial. Efectivamente, de una manera casi resuperasen en independencia e importancia. Es pentina, aparece entre nosotros un nuevo tipo ta suspicacia engendró una tirantez de relaciode escritor, que comprende en forma clara la nes a la cual no era en manera alguna extra relación estrecha que existe entre la miseria ño el precio del algodón. Esto es exacto, co humana y las dificultades económicas de la mo decía, en parte, pero no hay que olvidar masa. En The Gilded Age de Mark Twain enla oposición religiosa y sentimental a la escla contramos ya al escritor que desen mascara al vitud, que fué fervorosamente sentida y practi individualismo económico todopoderoso e incada por una gran parte de los norteamerica humano de Norteamérica. En este sentido, nos. Oposición ésta que representa, en la que Twain fué quizá el primero, bien que rápirella sobre la esclavitud, la reacción bondadosa damente siguieran su camino escritores como del corazón humano y gracias a la cual es Stephen Crane quien, sin hacer resaltar de maposible albergar la esperanza de unos Estados Unidos en los que no tenga cabida la explotación del hombre por el hombre.
STECHERT HAFNER, Inc.
Mas, a pesar de que el sentimiento antiesBooks and Periodicals clavista estaba muy extendido por la Unión.
31 East 10th Str. New York 3, fué necesaria una cruenta y costosa guerra civil para que se pudiera abolir la esclavitud, y a Con esta Agencia puede Ud.
esta guerra siguió inmediatamente el desarroconseguir una suscrición al llo comercial más agresivo y realista que jamás haya contemplado el mundo. Todo el país paRepertorio Americano só de esclavitud negra a la esclavitud blan.
nera específica el sistema económico, hace en Maggie, una muchacha de la calle, un acto de acusación social impresionante. Viene después Main Travelled Roads, de Halim Garland, amarga pintura de las desgracias de un arrendador norteamericano. luego, otros más, como Fuller con The Procession, William Allan White con certain Rich Man, yo mismo con mi novela Sister Carrie y Upton Sinclair con The Jungle.
De una manera asaz significativa e interesante, estos libros marcan el fin de un período preliminar de protesta social y se producen en un período en que todo confluye a hacer creer en que los norteamericanos están resueltos a oponerse, con todas sus fuerzas, a cualquier cambio de moral social en lo concerniente a los derechos del individuo para tomar lo que pueda y guardarlo sin escrúpulo alguno. En efecto, un clamor reaccionario se eleva en la gran prensa, la expresadora de la voz de los ricos. Como si esto no fuera suficiente, el escritor insurgente se ve condenado a un verdadero ostracismo: sus editores lo rechazan, si tenía una posición social, ve alejarse de su lado a todos sus amigos. Procedimientos legales, campañas difamatorias, juzgamientos en los tribunales; nada se ahorró contra el autor de un libro de protesta contra el sistema social norteamericano, basado en el confort y riqueZa de una minoría rodeada de la terrible miseria del pueblo de los Estados Unidos. Todavía en 1905 los grandes de Norteamérica ignoraban voluntariamente la existencia de los radicales. Como lo sabe todo el mundo, en 1885 se ahorcó, como si fuese un anarquista declarado, a un hombre a quien se acusó de haber arrojado una bomba en la ciudad de Chicago, y cuya responsabilidad nadie se preocupó de comprobar. Esta ejecución fué seguida de muchas otras, como el fusilamiento de Frick, obrero de la Carnegie Steel Works, de Pittsburg. Simultáneamente aparecieron grandes agitadores sociales como Eugene Debbs, Emma Goldman y Johan Most y con ellos comenzó la guerra entre plutocracia y democracia. Se dieron a la publicidad libros de la clase de El Capital, de Marx, Progress and Poverty, de Henry George y Looking Backwards de Edward Bellamy, profusamente difundidos, apasionadamente discutidos, al mismo tiempo que los nuevos escritores lle Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica