342 REPERTORIO AMERICANO QUÉ HORA ES. KI OSSUI Los muertos que allanaron las aulas.
apareció montada y entró en la danza: cintara nos uno la espera y se manifiesta en las for Pero el hombre intelectual es muy sencillo zos, disparos detenidos, heridos.
mas más insospechadas.
en sus exigencias. El libro que lee no lo devoRenació la calma de un momento a otro. es entonces cuando todos gritan. ra. Cuando despilfarra riqueza en sus investiTodos estábamos asombrados, pues com pegar. Atrás vienen golpeando!
gaciones, es con el propósito de enriquecer a su prendíamos la razón de aquello que dejó un iQuiera Dios librarnos de tamaño mal! comunidad. Su goce se orienta a hacer posible saldo bien apreciable de dolor.
Juan José CARAZO. la dicha de todos los hombres. a medida que La locura colectiva se presenta, cuando me Costa Rica. Diciembre 1948.
vive su deleite, su espíritu se eleva más, y es más intensa su alegría y más limpia su realidad interior.
La cuestión planteada se resuelve, así, por la vía de la comprensión cultural más amplia.
Lecturas para maestros: Nuevos hechos, La Universidad no debe ser un conjunto de nuevas ideas, sugestiones, incitaciones, hombres accidentalmente unidos en un empeperspectivas y rumbos, noticias, revisioño de cultura, sino el seminario donde labran nes, antipedagogia.
sus mieles aquellos que sí han hecho de la educación popular el objetivo más alto de sus vidas. La Universidad, al mismo tiempo, deberá asegurar cierto bienestar económico a los profesores y maestros que le sirvan con su (En El Diario de Hoy. Setiembre 20 devoción, de tal manera que, aun no perdiénde 1948. San Salvador. dose del todo el sentido de la responsabilidad económica, el cultivador de la juventud no viiQué triste, qué pobre, qué atroz deberá rora la medida de la equidad en la recompensa va en un desesperado ahogo, empujado a la sentirse el aula cuando llega el hombre estéril, y sus allegados. Tenemos que escoger una meniezquindad, encadenado por el miedo, angusel hombre desnudo de ideales, el hombre sin dida y por eso hablamos de investigar las máxitiado por el horror de la miseria y el látigo de vocación de sembrador, a empeñarse en rotula humillación social.
mas y mínimas de este problema de la docenrar la conciencia de las juventudes y sembrar cia.
De este modo nosotros podemos concebit en ellas una idea. Qué espantoso espectáculo, El hombre intelectual es aquel que da el el rotundo buen éxito de las labores de una el del hombre que no tiene nada qué dar fren mayor interés, el que se siente más atraído por Universidad que se ha apartado de la urbe y te a las vidas que están pidiendo siempre, exi los goces de la inteligencia. El hombre intelec que sabe atraer a su seno las inteligencias más giendo siempre, esperando siempre; del que tual no da la preferencia a las manifestaciones esclarecidas, las voluntades más abnegadas y nada cree frente a aquellos cuyas almas se lle ordinarias del bienestar social. Le basta un hoheroicas. La Universidad no debe abandonar nan y se iluminan con la luz de las grandes, de gar limpio y tranquilo, una mujer afanosa, una su asiento para buscar al maestro. Es el maeslas excelsas esperanzas, que son la creencia en mesa con mesura, el libro a su alcance, la notro quien debe abandonar el suyo, y coger su lo distante adivinado; del que no sería capaz vedad ideológica cerca de su mano. La alegría cruz y su antorcha, y su hacha y su saco de de arriesgar un denario frente a aquellos que del hombre del espíritu es la más barata de las simiente, para irse a la gran cita, aquella de viven queriendo perderlo todo, en la aventura alegrías que puede costear la sociedad. Un si quienes saben que están determinando el pordadivosa y fértil de los nobles empeños! barita necesitará rebaños totales y huertos envenir, de quienes, más grandes que los profetas, las Universidades deben llegar los inte teros para satisfacer su gula y la mocedad de no se toman el trabajo de lanzar su voz a los lectuales, no los instintivos. La juventud ten cien doncellas para calmar sus impetus. Legiovientos, sino de encomendar a la callada fiebre drá muy poca cosa que aprender de labios de nes de hombres estarán pendientes de sus capridel surco, al giro ágil del timón, a la posición hombres que no creen en la supremacía de las chos. El trabajo humano se despilfarrará por intencionada del ladrillo y a la concurrencia ideas, de la cultura, de la educación, de un or él. Su vanidad sólo será colmada en la medida fidelísima del fertilizante, el cambio de frente del mundo.
den de actividades que se va a la raíz de la his que los ajenos goces y las ajenas ambiciones toria, que es la mente.
queden insatisfechas y aplastadas por la mise¿Cuándo vimos la trinchera buscar al solConstituye una desnuda y paladina con ria y la privación. a cada hartura sucederá dado y el puerto ir hacia la nave?
fesión de ir a tientas en el análisis de lo que una exigencia mayor, hasta reducirse a un apedebe ser una Universidad, si se presentan ob tito viviente.
Napoleón VIERA ALTAMIRANO jeciones de esta indole. La Universidad moderna es el lugar de cita de grandes espíritus, cenáculo de propósitos fecundos y seminario de revoluciones. La juventud va a ella a recibir sin medida las más exultantes inspiracioTierra Dorada nes y quienes allí oficien deben estar integralmente capacitados para ofrecer esa dádiva. Si (En El Tiempo de Bogotá.
la Universidad del medioevo logró en parte Noviembre de 1948. realizar los ideales de la cultura, fué por la austeridad de sus reglas, la mística de su am Harriet de Onís es una mujer enamorada Su punto de vista es valeroso en todo senbiente, la exclusividad de sus claustros, la re de las dificultades. En pocos años se ha coloca tido. Posiblemente el público que lea Antololigiosidad devota de sus mentores. Sólo ellas do a la cabeza de quienes traducen al inglés yia del Folklore irá a buscar esos colorines de podrían haber formado aquellas grandes ca obras de la América española. Pero lo que a las llamadas cosas típicas que ya en todas las racteres de cuyas frescas y rebosantes rebeldías clla le entusiasma es hacer aquello a que muy naciones de Contro y Sur América tienen prehabía de surgir la maravillosa transfiguración pocos se atreven. Con el mismo ánimo traduce paradas los comerciantes para ofrecer a los tudel mundo, entrando a la edad moderna entre papeles del siglo XVI que relatos populares en ristas. De eso no hay nada en el libro de la una verdadera alborada de nobles quimeras y donde se requiere la gracia de Dios para man señora de Onís. Lo que ella busca en nuestra revelaciones fastuosas.
tener vivo el colorido original. Ahora, publi literatura es la pura entraña popular, lo más Desde luego, habrá que investigar las má ca un libro organizado por ella misma, con sus humano y auténtico que nuestras gentes huximas y mínimas en esta solución abnegada y propias introducciones y su propia teoría, en mildes conservan en la oscura intimidad de heroica. El maestro de las juventudes, el cate donde recoge lo que hay de popular en la li sus vidas. en esto, la América de España y drático y profesor de la Universidad moderna, teratura de la América española y portuguesa, Portugal y la América indígena, y la América debe ser un auténtico intelectual, y por su desde que esta literatura se formó. Es lo que negra son de sorprendente riqueza. Ahí está lado la Universidad debe estar capacitada a ella llama la Antología del Folklore (1. El Dorado de nuestras letras.
dar amplio sustento a quien le dedique su viDesde el propio día en que los españoles da. Por un lado, el catedrático no debe ser co. 1) The Golden Land. An Anthology of comenzaron la conquista se produjeron situame el afán oscurecido que vive midiendo el Latin American Folklore in Literature, ciones en que la magia y la razón luchaban éxito de la vida por la suma de los haberes eco selected, edited, and translated by Harriet por aclarar misterios y salvar situaciones difinómicos, ni la Universidad expresar la ma de Onís (Alfred Knopf: New York. ciles. Los que llegaban de España eran o gentes drastra que aniquila a quien le sirve y que ig 1948.
de muy pocas letras o frailes buscadores de miLo humano y auténtico Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica