Joaquín García MongeMarxSocialism

REPERTORIO AMERICANO CUADERNOS DE CULTURA HISPANICA Tomo XLV San José, Costa Rica 1949 Martes 10 de Mayo No. Año XXIX. No. 1082 MARIO BRAVO y el sentido moral de la Libertad Por Alfredo PALACIOS Gran amigo don Joaquín García Monge: Antes de que se lea en Buenos Aires, enviole el folleto sobre Mario Bravo, poeta, estadista que luchó contra las dictaduras.
Recibo siempre su magnifico Repertorio, expresión auténtica de la cultura iberoamericana.
Un abrazo de, Alfredo PALACIOS.
Bs. febrero de 1949.
enorme responsabilidad de representar, sin experiencia y sin preparación, a un partido en cuyas filas militaban hombres de gran cultura. Recuerdo que Juan Bautista Justo. el ilus.
tre fundador, acaso alarmado por el acontecimiento, me visitó, aconsejándome paternalmente, sobre la acción futura, pues mi indisciplina juvenil había planteado muchas disidencias, de las que no me arrepiento ni debe arrepentirse el Partido. Ya en la madurez de la vida, hemos de reconocer que así debe ser la juventud y que si ella no nos acompaña con sus inquietudes, sus exageraciones y sus disidencias, estaremos perdidos. Los jóvenes quieren reformarlo todo, la Sociedad, el Estado, la Universidad, también el Partido, sin previa reforma interior. dicen los hombres sesudos y graves. Pero esa es, precisamente, su función específica: promover reformas. a fe que sería más urgente en nuestro país, la reforma interior de los hombres maduros que se quejan de la juventud, pero no reaccionan contra la injusticia y buscan, frecuentemente, el cómodo atajo, mientras los jóvenes, persiguiendo su ideal, toman el camino áspero que se extiende en línea recta.
De esos jóvenes era Mario Bravo, muchacho rebelde, conjunción magnífica del hidalgo español y autóctono indomable, que nadie pudo domesticar y que con su falta de conformidad, trabajó tesonera y noblemente por un mundo mejor.
Sumario: Los jóvenes. II. Cómo conocí a Mario Bravo. III. Bravo y los dirigentes obreros frente a la dictadura.
IV. Juramento en el sepulcro de Bravo. Bravo, figura prócer de la República. VI. Bravo y el Socialismo.
VII. El humanismo del joven Marx.
VIII. Las fuerzas espirituales y el socialismo argentino. IX. Bravo y la demagogia. El poeta revolucionario.
XI. El educador. XII. La Universidad frente a la dictadura. XIII. Quiénes salieron de la Universidad? XIV. La libertad y la patria. LOS JOVENES Mario Bravo Conocí a Mario Bravo, joven de 23 años, entonces, en la primera década del siglo. Yo había sido elegido diputado por un barrio de trabajadores y sentía sobre mi conciencia la II. COMO CONOCI MARIO BRAVO usted todos los elementos probatorios. así fué.
Desde ese día, el poeta y periodista fué mi amigo y con él planeamos la interpelación al ministro de Obras Públicas y el juicio político al presidente general Roca.
iQuién iba a suponer que ese joven, treinta años después, sería el gran senador que iniciara la famosa investigación de los armamentos, figura consular del país, sólo comparable con la de Lisandro de la Torre a quien superó en ciertos aspectos porque fué un constructor!
Algunos años después del juicio político al general Roca, Bravo, con su amigo el doctor Caminos y yo, nos asociamos en un estudio que se instaló en una bobardilla de la calle Florida, donde nunca se cobraron honorarios.
Quiero creer que la culpa era del poeta.
III. BRAVO LOS DIRIGENTES OBREROS FRENTE LA DICTADURA Le conocí en los comienzos del siglo. Un día oí gritos en las calles de Buenos Aires. Diario Nuevo, con los negociados del ministro de Obras Públicas! Compré el periódico y lei acusaciones gravísimas contra el alto funcionario. Al final del artículo aparecían estas palabras: Es inexplicable que no haya un solo representante del Parlamento que se atreva a levantar su voz contra los latrocinios del gobierno. Yo era legislador y me sentí herido en lo más hondo. Acababa de rechazar en la Cámara, la fórmula de juramento tradicional, lo que pudo impedir que pasara los dinteles del Congreso; acababa de interpelar a Joaquín González, nada menos que a Joaquín González, el estadista por antonomasia. Cómo no me iba a atrever a denunciar a los ladrones públicos!
Tomé mi sombrero y fuí a la dirección del Diario Nuevo. Me recibió David Peña, espíritu romántico y generoso a quien acompañaba Alberto Gerchunof, el gran escritor a quien todos admiramos y queremos. Señor le dije déme usted las pruebas de lo que afirma en su diario y seré el diputado que pida la investigación. David Peña sonriendo afectuosamente, llamó a un joven y contestó, presentándomelo: Mario Bravo le proporcionará a Fuí con él, diputado durante muchos años; y juntos defendimos la libertad en 1930; y juntos fuimos a la cárcel.
En 1933 Bravo escribió un libro sobre la Revolución. Querido Palacios me decía en la dedicatoria. estas páginas no son una venganza contra la dictadura. Son una advertencia al porvenir; una afirmación en el presente. Porque hemos estado con usted en tareas comunes de libertad, este libro le lleva los recuerdos gratos. los pocos días de abandonar el Decanato de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de Buenos Aires donde dicté una resolución, desconociendo el gobierno de fuerza, BAIXENCE Alfredo Palacios Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica