300 REPERTORIO AMERICANO EI Cusco entre sus brazos de follaje en cielo se evaporan las costas de la tierra. En el Rep. Amer. Nacimiento del Sol, ombligo en llamas y altas llamas de sangre de rocío.
El Cusco brilla, osamenta y fragua entre los techos, alas de ladrillos que limitan la vista a lo rendido.
Suave y lenta, tal vez sin precipicios, te peinan los collados pastoriles.
Resuelta a ser iglesia, iglesia eres, con madonas de traje al fuego fresco, ojos grandes de diosas vegetales y al soplo de la luz, mares y rosas, en el cabello, tiempo de castaños.
Merecía la flor ser el andamio, la nube coagular en azafranes, reducirse a cinturas de geranio, la forma oculta, para siempre esclava, si al fin iba a encontrar esta belleza, entre alta soledad de nomeolvides y la gran soledad de un mar de piedra. Una luz infinita hay más adentro del montañoso cóndor de ceniza que levanta la tierra al horizonte, en las calles del Cusco, enraizadas en un pétreo desvelo de gargantas. De qué lluvia doliente, las vicuñas adelantan el descalzo regreso. Qué olfativa presencia en la madera, tras las nustas con paso de pestañas?
Penachos de humedad, blancas espumas del llamero con pelo de zampoñas, cuando borra tambores en el humoenfermo de sufrir la misma espina, al través de la danza, los dibujos de su cuerpo, su sombra y su camino.
Dolencia mineral de las caderas al ir subiendo de manera suave al celestial bullicio de los pinos, al ir subiendo en la marea suave del éxtasis florido, la insaciable sed de ser a expensas del olvido. En qué lengua se habla el que se viste a la luz de la luna, con rebaños que se agitan, pañuelos de algún huaino. En qué lengua, si vuelve a ser rocío la queja que navega en los quirquinchos, subterráneo dolor del armadillo? más alba que gozo es cada día de cristal, baño del Inca, dulce pacer del agua en las praderas, viento con señorío de ademanes.
Degüellan, Hilanderas, las vasijas de ojo vacío y cáscara tatuada con cien caras de indios de moneda, semillas de perfil, piedras de río, ya luego en el troquel raza robada, como al gasto del tiempo, los sillares, amuletos, bordados y pinturas, olvidan las efigies de los Incas, que perdieron los ojos en el sueño, los de rostros de dátiles de luna, ciegos de transparencia y mediodía, seguidos paso a paso por las tribus; las montañas a pie, andar de cuevas; a pie las fortalezas, las de porfido, los andenes agrícolas marchando igual que los gusanos, por alforzas; los árboles a pie, andar de hojas desde Saccsaibuaman a Coricancha, y el paso de aguacero del ganado que transforma la nube de su lana en lluvia menudita cuando anda.
Una libre expresión de ala dormida tiene el ojo del indio que se entrega al placer infinito de la ausencia y hasta donde se borra con la coca de dios rumiante que se come el cielo, alcanza al gozo, penetrante esclavo que golpea los dientes de la raza con frío tiritar, son de granizo.
Racimos de danzantes derretidos en sudor y nevados en espejos al compás de la quena en el vacío, reciben el maíz, del que se mira la barba de mazorcas reflejada en la fuente de mieles sin ausencia. ¿De qué dicha su ardor se ha poseído, si todo llega en plumas a la orilla del labio y él lo sabe; no codicia ni espera lo que el amor no trae?
Campana de piedra, flauta de piedra, caracol de piedra eco ángel del ángelus de María Angola.
Muralla de piedra, reja de piedra, corazón de piedra eco ángel del ángelus de María Angola. De qué dicha su ardor se ha poseído. Cuál su forma en el humo, en la fatiga, en el rocoso fondo de su pecho que se parte en sonidos, siendo roca?
Cántaro de piedra, Cusco de piedra, catedral de piedra eco ángel del ángelus de María Angola.
Así pasan los Incas de diamante, los que muelen el cielo en las estrellas, ven con ojos de llama ayer parida y dan lana de siglos a los vientos.
Sopor candente del espacio oscuro antes de ser coloquio constelado.
Semidespierto al dulce desafío del día, en los zafiros refulgentes, dorado de esponsales y de dioses, Miguel Angel ASTURIAS.
Cusco, noviembre 1948.
Así pasan los lacas de diamante, los de rostros de dátiles de luna que perdieron los ojos en el sueño. España (y América, añadimos)
festín de Generales Por ti, ciudad, meteoro y sal bermeja es cela je la carne envuelta en oro.
Fragmentos amputados a la nada son tu plaza mayor, anden del llanto, tus calles alargadas como yugos para muchas cabezas tributarias; tu soledad de púlpito tallado; tu avalancha de piedra que sabía retener el aliento ante la queja de marzupial con ojos de botella, del condenado al dulce del tormento.
Fuego, sangre, hisopos, crucifijos, potros, caballos, frailes y cadenas.
Es un comentario inactual de Victor LORZ. Como hoja suelta (de 1936. ha lle. la patria. cuando creíamos que aquella épo.
gado a nuestras manos. Un republicano ca de vergüenza estaba superada por la mayor español despierto nos la trajo. cultura de la nuestra, he aquí que otros soldados inician otra vez la zarabanda bárbara Que se apruebe la reforma. Que después, que ahoga a la inmaculada República de punyo, sin más insignias que mi frac, ahorcaré ge ta a punta en un mar de sangre. Si como panerales con sus propias fajas.
triotas a secas esto nos subleva, como españoBravo Murillo, que hablaba así hace un les que creemos tener en nuestra cabeza algusiglo, había nacido en una época que era una na luz, nos abochorna y nos humilla. Qué?
orgía de generales. El gran ministro de la Re. Todavía en el año 1936 y en una democragencia pedía una reforma de la Constitución cia europea, son posibles estas cosas. Hay de sentido autoritario para el Gobierno. Le to soldados suficientemente analfabetos que juegan có bailar en esa danza trágica de los Esparte con el destino de una República que marcha ro, de los Narváez, de los Serrano y demás es al compás de las grandes democracias del munpadas más o menos brillantes, más o menos do. Todavía hay españoles suficientemente ilustres y más o menos brutas. El único reme niños, que los aplaudan? Creo, creo que jadio que él veía, era, ahorcar generales para pa niás había caído una ignominia tan grande cificar la nación. No consiguió la reforma que sobre España.
pedía. los generales siguieron el festín de ¿Aplaudir a los soldados traidores que han sangre, conspirando, enredando, fusilando du retrotraído la Historia de España al año 1836?
rante todo el siglo y causando el colapso de ¿Aplaudir las devastaciones, las destrucciones, No se dan por vencidas tus canteras.
Otra raza trabaja en sus adentros, tesoros busca, descuelga subterráneos como alas de vampiros en la sombra.
No le basta la mina, quiere el alma encontrar en joyeles no cuajados y alternan con la magia, la tortura, el milagro, la rabia y la viruela. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica