José Carlos MariáteguiViolence

220 REPERTORIO AMERICANO Carta a Rómulo Gallegos Manuel González Prada yacía inerte, inmóvil. cación en la época en que vivimos de violen tesis, viene diciéndose contra usted, es que caSu corazón tan grande, había cesado de latir. tas transformaciones. Ellas pueden haber ca rece del costado reptil y del costado carnicero No se escuchaba ya su acompasado ritmo. El ducado pero siempre algo se levantará incólu que hasta hoy se consideran necesarios para Perú había perdido a uno de sus más preclaros me, luminoso, resplandeciente, de pie: el hom mandar y disciplinar hombres. Esto es, realhijos.
bre. Los hombres de la nueva generación en mente, otro elogio. La cantinela de su ingeSobre su tumba fría: flores, lágrimas. En González Prada admiramos y estimamos co nuidad y de su suavidad es el tributo que, sin el corazón de cada peruano un eterno agrade mo refiere Mariátegui sobre todo, al austero saberlo, le rinden cotidianamente sus enemigos.
cimiento, un profundo respeto, una enorme ejemplo moral. Estimamos y admiramos, sobre Como crítica, como censura, se quiebra ante admiración.
Lodo, la honradez intelectual, la noble fuerte la razón más embotada: el autor del grupo de González Prada legó un mensaje. Las gerebeldia.
novelas hispanoamericanas más homogéneo de neraciones jóvenes lo han hecho suyo. Gon Hoy, al rendirle este desteñido tributo, nos nuestra época, el creador de Doña Bárbara y zález Prada legó un pendón de combate. Las parece verlo, alto, varonil, arrogante, infunel buceador de Juan Solito, de Cholo Parima, generaciones jóvenes cierran filas, se agrupan diendo respeto, enhiesto, gallardo. nos padel Sute Cupira, de No Pernalete, de Santos bajo su sombra. González Prada legó el ejem rece oír su inapagable eco, retumbando en una Luzardo, de Marcos Vargas, del Conde Giafplo de una vida recta, pura. Las generaciones sala.
faro, de los Ardavines. de hombres buenos, jóvenes tratan de imitarlo.
Sentimos el murmullo de los que lo aclade hombres violentos, de hombres torcidos, de Del maestro, de don Manuel, rendimos cul maron una y mil veces, y los que lo seguirán hombres caídos no sólo conoce bien al ser to a su espíritu, a su vida. Ello es lo perdura haciendo.
humano, sino que lo hace y lo deshace, lo crea ble en su obra. No importan algunas ideas con vemos destacarse, en descomunales caracy lo recrea cuando le viene en gana. Lo que las cuales podemos no estar de acuerdo, como teres, con letras relucientes, su frase admonitien efecto sucede. Hay que buscar al verdade va y discutida, tan actual, tan suya, tan nuesno hace, porque está por encima de ellos, es ro González Prada en su credo de justicia, en embarrarse en su fango.
tra: Los viejos a la tumba, los jóvenes a la su doctrina de amor; no en el anticlericalismo obra.
Difícil era, particularmente dificil es la houn poco vulgar de algunas páginas de Horas ra de satrapías que ha vuelto a caer sobre Améde Lucha. anotaba José Carlos Mariátegui. No San José, Costa Rica, rica, esta hora de compras, ventas, regateos y interesa que algunas ideas ya no sean de apli 15 de febrero de 1945.
cabildeos indecentes que azota al mundo. Nuestra vernácula tradición vivaquera se empeora con una realidad universalmente mercachifle y tenebrosa. La derrota política si eso es derrota es hoy, aquí, más que nunca, valioso galardón para mañana y para siempre.
Por Andrés IDUARTE no le pese, mi querido Rómulo, el re(Envio del autor. proche que ya se le ha hecho y se le seguirá haciendo. por qué, siendo tan ajeno a las triMuy querido Rómulo Gallegos: una carta suya, escrita en Beluso de Galicia en quiñuelas y a las brutalidades de la política, Con verdadero dolor, pero sin sorpresa de 1935, pidiéndome que yo no publicara, o que aceptó este hombre su ingreso en ella. Muninguna especie, recibí la noticia del cuartelazo cuando menos recortara, un pequeño ensayo chos le hacen el reproche con malicia, como que derrocó a su gobierno. Con inquietud y mío en lo que no le hice caso porque le argumento habilidoso; otros, con auténtica cuidadosa atención venía yo siguiendo, desde inocencia. Existe el hombre inmoral que ve al parecía demasiado generoso. No, Rómulo hombre moral como un estorbo en su mismo antes de que tomara usted posesión, el ataque Gallegos, aunque no lo quiera usted, siempre de sus enemigos, y las maniobras más o menos tendrá elogios limpios de los que hayan leído campo; existe también el frívolo sin idea de veladas que se llevaban a cabo para organizar su obra fuerte o hayan visto su vida diáfana.
responsabilidad política, sin responsabilidad y producir el pronunciamiento. ahora sigo, Ya ve usted que en el momento de su caída humana. Para el frenético de poder, para el ambicioso de dinero, para el buscador de apariencon diaria angustia, la suerte de Venezuela. gubernativa por obra del sable militar, de su Mi pena no es sólo de amigo. Si lo fuera, nueva ascensión moral, son Gabriela Mistral, cias. qué puede ser, sino motivo de molestia, no hablaría de ella en público. Es de hombre Alfonso Reyes. Enrique González Martínez, quien entra a la política con ánimo de dar y no de recibir, de servir a los hombres y no de y de hispanoamericano. Su caída, por golpe Jorge Mañach, Juan Marinello, Mariano Azuedel ejército esto la hace ascensión es la de la, Germán Arciniegas, Raúl Roa, Carlos Pellimontarse sobre ellos, de regalar para el bien uno de los hombres más buenos y sencillos que cer, Manuel Sandoval Vallarta, Fernando Or público el nombre y la fama que ya adquirió be conocido, de uno de los gobernantes mejor tiz, cien valores más de todas las disciplinas y con la virtud, con la inteligencia y con el traintencionados que ha elegido el pueblo de de todas las generaciones, lo más representativo bajo? para el escéptico, no es el ingreso a América, de uno de los más altos escritores de de nuestra América, quienes inmediatamente se la política una estúpida inmolación, un sacrinuestra lengua. Nuestro duelo no es nada más han puesto a su lado. Lo estuvieron cuando ficio por nada y para nada?
personal o sentimental, sino duelo moral, po estaba usted en el poder, lo están más que nunUsted dió una lección al aceptar y da otra lítico en el noble sentido del término in ca cuando usted lo deja. Su nombre, Rómulo al perder materialmente el mando. Sube usted telectual Gallegos, aunque usted se empeñe en evitarlo, a la Presidencia llamado por el voto público.
Parecidas cosas he dicho y he publicado aunque usted quiera prohibirlo, es otra vez su Acepta usted el poder en un momento grave, sobre usted por allí andan impresas desde arrolladora propaganda.
interior y exteriormente, con graves problemas que tuve la fortuna de conocerlo y de hacerme Hablaba yo del dolor que hemos sentido. dentro de casa, con graves problemas alrededor su amigo, durante su destierro, allá en la Es Diré ahora algo de por qué no nos sorprendió de ella, por todas partes. Había defectos de raíz, paña de los treintas; cuando, a la muerte de el asalto de que fué víctima. Difícil era que un muy hondos y muy viejos, feudales, cuarteledon Juan Vicente Gómez, salió usted para hombre de su categoría moral no naufragase ros, y otros nuevos, agudos y amenazantes.
Venezuela; cuando andaba usted en los mares de la política sería mejor decir Pero había, por eso mismo, la posibilidad de cumpliendo su viejo deseo puedo decir que de la politiquería que han sido y son de in iniciar una nueva etapa, una etapa popular y fortalecido en mi compañía de filmar en mi triga y violencia. no es porque usted padez constitucional. Cómo iba usted a decir que país sus grandes novelas; cuando llegó usted ca de lo que sus malquerientes han dado en no. Le seguí desde lejos, y adiviné y luego a la Presidencia; cuando visité su patria por in llamar ingenuidad. es porque su pureza le y supe todas las perplejidades y las resistencias vitación de ustedes, que me honra. No, no es impide navegar sobre la primera y sumergirse que dentro de sí mismo tuvo usted que venusted de los que necesitan tener poder ni tener en la segunda. Si usted quisiera podría ganar cer, que generosamente venció usted. ya en dinero, ni halagar a nadie en ninguna forma, en ellas a todos los vivos y a todos los tigres; el poder veía usted que era ncesario ceder en para recibir alabanzas. Basta leerlo, basta sólo pero no quiere usted, ni puede querer, ni que lo que no quería usted ceder, atropellar en verle y oírle, para quererle y apoyarle. Su mo rrá nunea. No, no es que usted ignore cómo donde no quería usted atropellar. Siguió usmo de ser tan parco en caravanas, tan ajene funciona la picardía, ni desconozca cómo ope ted siendo el mismo, sujeto a su conciencia, a genuflexiones y a toda clase de artificios ra la fuerza. No es tan arduo aprender a dis atado a su deber. Los que por un lado le acupolo opuesto de los buscadores de pu parar en el momento oportuno los clásicos ca san de blando y los que por otro de abusador blicidad. no sólo no la busca sino que clara, ñonazos de cincuenta mil pesos ni los antedi de las leyes, ya tendrán ocasión de comparar.
expresa e insistentemente la rechaza, Guardo levianos golpes de maza, Todo lo que, en sín Lo cierto es que usted, al entrar al ruedo polipor México es Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica