268 REPERTORIO AMERICANO un mismo tiempo, los chiquillos ya habían cogi ejemplo, naranjas a mi saco, o queso a mi. Qué hacés, que no sacas a la Princesa do en brazos al recién llegado y se peleaban saco, etc.
del lago? Pide el bote, vete a medio lago y por acariciarlo. En el patio había una cabra Se despidieron en buena amistad. Al pa. dí: Princesa a mi saco. Luego dirás: alma de y sin que les dijeran, entre todos, como nor sar una quebrada vió Bienvenido unos pati la Princesa, al saco.
migas, lo pusieron a mamar del buen animal. tos, y por tantear dijo. Patitos a mi saco, Era el enanito quien le daba este consejo Las niñitas se quitaron los delantalcitos y lo y los patitos corriendo entraron al saco. Pe y al momento el muchacho fué donde el Rey envolvieron. Los varoncitos encontraron ro el muchacho los dejó nuevamente en li y le dijo: gangoche y le hicieron una hamaca.
bertad. Después dijo: queso y pan a mi sa. Señor, yo sacaré del lago a la Princesa.
Por la noche, todos los niños querían dor co. al momento tuvo para almorzar. Des Te doy el reino, dijo el Rey desfallecimir con el chiquito. Le hicieron colchoncitos de este día siguió Bienvenido solo por el mun do; pero si me mientes penas la vida.
de burío de plátano, y con sus cuerpecitos le do. Pedia hospedaje en alguna casa de gen Se fué hacia medio lago el muchacho y daban calor. Era de verlos al día siguiente tes pobres y entonces pedía que entraran a su dijo. Princesa, a mi saco. al momento, cuando otra vez lo ponían a mamar pegado saco toda clase de víveres y hacía fiesta con salió ésta del lago y entró al saco. Después dia la ubre de la cabra más buena que la mujer las buenas gentes. veces decía: Cinco co jo. Alma de la Princesa, al saco. de veras del leñador. Después cuando calentaba el sol, bijas a mi saco. y venían las cobijas y lue revivió la Princesa y sonriente, en compañía lo llevaban a la quebrada y lo bañaban. iSabe go las repartía entre los necesitados.
de Bienvenido, vino a abrazar a sus padres.
Dios cuántas veces lo escapaban de ahogar! Pe Con el correr del tiempo se hizo ya un Al momento montaron todos en sus caballos, ro así y todo, vivía y crecía el niño lleno de mozo de veinte años. caminando y cami le dieron uno a Bienvenido y regresaron a caricias de los infantiles leñadores. La Per nando, llegó a la capital del Reino. Un día Palacio.
fecta no tocaba al chiquillo, menos mirarlo sonaban pitos y tambores, cohetes, bombas y Al día siguiente se celebraron las bodas con buenos ojos. Un día, dijeron los niños: la música de banda.
de la linda Princesa con Bienvenido. Hubo Fongámosle un nombre, y pensando y jugan. Qué pasa? preguntó Bienvenido.
una gran fiesta y al final el Rey se quitó la do le llamaron Bienvenido, porque para ellos esto le contestaron que el Rey, la Reina corona y se la puso al novio; la Reina se quibabía sido un regalo de alegría. Así fué pas in y la Princesa con su Corte, salían de paseo al to también la corona y se la puso a la novia do y pasando el tiempo; Bienvenido crecía lugar favorito donde había un lago azul ro y dijeron: gordito y sano con la leche de la buena cabra. deado de palmeras, de jacintos y de amapolas. Vivan los nuevos Reyes!
Ya se podía estar sentado. Después empezó a Sus Majestades iban en lindos caballos blan Ahora se llamaba el Rey Bienvenido. un caminar y por último ya corría por los pra cos con arneses de oro y plata. La Princesa era día le dijo a su esposa: Vamos a dar un dos con sus hermanos y traía en sus bracitos linda como un ángel y todos la adoraban.
paseo. se fueron a caballo vestidos sencipequeños líos de leña.
Bienvenido se sumó al gentío que seguía llamente con trajes de trabajadores. Pero la La señora de la casa, cada vez lo quería por curiosidad a los reyes. Llegaron al lago gente, como los conocían, les decían: menos. Le daba de comer las sobras le poy de inmediato los criados bajaron a los Reyes. Vivan los nuevos Reyes!
nía el plato en el suelo. Pero cuando salían y a la Princesa de los caballos. Tendieron al Se fueron camina y camina hasta la casa al prado los niños ordeñaban la cabra para fombras y hamacas desde donde podían go del leñador.
darle leche a Bienvenido.
zar de la vista del bello paisaje. Los músicos ¡Hola, Pascual. dijo Bienvenido; y saUn día llegó de visita una comadre de ejecutaban las mejores piezas de su repertorio Hieron todos los de la casa a recibirlos. Pero Perfecta, y como es costumbre llevó de rugay todos los paseantes hablaban y reían con en si es Bienvenido, dijeron los muchachos, y lo un jcarón de tanelas, rosquillas y marquetusiasmo. Alguien organizó un paseo en ho lo abrazaron y él les presentó a su esposa la sotes, riquísimos. Todo lo guardó la leñado t: por el lago. Primero, claro está, fueron los Reina.
ra en un cajón de víveres con llave. Tenía la Keyes. Iban felices. Los músicos tocaban sin Ahora soy Rey, les dijo, y ustedes se intención de no darle a Bienvenido, sólo a cesar. Pero, por mala suerte, la Princesa em irán conmigo a vivir a Palacio.
sus hijos. Pero por la noche uno de los chi pezó a jugar con unos pececillos de colores Viera, señora, dijo la Perfecta, diriquillos más pícaros y traviesos le robó la lla que traviesos, se asomaban a la superficie del giéndose a la Reina, usted viera como quería ve, sacó la rica provisión y la escondió agua. cataplún, se fué la niña al fondo yo a Bienvenido, si lo crié como si fuera mi ra de la casa, con la idea de hacer la fiesta en del lago. Se acabó la alegría. Todo era con propio hijo, es como sangre de mi sangre. el prado en compañía de todos los chiquillos, fusión y lágrimas. Unos buzos se ofrecieron haciéndose la emocionada, abrazó por primera inclusive Bienvenido.
a buscarla. Todos ayudaban. pero nada. vez al muchacho.
Por la mañana abrió doña Perfecta el catodo en vano. La princesa no aparecía. El vinieron coches y criados y los leñajón y qué furia le dió al ver que no había rey desesperado ofreció el reino a aquel que dores se fueron a palacio con el Rey Bienvenada. Este fué ese moto Bienvenido; para encontrara el cadáver de su hija Pero decli nido. Desde entonces doña Perfecta y don Pageso trajo Pascual ese muchacho viejo para que naba el día, se agotaban las fuerzas y no la cual se mantenían bien vestidos, sentados en mis hijos se queden sin comer; esto lo dijo la encontraban. Bienvenido también ayudaba, pe unas mecedoras. Los muchachos le ayudaron ro cansado al fín, se sentó en el tronco de un leñadora en una explosión como de volcán.
a Bienvenido a gobernar el reino y todos fueY no fué cuento. Tomó un varejón de tamaárbol. Ya se dormía, cuando le habló alguien ron felices.
diciéndole: María LEAL de NOGUERA.
rindo y le dió al pobre motito como veinte chilillazos que lo dejaron casi sin aliento. Lo tomó de una oreja y lo despacho de la casa.
Llora que llora, Bienvenido se fué por el Noticia de libros primer trillo que halló. Sus hermanos lloraban también encerrados en un cuarto donde los puso la mamá para que no lo siguieran.
Indice y registro de los impresos que Camino y caminó mucho el pobre chiquillo y nos remiten los Autores, las Casas edipor allá bajo un paturral se encontró un satoras y los Centros de Cultura.
quito de manta; lo recogió por no dejar y se lo echó en la bolsa. Más allá a la orilla de una En la octava serie, Nº 2, de los Cuaderquebrada encontró un enanito llorando a la nos de Cultura (repetimos, ejemplares) que grima viva.
saca la Dirección de Cultura del Ministerio. De qué lloras, enanito. le dijo Bien de Educación, en La Habana, 1948: Este folleto, como tirada aparte de la revenido.
vista Estudios de la Academia Literaria del Es que se me perdió un saquito de Ursula Céspedes de Escanaverino: Poe Plata: manta, que pertenece al rey y, si no lo en sías. Selección y Prólogo de Juan Remos.
cuentro, peno la vida. El dolor y la naturaleza son los dos Luis Trenti Rocamora: Aclaraciones al Amiguito, yo encontré uno, aquí está, temas que llenan su obra. El valor subjeti Sr. Juan Canter. Acerca de La cultura en será el que tú buscas?
vo de la poesía de Ursula Céspedes es fuerte Buenos Aires hasta 1810. Con un comenta Claro que sí, muchacho. en pago y se afianza en lo anecdótico. salvar del rio bibliográfico por Guillermo Furlong, te voy a dar este otro. Todo lo que tú quie olvido un nombre que bien merece recordar, J, Bs. Aires, 1949, ras entrará al saco, siempre que tú digas, por se. ue Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica