REPERTORIO AMERICANO 365 Arturo Mejía Nieto MORAZÁN to de comunicación, de fraternidad y de cultura!
Según las estadísticas publicadas en 1940 por el Boletín de la Sociedad de Naciones, hablaban el castellano 27. 700. 000 personas en Europa; 150. 000 en Asia; 450. 000 en Africa; 82. 000. 000 en América, y 13. 500. 000 cn Oceanía, Islas Filipinas. En total, unos ciento treinta millones.
Pero esa población, sobre todo en América, crece rápidamente, porque su indice de natalidad es muy alto y el de mortalidad desciende. El demógrafo Kingsley Davis afirma que la América Latina es la región del globo en que la población aumenta más de prisa. Lo probable, según los cálculos de Davis, es que en fecha no muy lejana el español se halle más difundido que el mismo inglés. Sólo sería superado por el chino con su abundante Variedad de dialectos. Pero, en la esfera de la cultura, quizás nuestra lengua, por su espléndida extensión, esté llamada a ser la primera del mundo.
Presidente de la desaparecida República Centroamericana Editorial NOVA Buenos Aires 1947.
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Con el Administrador del Rep. Amer.
Luis de ZULUETA.
Carta desde desde Nueva York Iduarte en Venezuela Por Roberto ESQUENAZI MAYO (En el Rep. Amer. cen sobre todo el mundo latino. Si de éstas nos vienen las noticias, los textos internacionales, las revistas ilustradas, las películas, las máquinas, los productos industriales, es natural que, en todo ello, nos lleguen las huellas indelebles del idioma que hablan sus exportadores, los doscientos millones de anglosajones.
El ejemplo típico es el del deporte. Imposible hablar de él sin emplear voces inglesas.
Cuando los extranjeros describen una corrida de toros han de intercalar vocablos españoles.
Pero si nosotros relatamos un partido de boxeo. He ahí un texto expresivo, citado por el mismo señor Alfaro: Luego de ese impacto. el retador retrocedió hasta un correr. donde Kid Flanagan le ajustó dos jabs y tres uppercuts que lo dejaron groggy.
Ridículo. verdad? Pero quizá sería más ridículo el texto, y menos exacta la reseña, si nos empeñáramos en traducirlo a un castellano cervantino.
He dicho que, además de inevitable, el anglicismo es muchas veces beneficioso para el desarrollo de la lengua española. La acrecienta y la moderniza. Es cierto que casi todos los vocablos ingleses incrustados en nuestro idioma podrían ser reemplazados por otros castellanos. Pero éstos no dirían exactamente lo mismo. En realidad, cada palabra lleva consigo un matiz propio; es singular, insustituible, única. En el lenguaje humano no hay sinónimos. La eliminación de barbarismos es empresa saludable a condición de que se realice con amplio criterio. Así, don Ricardo Alfaro acepta como útiles numerosos anglicismos, y aun entre los que no parece admitir hay algunos que yo no repudiaría. Palabras como, por ejemplo, control, entrenamiento, líder, crucial, gangster, jockey, si hoy quizás nos suenan a bárbaras, mañana serán clásicas. Hasta frases como el camino a seguir. tan censuradas por muchos gramáticos, pueden ser correctamente usadas en castellano, según ha demostrado, en este caso, mi amigo el ilustre profesor González de la Calle.
Hay que dejar que el lenguaje evolucione libremente. El idioma está al servicio del hombre y no el hombre al servicio del idioma.
Mayor peligro para una lengua es el empobrecimiento que la incorrección. Muchos entre los grandes escritores han sido incorrectos; ninguno pobre, ni en su léxico, ni en sus formas sintéticas. No debe el castellano estudiarse como el latín, la lengua viva como la lengua muerta.
Ahora bien: reconocido todo esto, volvamos a nuestras primeras consideraciones. Guerra despiadada al anglicismo vicioso! El anglicismo torpe, acogido por desidia o ignorancia, divulgado por las películas mal escritas y los cablegramas mal traducidos, es el mayor peligro que hoy amenaza no al purismo ortodoxo de las academias sino a la natural belleza, al libre vuelo, al sano desenvolvimiento de ruestra lengua castellana. Limpia, fija y da esplendor. dice si no recuerdo mal, el lema de la Academia Española. nuestro idioma debemos limpiarlo algunas veces, como ahora, por ejemplo, de intrusos anglicismos; no fijarlo nunca y procurar siempre darle el esplendor que merece.
Merécelo subjetivamente porque es nuestra lengua materna; mas también objetivamente lo merece no sólo por su glorioso pasado, su bistoria, sus clásicos, sino por su inmenso porvenir. Hemos recibido en la cuna, como un dón del destino, como un tesoro del espíritu, un idioma de extensión mundial, hablado hoy por veinte naciones. Qué poderoso instrumenEl lunes, 11 de octubre, víspera del aniversario del descubrimiento de América, el Instituto Hispánico de la Universidad de Columbia se reune a las ocho y media de la noche.
El lugar está repleto: americanos, cubanos, colombianos, venezolanos, españoles. todos, todos están presentes. El profesor Iduarte va a hablar. Iduarte, que es el Jefe de la Sección Hispanoamericana del Instituto, nos va a relatar algo del reciente viaje que hiciera a Venezuela junto con el Presidente Gallegos. La sala aguarda alborozada y al llegar los funcionarios del Instituto el murmullo se aplaca.
Iduarte se dirige al estrado y al pasar se va haciendo el silencio. El profesor enlaza las manos hacia el frente encima de la tarima.
Algunos siguen llegando. El aposento no soporta más oyentes y se sientan los últimos en la escalera, a escuchar.
El maestro mexicano comienza tranquilamente, en tono conversacional, sin aspavientos. Habló de sus años primeros, cuando en Tabasco sintió ya la presencia de Venezuela y dijo de sus luchas posteriores contra Juan Vicente Gómez, inspirado por Vasconcelos. De Bolívar captó el toque magistral, y escribió sobre él páginas que su estancia en París, jun10 a otros hispanoamericanos, multiplicaron y avivaron. Ah! nos cuenta de aquel Congreso Iberoamericano de 1930 donde asistieron mexicanos y españoles y al que no faltó Iduarte. Oímos también del premio que obtuvo con su ensayo El Libertador Simón Bolivar, y después, con su charla, volvemos a Madrid. Allí estaban refugiados los venezolanos, compatriotas de Bolívar; y es entonces que empezó una amistad con Rómulo Gallegos que no habría de interrumpir ni la distancia ni los menesteres de la vida cotidiana. En Madrid y en Galicia el apego con venezolanos se intensifico. Con Gallegos y de Gallegos escribió Iduarte. De 1933 en adelante aparecieron Cantaclaro, Gallegos, novelista de América y Los nuevos rumbos de Venezuela. Era cuando la dictadura de Juan Vicente Gómez reprimía con más furor a los venezolanos y cuando los jóvenes del país lidiaban valerosamente contra el tirano. Rómulo Gallegos, Gonzalo Barrios, Juan Oropeza, Víctor García Maldonado compartieron en Galicia y en Madrid horas de desconsuelos y de esperanzas.
Allí mostró el actual presidente venezolano su temple y su maestría literaria. Era sencillo y honesto con todos; asiduo en la labor e impertérrito en su oposición a Juan Vicente. De aquellos días publicó Iduarte en Cuadernos Americanos el NO del año en cursoRómulo Gallegos en España. En su charla nos recuerda algunos de los pormenores de su arcículo y, lentamente, va reconstruyendo, para deleite de la audiencia aquella vida azarosa de los exilados.
Los años corrieron. Gallegos fué electo Presidente de Venezuela e Iduarte fué profesor en la Universidad de Columbia. Llega Gallegos a los Estados Unidos invitado por este gobierno y la Universidad de Columbia le confiere al primer magistrado el Doctorado Honoris Causa. Iduarte lo recibe y le coloca la muceta de Doctor. Terminadas las ceremonias oficiales los dos personajes hablan y rememoran. van juntos a Venezuela. Gallegos lo invitaba. Era un deseo cumplido. Iba Iduarte a conocer la tierra venezolana que amó por medio de sus amigos en Europa. En su plática, sencillo, pero emocionado, dijo: Por esto mi viaje fué un viaje completo, redondo, vital: conocer lo no conocido pero siempre pensado, ver lo adivinado y lo entrevisto. Llegué a paisajes y a medios nuevos; pero, a la vez, a tierras parecidas a aquellas en que nací y pasé mi niñez, y al contacto estrecho con un pueblo cuya historia me era familiar.
Iduarte ve en los venezolanos y en Venezuela el recordatorio de su niñez: Recordaban mi solar, me llenaban de recuerdos de mi infancia, y al mismo tiempo, de mi adolescen Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica