REPERTORIO AMERICANO 325 Otras poesías (En el Rep. Amer. PARA ENTONCES (De Siempre tú)
que las violetas de la tarde se han marchitado ya, y el polvo de todos los senderos, ipara qué quitarlo ya!
En el lento ir venir del tiempo. cansada, con el eterno fardo de tu ausencia, me detuve, en el anchuroso camino de la vida.
En el lento ir y venir de minutos, hubiste de llegar a mi sendero, en el ocaso de la tarde, y tu presencia fué renacer de primavera en el eterno erial de alma y escenario.
INDIO HERMANO (De Raza. Indio hermano, subí la cima imponente, asida a los troncos, a los yerbajos de la selva, metiendo mis uñas en la dura tierra. Escalando, escalando, entre cieno y verdor!
Indio hermano, subí la cima imponente con tierra en mis manos y cara, con sangre en mis manos y pies.
Subí lentamente, pero aquí estoy, jIndio hermanol, postrada ante las Tres Cruces a dar las gracias.
desafiantes, frente al tumulto de gentes que apresurada compra.
Mar de canastos, que se yerguen en simpático vaivén sobre cabeza indígena.
Mar de sonrisas en nuestros labios al escapar del golpe certero de una verdura, que en el aire se agita, en canasta indígena. Cómpreme, chula, que llevo de todo. Cómpreme reina, que si me compra la llevaré a casar! la multiplicidad de voces se pierde entre el verdor de lechugas. Amiga, ve por aquí!
Amiga, ve por allál Cuidado con las pezuñas!
grita en simpático gesto un labrador mestizo que con su ufana carretilla, llena de repletos sacos, quería abrirse paso entre el mar humano, que en frenético olea je corría por acá y allá. Cuidado con las pezuñas, reina. Cuidado con las pezuñas, chula! sonrientes vimos pasar la airosa carretilla.
Llena tu canasta, llena mi canasta, con sonrisa triunfante, con caminar cadencioso, del tumulto nos alejamos.
Amado que siempre esperé: cuando tiendas la mano para contestar un nuevo adiós!
cuando mi alma, con la desesperación de saberte ya ausente, te diga también de nuevo jadiós!
para entonces, ya el fardo de tu ausencia no será tan pesado, ni el escenario tan lúgubre; porque en el marco de mis pupilas, tu imagen será: compañía en el anchuroso camino de la vida.
Indio hermano: mañana será el descenso, junto al alba, tú y yo debemos partir y a la sima debemos llegar, Iquizás. Por eso junto al alba debemos orar.
ESPIRITU INDIGENA SOLLOZANDO SOLAS De nuevo a casa, que invitados a cena esperan!
Corrí por los prados, llenos de verdor, con mi canción de esperanza, con mi canción de tristeza, que pudiera entonarse; con melodía de viento, con soledad de noche.
Corrí por los prados llenos de claridad lunar, en pos del recuerdo, que hiciera eco, con mi canción desgarradora de ausencia y esperanza.
Inclinada mi cabeza, entrelazadas las manos, en ademán estático recibí la caricia del Dios Sol.
Mi cuerpo fué saturándose de tibio calor, y sentí renacer de tiempo pasado ancestral en mi ser.
Inconsciente, levanté mis manos, hacia espacio y sol.
Insconsciente, mis ojos se llenaron de rara alegría y llena de sol y espacio de binojos, a las plantas del Dios Sol inclinada mi cabeza, quedó.
CAMINOA BAJO (De Naturaleza. Cantarina, bulliciosa va el agua saltando piedra y tierra, destino abajo. Aquí estoy y por aquí voy. dice a lo lejos, y el césped alegre, basta se ha ruborizado en verde, y los álamos del bosque, se han encorvado en sus vetustos troncos para poder besarla. Aquí estoy, pero me voy también. Adiós césped. 1Adiós, álamos!
que más agua, viene atrás, camino abajo.
Corrí lejos, muy lejos.
hasta que mi canción fué, sollozo desesperante, en la noche del recuerdo, er la noche de la soledad.
DE COMPRAS CANSANCIO ¡Amado, qué cansada estoy!
ha sido tan largo el camino de la espera. Amado, ayúdame a quitar el polvo de todos los caminos, extiende tus brazos de ensueño, y deja reposar, en su blandura y tibieza, las violetas de la tarde recogidas en todos los senderos. Amado, qué cansada estoy. Te llamo y no respondes. Te grito y no me oyes!
1Amado, no vengas ahora!
Vamos, amiga.
Vamos de compras, que en cena de Nochebuena, invitados nuestros esperan. Una canasta y un rollete para ti!
Una canasta y un rollete para mít con airoso gesto nuestros pasos se pierden, quedando eco en calles y avenidas, y nuestras sombras, dibujadas en la pared cercana, a lo largo de la vía, fueron legado indígena que nos diera el hermano de raza.
y nuestras sombras se confunden ORANDO (De Solas. La iglesia está desierta, los santos se han quedado solos, quietos y tristes.
El vientecillo de diciembre, juguetón, se cuela por rendijas y puertas.
El polvo en cortinas blanco amarillentas, llena los altares de raros encajes. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica