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REPERTORIO AMERICANO 101 EL GREMIO vio que las fuerzas que predominan en un cos de la ciencia moderna. Al mismo tiempo momento dado, imponen un sesgo, y modelan se descubren fundamentales principios de la una fisonomía. La trayectoria no es, por con física mecánica y de la óptica, que conducen ANTONIO URBANO siguiente, una línea recta, sino una especie de a Galileo a la elaboración de la ley de la grasinuosidad, resultante del juego dialéctico de vitación universal y de la teoría de la luz por fuerzas encontradas, pero las amplitudes de las parte de Newton, cuya vida se extiende hasta ondas no son iguales. De allí el que, sin sus el primer cuarto del siglo XVIII. Ello justifica tentar la creencia que los períodos comienzan el que el siglo XVII se recuerde como el de Luis al filo de cada siglo, se reconozca una serie de XIV, puesto que el Rey Sol se sumió en el ocaTELEFONO 2157 fases más o menos bien delimitadas.
so de la muerte en 1715.
APARTADO 480 Con estas reservas, cabe ajustarse a la diSi de lo que precede se desprende que la visión de la historia en siglos, empleándola centuria en cuestión es un siglo largo, precisa como sistema práctico de coordenadas, pero apuntar que la subsiguiente resulta corta. En Almacén de Abarrotes cuidando que la aplicación de tales puntos de efecto, el siglo de la Enciclopedia, de las cienreferencia no altere la fisonomía real de la hisal por mayor cias naturales, de las grandes expediciones cientoria. Mirada así, se echa de ver que, en efecSan José Costa Rica tíficas al Asia y Suramérica, de la sociología to, cada centuria presenta sus peculiaridades.
y el economismo, culmina en la Revolución Un rasgo saliente impone su denominación.
Francesa. Bien que sus raíces se remontan a Tal es el caso del Siglo de la Reforma para el Cromwell, a la Mesa Redonda y hasta a Pecosa al dominio del pensamiento. Se trata más XVI, el de las Luces para el XVIII o el del Probien de poner en práctica los principios elaricles, las características que lo distinguen, hagreso para el XIX.
borados en el anterior: es la era de la ciencia cen de este período una centuria singularmente Mas, aunque parezca una contradicción, aplicada. El psicoanálisis, la ciencia atómica y extremo. El siglo no todas estas centurias tienen la misma dubreve, aunque fecunda en el existencialismo arrancan de las postrimerías ración, ni comienzan al rayar el siglo. Ni siXIX nace, por tanto, en 1789. partir de endel siglo XIX, y las ideas sociales de mucho tonces los hombres de ciencias colaboran cada quiera puede atribuírseles una fecha de naciantes. Nuestra centuria es de reajuste, y todo vez más con los industriales, en la producción, miento exacta. Los extremos se desbordan de parece indicar que la aplicación de las ideas los límites fijados por la costumbre o convenbien que las investigaciones conserven todavía heredadas ha de quedar sentada antes del año ción, como si los contornos exteriores de su gran parte de su independencia y desinterés.
2000. Entonces el clima será propicio para un fisonomía se diluyesen en las brumas del tiemTales son los rasgos dominantes del siglo XIX, el del Progreso.
nuevo paso en el dominio del espíritu.
po. Así, la Reforma que modela la fisonomía Si bien cabe vaticinar que el siglo XX hadel siglo XVI empieza, de hecho, en el siglo Ya son muchos los que estiman que nues brá de ser corto, estamos muy lejos de imparXIV, con Wycliffe. Al mismo tiempo, el siglo tra centuria empieza en 1914. Incuestionatir carácter de ley a esta sucesión alterna de XVI, no parte del año 1501, sino de la problemente, la primera guerra mundial precipi lapsos breves y largos. Tampoco queremos sutesta de Lutero contra las Indulgencias, y aca tó la concreción de lo que se gestaba en las déperponer, con ribetes germánicos, un patrón so más exactamente del Bando de Worms, en cadas anteriores, tanto en lo social como en lo geométrico y simétrico sobre otro. Pero sí re1521. Por otra parte, puede decirse que la Reeconómico. Desde este punto de vista, la pasa sulta evidente que los siglos de la historia no forma ya se ha sentado antes de finalizar la da centuria es larga, en tanto que de acuer tienen la misma duración.
centuria, con la terminación de las Guerras Redo con ciertos indicios. la nuestra ha de ser ligiosas, bien que la lucha habrá de proseguir breve. El presente siglo ha traído muy poca La Habana. 1948.
mucho más allá. El siglo XVI, en el que se afirman los principios de la Reforma, es, por consiguiente, un siglo corto. Durante este mismo período se disuelve el Renacimiento, el cual alcanzaba su apogeo en el siglo XV, un siglo largo.
Por Alberto REMBAO Sería un error definir el siglo XVII como (En el Rep. Amer. el de la Contrarreforma, ya que este movimiento fué, a todas luces, una contracorriente La mala nueva del nuevo escolasticismo engendrada por el vigor mismo del empuje por el lado positivo, quizás que haya algo de de la historia. Deslindadas ya la teología y la ateo que a Sartre tiene por capitán, suena conveniente en la aserción de que, en todo cafilosofía, ésta cobra un gran auge con el repeor cuando se proclama en composición de so, aquí está el hombre en el mundo, con lo conocimiento de sus fueros. Mas, el siglo XVII lugar como la de nuestros días en Europa, que se tiene ya un módicum de responsabiliprincipalmente, donde a estas horas el hambre dad. Hay en la tesis cierta sombra de humaes, antes que nada, el de las ciencias físicas y y el frío dejan de ser figuras de discurso y se matemáticas. La centuria anterior había prenismo, aunque sea inhumano: pero, el brote le aparecen al habitante desventurado como parado el terreno; de allí el que Bacon y parisiense de esta filosofía no es más que eso.
realidades tajantes: hambre que retuerce el duo Es brote de Heidegger; y Heidegger es hijo Galileo sentaran, al final de la misma, las badeno, en tortura de náusea; frío que se cala ses del método experimental. Iníciase entonde Kierkegaard de Dinamarca, muy conocido hasta los tuétanos por falta de calefacción y ces, coincidiendo con la terminación en Franpor interposita persona er la literatura espade frazadas.
cia de las guerras religiosas y la subida al Troñola; como que don Miguel de Unamuno le (Se habla del hambre y del frío en Eurono de Enrique IV, la nueva centuria. En ella bebió los alientos y a continuación se los sirpa; pero en esta Europa no se cuenta Ingla vió en forma de originalidad a sus numerosurgen Descartes, Pascal, Newton, Napier y terra, cuyo frío actual es de menos intensidad; tantos otros, los cuales crean la analítica y el sos discípulos y lectores.
ni de Rusia; que aunque sea mayor la frigidez, cálculo infinitesimal, instrumentos matemátiKierkegaard parece ser el abuelo inmediaen tierras del socialismo moderno no se la sien to del existencialismo contemporáneo, si bien te, porque el pueblo es de mucha mayor resis es cierto que ya le andan buscando nuevos tencia ante la temperatura y ante la política; tatarabuelos al concepto de Pascal. y en los lo que explica que las cosas que allá se tienen griegos. No vale meterse uno en honduras, por naturales, acullá serán tildadas de totali pero si valiese, cabría decir que toda la escoCorazón y Vasos tarismo y tiranía; y a todo el mundo de Oc lástica indostánica está llena de la idea nihiliscidente le duele el dolor de Rusia, menos a los ta: del desamparo del hombre en la tierra, rusos, que no aben lo que es dolor, porque cuando en la tierra no hay Dios ni cosa que CITAS EN EL TEL. 4328.
ya tienen callos en el alma y en la epidermis lo sustituya. la presente, Kierkegaard se desde los tiempos de los hermanos Karama vende mucho en inglés: andan unas dos docezof. nas de sus obras en traducción reciente; y dos Electrocardiografia El mensaje se existencialismo parisiense. biografías, y una antología, y un silabario o Metabolismo Basal por su lado negativo, reza al efecto de que el manera de leer a Kierkegaard. Con toda seguRadioscopía hombre es una oruga miserable dejada de la ridad que los traductores de Buenos Aires y mano de Dios, en vista de que no hay Dios; la ciudad de México ya tienen listos dos o tres Del desamparo del hombre en la tierra Dr. García Carrillo Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica