Joaquín Gutiérrez

REPERTORIO AMERICANO 309 SIN PAŽ Del pintor chileno José Venturelli son las dos fotos que damos. Impresas bajo el título de Sin Paz por la Editorial Norte, Santiago de Chile. El álbum comprende láminas en silk screen, la técnica que usaban los chinos hace mil años, antes de la Imprenta.
Venturelli fué el ilustrador de Macchu Picchu de Neruda. Se le considera el pintor joven de más talento en Chile y, tal vez, de toda Suramérica. Envío de Joaquín Gutiérrez, en Santiago de Chile. Baix Euch BAXEND El Vengador El Mar Este Universo mío.
SON POEMAS DE OLGA KOCHEN (En el Rep. Amer. en mis brazos cansados.
Mírame diminuta, perdida ya en la noche.
negrura de tu templo que asciende al infinito.
quien pueda verte y pronunciarte cuando mi pensamiento luminoso desgarre su negror haciéndolo visible en cada ascenso.
Mírame diminuta sobre esta blanca ausencia perdida ya en el tiempo, perdida entre mi busca.
Olvidado está el cuerpo.
Soy quien camina en la dulzura de los cela jes y es mi grito arco de luz.
Cíñete a mí, oh nube humedecida de poniente, ciñete a mi desnudez, verdor de mediodía, envuélveme en tu olor mojado, tierra voluptuosa.
Quiero cantarte. Quiero desbordar en ti este interno mar de voces milenarias que suben para regar todas las raíces.
Voces de mal y de bien, de esclavos y de vencedores.
Voces de crecimiento y de espera.
Desgarra mi entraña, oh tierra fecunda, ro quiero acallar mi boca. tú, noche desnuda, acepta mi ropa je, no temo el frío ni el dolor, Quiero que beban mis ansias y quiero ver crecer mi vaso multiplicándolo en los labios sedientos porque yo soy Todos y es mi plenitud este verterme en los otros mientras ellos entran en mi.
Si tu mirar me encuentra tal vez llegue a ser sombra, tal vez a ser entraña y conozca tu nombre o los nombres del llanto.
El sendero en un irse de niño distraído, va dejando en las cosas su mirada de luz.
Andar es ya dolerse del ruido de los pasos y es blanco este silencio herido por la pena. A ti quiero cantar, oh gran Obscuridad poseedora de todas llamas y de las formas todas.
No sé dónde la luna destrozará las sombras, o donde la tiniebla alumbrará esta espera, ti que envuelves mis ansias y mis sueños en hondura, sin límite, de angustia, Qué pecado persiguen las sangres desbordadas?
Yo no he sido medida, existía antes de mujer alguna y en la última aún seré dolor.
No desespero ni duermo, hago de mi congoja un canto extendida en mi límite me llamo eterna, Perdido ya, sin tacto, sin herencia y sin voz, el dolor no razona.
Sólo tú haces posible este girar de círculos, al centrarlos en tu graa silencio.
Se despedaza el Hombre y esas manos vacías se ofrecen a la nada perezosa de tiempo.
Alzado de mi sombra con la raíz hurgando la entraña de esta tierra, va mi llanto infecundo, Soledad hoy te llevo ti quiero llevar mi gran ola de luz por verla, sumida en la negrura, reconociéndote y anunciándote, Porque quiero ser yo Toda mi sangre está herida. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica