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312 REPERTORIO AMERICANO GANDHI y TAGORE: la doctrina del Amor Por Juan MARIN (Véase la entrega anterior)
II En nuestro artículo anterior. Gandhi, Tolstoi: la no violencia. nos ocupábamos de la verdadera y real interpretación que tanto el Mahatma hindú como el patriarca ruso daban a la no violencia y llegábamos a la conclusión. basados en sus propios escritos que para ellos la no violencia no era otra cosa que el amor en su forma más pura y elevada. Creiaros con esto haber cerrado el tema, dentro del plano, naturalmente, periodístico. Mas he aquí que el periodista y el escritor reciben de tiempo en tiempo gratas e inapreciables sorpresas.
El mismo día que nos proponíamos despachar nuestro artículo, el diario hindú Harijan (que tan caro fué a Gandhi) publica, bajo el título de Esta es mi Oración. una carta del poeta Rabindranath Tagore a Gandhi, fechada en Shantiniketan, el 12 de abril de 1919. Para ilustración de nuestros lectores debemos expliRabindranath Tagore car lo que aquella fecha significó en la historia (Dibujo de Garduño. 1920. del movimiento de la emancipación de India: el de abril de 1919, Gandhi declaró la pri seo de venganza. Desgraciadamente estas fuerDiera huelga revolucionaria de resistencia pa zas han sido ya desencadenadas y sea debido siva en India, como protesta contra la ley a pánico o a ira ciega, nuestras autoridades británica llamada Rowlat Act. El Mahatma han mostrado ya las garras, con la consecuenfué encarcelado por las autoridades inglesas, cia segura de que algunos de nosotros seremos lo cual dió motivo a un serio estallido de vio empujados al camino del resentimiento y otros lencias en el Punjab y en Gujarat. Desde su al de la desmoralización. En esta aguda crisis, prisión, Gandhi, con el propósito de detener vos, como gran conductor de hombres que sois, esta ola de violencias de sus propios partida os habéis engrandecido proclamando vuestra fe rios, entró en ayuno completo por tres días, en el ideal que es el vuestro y el de India enhaciendo previamente un llamado a la discipli tera, un ideal que se opone por igual a la cona a sus prosélitos. Pero, las masas en esta bardía y bajeza de la venganza oculta, como ocasión como en otras no lo siguieron o a la vil sumisión del miedo y la debilidad. Tal mejor dicho no alcanzaron a captar el evan como lo dijera y lo practicara nuestro Señor gélico mensaje cuando las autoridades británi Budha, vos habéis dicho: Conquistad a la cas, por su parte, respondieron a la violencia ira por el poder de la serenidad y venced al con la violencia militar. Estos sucesos culmi Mal por el poder del Bien. Este poder del raron con la tristemente célebre matanza de Bien debe probar sus quilates por la fuerza Jallianwala Bagh, ocurrida el 13 de abril de de su entereza y por su categorica negativa a 1919. El gran poeta Rabindranath Tagore, aceptar cualquiera imposición que entrañe uso en la víspera de la tragedia que habría de en del terror y máquinas de destrucción contra lutar al pueblo indio, escribió este mensaje a una población indefensa y desarmada. Debemos Gandhi, mensaje que, como la última y pós comprender que la victoria moral no consiste cuma carta de Tolstoi al noble luchador hin en el éxito y que el fracaso no significa nedú, encierra la más prístina y transparente pro cesariamente pérdida de la dignidad y de las fusión de místico amor sublimado en amor hu intrínsecas valencias. Todos aquellos que creemano, transformado en amor al prójimo, a la mos en la vida espiritual, bien sabemos que Humanidad. Dice asi la carta del poeta benga oponerse contra el error defendido por ava12: salladoras fuerzas materiales es ya una victoria en sí misma, es el triunfo de la fe activa Mi querido Mahatmaji: el poder en en el ideal conociendo de antemano la derrota.
todas sus formas, es cosa irracional, es como Siempre be creído y lo he dicho que el el caballo que conduce el carruaje con los ojos gran privilegio de la libertad no puede recibirvendados. El elemento moral sólo está y se por caridad. Debemos ganarla por nosotros puede estar representado por el hombre que mismos antes de ser dignos de conservarla. conduce el carruaje. La resistencia pasiva es la ocasión para India de ganar esa libertad venuna fuerza que no es necesariamente moral en drá cuando ella pueda probar que es moralsí misma: puede ser usada contra la verdad mente superior al pueblo que la oprime por tanto como en pro de ella. El peligro que va derecho de conquista. India debe aceptar su implícito e inherente a toda fuerza, se acrecien ración de sufrimiento, de ese sufrimiento que ta con la posibilidad de éxito, porque enton es la corona de los grandes. Armada sólo con ces se transforma en tentación. Yo bien sé su fe en el Bien, ella debe resistir impasible que vuestra enseñanza es la de luchar contra los embates de esa arrogancia que hace mofa cl Mal por medio del Bien. Pero, tal combate de los valores espirituales. vos habéis venido es para héroes y no para hombres, quienes a vuestra madre patria en el momento en que siempre son movidos por impulsos del momen ella os necesitaba más, para recordarle su mito. El Mal en uno de los bandos trae inevita sión, para conducirla por el verdadero camino blemente el Mal en el bando opuesto, la injus de la victoria, para purgar toda su actual areticia despierta violencia y el insulto crea el de ra política de impurezas en manos de débiles que creen haber ganado un gran triunfo cuando reciben un puñado de plumas de diplomática deshonestidad. Es por esto que yo elevo mi fervorosa oración para que, nada que pueda debilitar nuestra libertad espiritual incida en vuestra línea de marcha, para que el martirologio por la causa de la verdad no degenere jamás en fanatismo de formas verbales, escondiéndose en ese auto engaño que se disfraza bajo los sacros nombres. Con estas breves palabras como introducción, permitidme ahora ofreceros lo que viene como contribución de un poeta a vuestra noble causa: Oración: Dejadme creer con mi cabeza en alto que vos sois nuestra protección, que ningún temor ni debilidad se albergan en vos. Temor del hombre? Pero. qué hombre existe en el mundo, qué rey, joh, rey de reyes. que me haya poseído en todo tiempo y en toda verdad. Qué poder hay en el mundo que pueda robarme mi libertad. Acaso vuestros brazos no alcanzan al cautivo en su prisión, llevando reposo y consuelo a su alma. debo yo adEcrirme a este mi misero cuerpo, a este falso tesoro, por miedo de la muerte. No tiene acaso mi espíritu derecho a vuestro llamado a la fiesta de la vida eterna? Dejadme saber que todo dolor y toda muerte son sólo sombras de un momento, que las fuerzas oscuras que soplan entre mí y vuestra Verdad, son sólo las nieblas que preceden el amanecer; que vos sólo sois mío por toda la Eternidad y muy superior a todas las vanaglorias de la fuerza que osa atentar y amenazar contra mi hombría.
Dadme el supremo valor del amor, esta es mi oración, el valor de la palabra, de la acción, del sufrimiento voluntario, del abandono de todas las cosas, el valor de la soledad. Dadme la suprema fe en el amor, esta es mi oración, la fe de la vida en la muerte, del triunfo en la derrota, del poder oculto en la fragilidad de la belleza, de la dignidad del dolor que acepta la herida pero que desdeña retribuirla. Vuestro muy sincero: Rabindranath Tagore.
Esta es la carta que el periódico Harijan ha publicado con fecha de ayer bajo el título ce: Esta es mi Oración. Puede verse que Gandhi, Tolstoi y Rabindranath Tagore estaban poseídos hasta el meollo por las enseñanzas del Evangelio y que en ellos la doctrira de la no violencia era la sublimación de su amor a la Humanidad y la réplica exacta de la sentencia aquella: Si os golpean en una mejilla, poned la otra para recibir el castigo.
En nuestro artículo Apoteosis de Gandhi publicado hace casi dos años al tener conocimiento de la muerte del Bapu. nosotros discutimos el valor actual de esta doctrina, teniéndola por inaplicable en la época mecanistica y agresiva del siglo XX. Nuestro amigo Alberto Rembao nos respondió con convincentes argumentos opuestos desde las prestigiosas columnas de La Nueva Democracia de New York. El debate queda aún abierto. Pero no Es cosa de poca monta que tres gigantes del pensamiento contemporáneo, tres espíritus superiores, hayan suscrito la no violencia en térmainos casi idénticos, identificándola con la esencia del Amor.
New Delhi, Julio 1949. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica