Democracy

REPERTORIO AMERICANO 109 portal, se adelantan dos hombres. Uno es grueso, fuerte, de movimientos rápidos y elegantes; el otro menudo, premioso, con frente enorme y sonrisa chupada. Los hemos reconocido al instante: el General Cárdenas está acompañado de su amigo el General Mújica.
Me adelanto a dar la mano al ex Presidente. Me estrecha entre sus brazos con palabras fraternales. Saludo al General Mújica, tan cordial y eficaz, cuando fué necesario, con los revolucionarios cubanos exilados. Con familiaridad sonriente el ex Presidente nos franquea la casa. Nos conduce, a mi mujer y a mí, a las amplias habitaciones, con ventanas a la montaña y al lago. El sol enciende ahora las redes de Janitzio y las aguas que las esperan. los pocos minutos estoy frente al gran guiador americano en la rica quietud de su biblioteca. Ahora, en los tanteos preliminares, lo contemplo a mis anchas. Mantiene una asombrosa juventud. La misma apostura ejecutiva, el mismo gesto contenido y firme de las fotografías presidenciales, pero una gentileza de orillas tiernas que no sospechábamos.
Ha engordado un poco y le preocupa: me he fijado en la reiteración con que se ajusta, inútilmente, la chaqueta cruzada. El pelo, corto y áspero, no le disimula gran cosa la cabeza puntiaguda hacia atrás, tan campesina. La nariz gruesa y poderosa, el bigote ancho y los labios demasiado gruesos le marcan una estampa popular inconfundible y grata. Los ojos francos y dulces, móviles y penetradores, de un verde intenso, le apaciguan el rostro y le ga nan el interlocutor.
Como tantos hombres realmente grandes Lázaro Cárdenas es un poco tímido en el mano a mano del diálogo cerrado. No gusta de los parlamentos circunstanciados; huye de las tiradas declamatorias; pero se engañaría el que sospechase que ello supone cortedad de visión o falta de elocuencia. Por el contrario, cuando avanza en el trato, cuando cree tocar en el que lo oye cabal entendimiento, es preciso y original, nutrido y profundo. Pero no dirá nunca una palabra de más ni una razón de menos. Afirmar, como han afirmado algunos, que esta penetradora sobriedad le viene de lo militar, es decir una vulgaridad; porque hombres como Lázaro Cárdenas otorgan a la milicia y a la magistratura civil una raíz y una floración que las integra y las renueva.
El diálogo da, esperadamente, sobre las grandes cuestiones americanas de la hora. El ex Presidente se mantiene informadísimo de lo que ocurre en el Norte y en el Sur; de lo permanente y circunstancial de cada problema nacional del Continente. Sus juicios son francos y tajantes: donde hay una opresión la denuncia; donde hay una libertad, la aplaude.
Muy pronto hablamos del Congreso Continental a favor de la Paz y la Democracia idea y necesidad que afloran en todas las patrias americanas. El General tiene sobre el asunto un enjuiciamiento muy claro. Se nota que ha meditado largamente sobre la reunión histórica, sobre sus dificultades y sobre sus frutos.
Con palabra rápida me dice. Creo que un Congreso representativo de todos los sectores progresistas de América contribuirá, indudablemente, a serenar el ambiente bélico que en estos momentos se agita. De este Congreso podría salir un organismo respetable que luche por la defensa de la paz y de las instituciones democráticas.
Ya sobre el propósito acariciado, concreta su pensamiento. Para él, lo repite varias veces, la democracia es, esencialmente, la seguridad de que cada país tenga el mando real de sus grandes problemas. Que cada uno ordene su casa, sin que nadie le interfiera la voluntad. tros y empleados, creadores e investigadores, Alude, de paso, a su propia actuación de re agricultores, industriales y comerciantes en la volucionario y gobernante. Toda mi vida, pre tarea fundamental e irrenunciable patriótica cisa, ha sido puesta al servicio de este ideal: de impedir la guerra y de resguardar y dea lograr que México resuelva sus cuestiones sin purar nuestras instituciones democráticas. Si el interferencia de ninguna nación extranjera. sentimiento existe de veras, se organizará y daLos grandes intereses monopolistas quieren do rá sus frutos. No es posible admitir que nuesminar a los pueblos; nuestro deber es evitarlo. tras patrias accedan a una sumisión económica Se detiene un instante, porque el curso del y política que supone su esclavización gradual; razonamiento lo ha llevado a campos más cer menos todavía que estén dispuestas a ir a una canos. Se ve que le vienen a la mente realida guerra que, en lo profundo, se ordena contra des de nuestras tierras. Cierra así: pero es que sus intereses nacionales. Cuando, en el siglo paun sentimiento democrático verdadero debe lle sado, nuestros pueblos sintieron la necesidad de varnos también al combate de toda forma mo la independencia, supieron organizar la necesinopolista creado en nuestras mismas patrias. dad. Así ocurrirá ahora. Entonces tuvimos ¿Acaso estos monopolios domésticos no hacen grandes conductores. Los tenemos ahora tamdura y miserable la vida de nuestras masas pobién. Mis compatriotas, al dirigirse a usted papulares. ra que encabece la gran tarea, están muy consEsos monopolios criollos, apunto, han de cientes de lo que piden, pero muy seguros de su ser combatidos por nuestra acción unida porgran responsabilidad revolucionaria.
que, en lo hondo, son también agresiones al El General queda silencioso un instante.
desarrollo normal de nuestras economías y, Después se incorpora un poco en el sillón.
sin duda, ataques a nuestra democracia. Si la Créame usted, me dice, que nunca he recibido democracia es la expresión de la voluntad del honor tan alto como el que supone la carta pueblo, bien claro está que nuestros pueblos de sus compatriotas. Conozco a los firmantes, repudian estas opresiones internas, que los presé su calidad y su ejecutoria. es por ello por paran para cualquier supeditación posterior, palo que he tardado tanto en contestarla: en mi ra conducirlos a la guerra en último término.
interés de servir mejor a la gran idea que nos El General asiente a su modo singularísimueve. En primer lugar, debo decirle que unos mo, hijo de su vitalidad desbordante: con un días antes de recibir la carta de ustedes y la del manotazo cordial sobre mi hombro despreveGeneral Batista recibí una del licenciado Lomnido. Dice: bardo Toledano, presidente de la invitándome a una reunión muy semejante. Claro que un Congreso por la democracia debe combatir, para bien de nuestro maConozco la iniciativa de la y ñana, toda forma antidemocrática, lo mismo las de ella he hablado largamente con Lombardo agresiones de adentro que las de fuera; por Toledano en la ciudad de México. puedo eso, pensando en el Congreso adelantarle, a nombre de mis compatriotas. que estimo necesario me desvela tanto que pueda resulque una iniciativa no estorbará la otra. Lo tar una asamblea de soñadores. Los acuerdos importante es que la reunión se efectúe, y a de la reunión son importantes; pero más imtiempo. Dé por seguro, General, que los esfuerzos serán perfectamente unificados.
portante es que quede un organismo que, de Me satisface mucho eso. Así marchareveras, lleve adelante sus decisiones.
mos bien. Pero, decía usted que el Congreso Me parece justa la preocupación del exPresidente y empeñosa, pero posible, la autodebe ser expresión de los sentimientos democráticos y antibélicos de todos nuestros pueblos.
ridad real del Congreso. Razono así mi criteEs indiscutible. Si el Congreso no es un MOrio: para mí no hay dudas de que nuestros paíVIMIENTO, además de ser una gran asam ses quieren la democracia y repudian la gueblea ejecutiva, no cumplirá sus fines. Ese penrra. Si es así, lo fundamental existe. Todo essamiento ha dominado en mí al contestar la tará en que los hombres más responsables de invitación cubana que usted me hará la boncada pueblo americano entiendan su misión y dad de llevar. Si el Congreso no tiene raíces la cumplan. No se trata de la obra de un paren cada tierra americana, no dará frutos contido, ni de una secta, ni de una clase social; venientes. Es cierto que Latinoamérica tiene se trata de unir a obreros y campesinos, maesproblemas comunes; pero el estudio real y valiente de cada cuestión debe ser acometido sir sectarismos ni ocultamientos, por los meSi quiere suscribirse al jores representativos de cada nación. Así se integrará cumplidamente el programa del Congre Repertorio Americano so, algo que debe ser en verdad el programa diríjase a de los pueblos americanos. Ningún hombre FAXON CO puede sustituir la opinión colectiva. Yo tengo en mucho la solicitud cubana de la convocatoSubscription Agents ria personal, pero, sin escatimar mi colabora83 91 Francis Str.
ción sino ofreciéndola, entiendo que tiene más Back Bay fuerza y más efectividad una convocatoria que nazca de la coordinación de esfuerzos de todos Boston, Mas.
los países del Continente. Quién, hechas las cosas de esta manera, pudiera oponerse a la voluntad de nuestros pueblos. En apoyo de su pensamiento el General aporta algunos antecedentes. El reciente ConSTECHERT HAFNER, Inc.
greso de Wroclaw, uno de ellos. Allí están sus Books and Periodicals frutos, afirma refiriéndose a alguna de sus con31 East 10th Str. New York 3, secuencias concretas. No olvidemos, termina, que lo que vamos a intentar tiene una trasCon esta Agencia puede Ud. cendencia enorme. Por primera vez los democonseguir una suscrición al cratas americanos acordarán, para sus pueblos y para el mundo, una acción decisiva y orgaRepertorio Americano nizarán. deben organizar la defensa real del progreso y la paz del Continente. Ningún Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica