FascismHitler

374 REPERTORIO AMERICANO JOHN KEITH, SAN JOSE, COSTA RICA Agentes y Representantes de Casas Extranjeras Cajas Registradoras NATIONAL (The National Cash Register Co. Máquinas de Escribir ROYAL (Royal Typewriter Co. Inc. Muebles de acero y equipos de oficina (Globe Wernicke Co. Implementos de Goma (United States Rubber Export Co. Máquinas de Calcular MONROE Refrigeradoras Eléctricas NORGE Refrigeradoras de Canfín SERVEL Balanzas TOLEDO (Toledo Scale Co. Frasquería en general (Owens Illinois Glass Co. Conservas DEL MONTE (California Packing Corp. Equipos KARDEX (Remington Rand Inc. Pinturas y Barnices (The Sherwin Williams Co. Duplicador GESTETNER (Gestetner Ltd. Londres)
tinotti y Ezeiza dan la nota sensible de la canción popular; el grito de Pablo Podestá en Las montañas de las brujas repercute en el alma de los jefes que representan en las sociedades totalitarias la no Divina Comedia.
La teatralería y el circo constituyen una necesidad del fascismo. Las democracias tienen sus festividades en dimensiones armoniosas como modo de cultivar los sentimientos elevados de la comunidad pero nunca para aplastar y anular la persona humana; en cambio, las tiranías fascistas emplean las luces, los decorados, la escenografía para aniquilar la individualidad y crear las reacciones inconscientes de las masas amorfas. El rasgo pertenece a todos los dictadores. El doctor Schacht ha dicho a un corresponsal de la agencia Reuter (ver los diarios del de octubre) lo siguiente: Siempre he sido de opinión que Hitler era un actor maravilloso. Podía interpretar el papel que más le convenía de acuerdo con las circunstancias y mostrarse amistoso, irritado, despreciativo o cualquier cosa que creyera adecuada a las necesidades del momento. Era el mejor actor del mundo y he tratado de reflejar fielmente esto en mi libro.
Es que el teatro de los dictadores es uno de los recursos técnicos empleados para lograr el embrutecimiento y la estupidización progresiva de las masas. En la medida en que la dictadura moderna tiende a reducir los súbditos a la pasividad y busca sustraerse al control del mismo partido que la ha instaurado, y a someter a este último al ejecutivo, se parece más a un mecanismo que a un organismo. Así dice uno de los personajes de una de las obras de Ignacio Silone al establecer las bases para un curso sobre el arte de engañar a los hombres.
Recuerda además el mismo personaje que los movimientos fascistas deben inventar algún grito. Así por ejemplo, Annunzio había inventado el eia, eia, alala. Mussolini a noi. Hitler su Heil Hitler. Aquí comenzamos a modular el San Perón. No se busquen en los gritos marcas de ideas, pues son nada más que excitantes para desencadenar arcos reflejos inconscientes. Además de los gritos es necesario llevar a la plaza los carteles, los símbolos para levantar a los fetiches de las nuevas idolatrias.
Los dictadores están tan seguros de la estupidez del hombre que ya Napoleón había dicho. Dadme un botón y yo obligaré a la gente a vivir o morir por él.
Escondida entre palmeras llena de guarias moradas parece en verdad que hubiera brotado de un cuento de hadas.
El fascismo necesita el tinglado de la farsa. Vive en él. Sin él no puede vivir. El teatro, el circo, los actores y los payasos son recursos esenciales en el régimen fascista que maneja las fuerzas oscuras de la inconsciencia y de la sugestión. veces hasta llevan un chansonier al gabinete.
Mientras el simulacro de la escena atrae a las multitudes, en la cámara oscura de los consejos económicos y de los conciliábulos de gobierno se realizan las grandes operaciones. En tanto el pueblo convertido en masa sin determinación se deja arrastrar por las imágenes y los gritos y mira las personas como a actores de una comedia, el gobierno puede ir operando en secreto, con sigilo, por los procedimientos de la más rigurosa clandestinidad, su política de oligarquía antipopular. ese es el dilema: saber si la Argentina se desarrollará política y mentalmente por el método del teatro al bajo nivel del circo, o por el contrario continuará siendo ideal conductor la educación que, dando satisfacciones a la parte afectiva del hombre, promueva sus instintos y sus aptitudes superiores. Ahora podríamos preguntar a nuestros lectores para que nos contesten como consecuencia de todo lo dicho aquí. qué no me dicen del Presidente?
Su arquitectura anticuada de estructura medioeval nos dice que fué trazada por una mano oriental: así el balcón respetable con barrotes o enrejado donde la niña adorable se da cita con su amado; o la vieja catedral hoy dejada de la mano que tan sólo es la señal de otro tiempo más cristiano; o el hombre que ante el ultra je con gesto fiero y con celo todo rojo de corajesu honor, valiente controla en enfurecido duelo a machete o a pistola.
Sus largas calles estrechas con empedrado a la orilla parecen por lo mal hechas las de la vieja Castilla.
Ciudad de Alajuela (En el Rep. Amer. Para mi amigo don Luis Villaronga. El autor.
Es corriente en Alajuela en noches de luna clara al rasguear de una guitarra ver que su amor le declara a la hermosa el trovador; y como en tiempos del Cid si un tunante a la traición osa robarle su amor, en fiera y valiente lid le cercena el corazón.
La ciudad linda y sencilla, como un encantado nido, se halla oculta entre montañas; pareciera que atrevido allí la hubiera escondido para librarla de extrañas miradas, el Maravilla.
la virtud de la franqueza que le da gloria y renombre.
En el ambiente sonoro, árbol, casa, monte y flor saliendo de la montaña repujan la copa de oro en que bebe su licor la tarde color champaña.
Parece, en noches de gala, cuando de luna se agobia, una linda colegiala vistiendo traje de novia: novia que el parque en la falda con arte y gracia acomoda; parque no: es una esmeralda que luce Alajuela toda, Tal en un teatro Guignol se abre grandioso escenario y con solemne vestuario de flores de girasol entre un camarín de laca sobre los montes destaca soberbio el rostro del sol; y llena de pedrería brilla en la tarde escarlata como broche de oro y plata la Iglesia de la Agonía.
Bajo el cielo gualda y rosa que ilumina la campiña, la floresta majestuosa exhibe con los maizales y verdes cañaverales, el rubio arroz y la piña.
Ostenta con gentileza como orgullo de su nombre, Son sus escuelas colmenas de musicales rumores, más bien son arcas llenas Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica