REPERTORIO AMERICANO 313 SONETOS de Luis Julio Bermúdez (En el Rep. Amer. Envío del autor, joven poeta venezolano, ahora de paso en Costa Rica. Tres veces manantial, dos veces risa RETORNO y una vez primavera sosegada (Apunte costanero)
desnuda como el aire y resguardada por el Amor que vaga en la sonrisa. Parece que la vela fuera sola. Salazar Mata.
Tres veces manantial, dos veces risa y una vez la doncella custodiada. De repente. Qué de azules puros!
por lebreles de luz enamorada El aire entre sus brazos me levanta y el instante cordial de mi sonrisa.
y sueño que retorno y que en mi canta la sombra de mi infancia y destos muros.
Tres veces el Amor, como ella: puro Regreso y voy de mí: voy por los puros dos veces el gemir que con las horas consuelos desta hora que levanta detiénese a morir en el quebranto mi vivir junto al río y, la garganta, suelta la voz por familiares muros.
y no sé cuántas veces esto duro de no morir con ella que en las horas.¿Principia el mar al fin de la mirada?
detiénese a vivir junto a mi canto.
Veo torsos en el aire levantados, veo leves barquichuelos que, en la rada, perdidos fueran de no estar atados y.
libre: por el viento y por la ola parece que la vela fuera sola.
FUGA ELEGIA ELLA Vaguissima sembianza.
Delgada joven del adiós y el vuelo (Una aria antigua. callado y leve del adiós callado.
Esa leve criatura del anhelo Llorada virgen que con leve paso ¡Qué lejos vuelas del amor alzado, abre la voz y por la voz se eleva te vas de mí tan virgen y llorada llorada joven del adiós y el vuelo.
sobre ella misma y, casi junto al cielo, por lejanas comarcas en que, alzada, parece que es el cielo quien la lleva.
quedas lejana y de borrado trazo.
Niña llevada por adiós y vuelo: Esa leve criatura del anhelo ¡Qué leve cruzas el amor callado tiene una voz delgada en la que eleva Virgen llevada por donde mi paso callado amor que se mantiene alzado su misma voz a parecerse cielo no puede conseguirte aunque llorada por tu joven dejarme y por tu vuelo!
del mismo cielo que en los ojos lleva.
te lleve en esta lágrima que, alzada, quedó cuando te fuiste, leve trazo ¡Qué bien cruzas por cielos y fontana!
Pasa un instante sin decirme nada. Qué bien ese tu vuelo que se hermana lieva un azul que cielo azul parece llevo dentro de mí con desconsuelo a paso leve de ala por el cielo!
y por el talle la sombra de una rosa del desolado corazón en vuelo por donde vas tan virgen y llorada.
Por ese adiós tan leve que resbala y le miro la voz cuando, callada, con paso que te hermana con el ala, llega un instante y al instante crece Leve trazo repito de tu vuelo mi lágrima levanto y mi pañuelo.
sobre su talle de.
llevado desde mí con desconsuelo sombra de rosa.
del desolado corazón en vuelo.
Con volubilidad juvenil canta lo mismo a la guerra que en contra de la guerra. El enemigo, siempre invisible, parece irreal y su novia, que recuerda con el brillo de las bayonetas, tan irreal como el mismo enemigo.
Hay un extraño sentimiento de vergüenza, casi enfermizo, que prevalece en toda esta poesía. El asco es su tema frecuente; el olor de la humanidad que no es a rosas y el no haber encontrado nunca el Jardín de Pieria; la presencia de lo sucio en todos los sueños de belleza. Cómo poder soñar contigo que eres bella. o aquel temor a un beso póstumo de su novia: ción de su segundo libro de poemas, ahora en español, en México: El soldado desconocido, con portada de Diego Rivera.
Continuando su destino cosmopolita, los poemas de este soldado vienen ahora de Flandes, el mismo que Pallais había visitado hacía poco por otros caminos y desde donde había seguido firmando todos sus versos desde entonces. Aunque el poeta afirma en el prólogo haber estado realmente en la guerra. Explico que tuve la buena suerte de servir, voluntario, bajo la bandera del Rey Don Jorge las fechas de los poemas de su libro anterior difícilmente dan lugar a que se le crea. Esa poesía, además, aunque a menudo realista, produce cierta impresión general de autobiografía ficticia. Flandes es para él una tierra confusa, llena de lodo y podredumbre, a menudo borrada por el humo y los gases y oculia por secretos militares. Su primer desembarco ha sido vagamente en Bélgica o en Francia. En esa misma vaga tierra de nadie. en Flandes o en Francia. dice en el prólogo que han desenterrado al Soldado Desconocido, un soldado también de nadie. Es barato y a todos satisface. No hay que darle pensión. No tiene nombre. Ni familia. Ni nada. Sólo Patria. En sus poemas el poeta se asemeja también a ese soldado fantasma, en quien lo único verídico parece ser el recuerdo de su tierra.
candidez de los niños haciéndolos soñar por un momento con él. La broma de esta sucia ave es la expresión más exacta del puoblo nicaragüense, uno de los más desengañados que se conoce y de más sucio y burlesco vocabu.
lario. precisamente sobre este punto hay un detalle muy significativo en un poema de Salomón: enumerando una serie de pájaros príticos, como el faisán, el fénix y el quetzal de Guatemala, cita también el Pájaro del Dulce Encanto de Nicaragua. Evidentemente el poeta nunca supo o lo olvidó después, que es más probable el desenlace de la fábula.
De la misma manera, cuando ese Dulce Encanto se le deshace en la realidad, ha olvidado también reír.
Salomón desentierra al Soldado Desconocido en los campos de batalla para cantar en ese cuerpo, que no importa de quién sea, el sufrimiento humano. Ese cuerpo que después es erigido en monumento, en un ataúd bien cerrado, para que no escape ningún mal olor. según sus propias palabras. En la indignación con que él quiere reivindicar ese sufrimiento parece oírse el eco de un inmenso ejército de esqueletos que Carl Sandburg vió marchar a lo largo de Pennsylvania Avenue, un día que celebraban la ceremonia del Soldado Desconocido. No quieres que me tenga asco cuando me bese la boca!
En un estudio sobre Joaquín Pasos, Pablo Antonio Cuadra señalaba también lo feo como un elemento de la poesía de Joaquin: aunque éste, a diferencia de Salomón, recurría a la risa y al humor como una forma de escape. Esta risa de escape, Pablo Antonio Cuadra la encontraba característicamente nicaragüense y la ilustraba con una fábula profundamente nacional: el Pájaro del Dulce Encanto. Este pájaro, de nombre indiscutiblemente poético, cuenta la leyenda que se convierte en excremento y el pueblo lo usa para burlar la Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica