REPERTORIO AMERICANO 375 de pájaros y de flores.
Son un codiciado fruto de promesas espirituales los jóvenes colegiales que asisten al Instituto.
Dr. García Carrillo Corazón y Vasos CITAS EN EL TEL. 4328.
Ante las gentes extrañas que llegan a saludarla sus imponentes montañas se asoman para admirarla; y se asoma mucho más como un gigante que vela la mole del Volcán Poás para cuidar a Alajuela.
Electrocardiografia Metabolismo Basal Radioscopía sonrisas son del paisaje las ubérrimas colinas; y esas colinas se alejan dando campo a la espesura donde cantan o se quejan las aves de la llanura; y en donde el potro cerril con un jinete que vuela lleva el alma varonil de los hombres de Alajuela; y en donde se alzan ligeras las astas de hermosas reses que también hacen las veces de escudos y de banderas; y en donde el hombre se agacha y canta hasta quedar ronco mientras a golpes de hacha modela un santo de un tronco; y en donde mozas morenas fingiendo exóticas flores asumen en sus faenas funciones de labradores; y en donde con el cela je se engalana la Garita cuando el sol, allí su traje para acostarse se quita.
Su parque es jardín galante donde en noches de esplendor, graciosa, fina, elegante, adquiere más galanura la ciudad porque así pierde toda vestida de verde su esplín y su mal humor.
Entre la espuma de encajes y sedas multicolores exhibe cada hermosura sus alhajas y sus trajes; y entre los coloquios ricos que saben a miel y amores agitan los abanicos sus ramilletes de flores.
En su suelo tropical brilla el sol más transparente y son sus atardeceres sartas de piedras preciosas.
En Alajuela las cosas adquieren más lozanía, más hermoso brilla el día y son más cortas las horas, son más frescas las auroras y entre su brisa y su calma gozando de dicha el alma más se inspira el pensamiento: cada árbol un sentimiento, cada espina una ilusión, cada reproche una flor con los acordes mil de su metálica música que cual reliquia se queda entre la caja sutil de la lúbrica arboleda pierde su estructura rústica y, entonces por lo divino el parque es el lindo cuento con que encanta al pensamiento La Lámpara de Aladino. hasta es menos el dolor si es que sufre el corazón.
Es que allí con la ternura la gracia de la mujer fundó también sin querer el reino de la hermosura.
Exaltando los encantos con que la naturaleza premió a ese rincón del mundo se escucha el himno profundo que le entona la belleza; y nos embriagan los cantos de pájaros tropicales cuyos pomposos plumajes decoran los manantiales; y entre un delirio de encajes el sol se asoma al nacer y camina entre paisajes de oro hasta el anochecer; y sus divinas mujeres que de día son por hermosas búcaros de frescas rosas, y de noche por tan bellas ángeles son y estrellas tejen su tela de ensueño donde encuentra cada dueño besos, sonrisas, quereres.
Bello jardin de azucenas en donde el hombre es un niño que prodiga a manos llenas la fe, el valor y el cariño. en su encantada floresta que la rodea como un mar es cada árbol una orquesta, cada pido es un cantar.
De estructura combativa con Juan es fuerte y altiva, por su pujanza ella, tan salerosa y tan tica es la esplendorosa estrella que ilumina a Costa Rica.
Tiene Alajuela un gran clima donde además de salud encuentra quien se le arrima la perpetua juventud, Francisco VILLALOBOS ROJAS.
Linda ciudad señorial de encantadoras mujeres!
San José, noviembre de 1948.
Por la mañana, aún a oscuras desfilan anchas carretas hasta los topes repletas de granos y de verduras.
Sr mercado es un tesoro de legumbres y de frutas (parecen los tramos grutas repletas de plata y oro. Allí zapotes, naranjas, dulces piñas del Cacao; o decorando una esquina del tramo, con el carao la papaya de Orotina.
Alli derraman las granjas de cada huerto la esencia y seduce la presencia de pitahayas purpurinas, de tunas y mandarinas; el nance de oro en bandejas, moras semejando estragos de extraños lances sangrientos; y la rubia miel de abejas deja entrever por momentos que es cada frasco un crisol conteniendo hebras de sol.
Son un éxito rotundo por su sabor exquisito, con la anona y el caimito, los mangos de Río Segundo.
Lucen higos y melones, bananos de Carrizal, sandías, melocotones y aguacates de Tuetal.
En la página 348 el egregio filósofo argentino Francisco Romero, le da su aprobación autorizada a unos opúsculos que le mandamos.
Ya es tiempo de que se sepa que tales folletos los escribió el ilustre costarricense Roberto Brenes Mesén.
Aparecieron de 1942 a 1945 como Opúsculos de la Junta Central, en San José de Costa Rica. Llegaron a y se titulan. 1ra. serie. los amantes de la libertad. Jesús prisionero. Contra la moral cristiana, la moral jesuita. Misa, ayuno, confesión. Al pueblo. Quiénes son los liberales? Las garantías sociales. 2da. serie. Los Arquitectos del Progreso. Tres documentos. la juventud católica.
Nos quedan algunos títulos y los remitiremos en obsequio a los interesados, dentro y fuera del país. Con el Administrador del Reperu torio Americano, En la rústica bajura donde saltan cantarinas las fuentes entre el boscaje Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica