REPERTORIO AMERICANO 341 SELECTA ONCM La Cerveza del Hogar BLECTA EXQUISITA SUPERIOR ción estigmatizadas en las Sagradas Escrituras.
Es el río mismo el que habla en las páginas de Vicuña. Pasa cerca de Paneas, donde los prisioneros de Tito fueron echados al circo de fieras. Por allí cerca fué donde Jesucristo dijo a Pedro: sobre esta piedra edifica mi Iglesia.
Poco más allá ya no es río, es un pantano, el Merom, en cuyas riberas acampó a los 75 años de edad Abraham, el padre del pueblo hebreo, que venía de Caldea camino de Canaan, la Tierra Prometida. Ese fué el escenario de las tribulaciones con Sara, que finalmente le dió un hijo, Isaac, y con la esclava Agar que le dió otro, Ismael. Vuelve a ser río el Jordán pero no por mucho; a pocas millas otra vez confunde sus aguas con el Lago Tiberiades o Genezareth. Por allí está el Puente de las Islas de Jacob y en las orillas se hallan Cafarnaum, Magdala, Betsaida.
Son las aguas y tierras de los milagros, donde Jesús calmó la tempestad, produjo la pesca milagrosa y pronunció el Sermón de la Montaña. De allí bajaron las palabras que regaron al mundo por veinte siglos; de amor hasta por el enemigo; de perdón hasta poner la otra mejilla; de admonición a los hombres de poca fe; de esperanza, pedid y recibiréis, golpead y se os abrirá. de precaución para los gue se acercan vestidos de ovejas cuando en realidad son lobos. Por esas comarcas la pecadora de Magdala escuchó lo increíble, vete, tus pecados te serán perdonados. y se salvó la mujer adúltera porque no hubo quien, libre de pecado, arrojara la primera piedra.
Recupera el Jordán su identidad fluvial saliendo del lago por el Valle de Gohr, teatro de las hazañas de los Macabeos, Saúl y Gadeón: marcha sigzagueando y rezongando; no quiere morir tan pronto; se arrastra en contorsiones, recorre 300 kilómetros para avanzar ciento. Se da tiempo para recibir de los Montes Galaad otro afluente, el Jabor y de las Montañas de Samaria el Farah. Por allí cruzaron el Jordán los israelitas antes de entrar a la Tierra Santa, mientras Moisés desaparecía hacia la eternidad en el Monte Nebo, a los 120 años de edad.
Vamos llegando a la vega del Jordán. destinada por Dios a Lot, que se salva con los suyos y su estatua de sal cuando cayó azufre y fuego sobre Sodoma, Gomorra, Adania, Seboim y Bala. Así la campiña fértil de transformó en Mar de Sal, o Mar de Sodoma, o Mar del Desierto, mejor conocido como el Mar Muerto o Asfaltites. Allí Alejandro Vicuña deja a su río en el negro sepulcro.
Termina la biografía pero sigue en los cablegramas del día. Parece que El Jordán no se callara jamás; le oiremos narrar hasta la eternidad la odisea de guerras y religiones, de héroes y apóstoles.
Carlos DAVILA.
Nueva York. Octubre de 1948.
Venezuela; Martha Abreu y Juana Alarco de Dammert escriben sus nombres con áureas letras en los anales de la bondad humana; Rosario de la Peña hace irradiar en su salón al parnaso mexicano de su época; y después, todas las que han sido orgullo de las letras: desde Mercedes Cabello de Carbonera y Cleotilde Matto de Turner, Juana Manuela Gorriti e Isabel Prieto de Landázurri, hasta Delmira y Alfonsina, Juana y Gabriela.
Pero entre todas ellas, sin ser escritora, sin más arma que los recuerdos vigilantes, Adriana de González Prada ha escrito sus memorias para contarnos cómo fué su vida al lado del hombre que llevaba junto a los carbones ardientes la ternura del más puro romanticismo, porque era lava y aroma, látigo y arpa.
Mi Manuel, recientemente editado en Lima, es un ejemplo alzado a la memoria del amor por una novia eterna.
Hadas y medusas Locura colectiva Prólogo de Rafael Heliodoro VALLE (En el Rep. Amer. a Mujeres de América, de Emilia Romero.
Allá en la lejanía de la vida surge la esce(En El Norte de Monterrey.
ma espeluznante y cómica al mismo tiempo.
Octubre 15 de 1948. Cabezas rotas y sangrantes, gritos, insultos, uno que otro disparo, cintarazos, en fin.
En la bruma de la América antigua apare ruiseñor celeste con garganta de nube. lue locura colectiva sin razón ni finalidad.
cen los rostros de algunas divinidades: Diosi go Rosa de Santa María, Rosa de Lima, ves Celebraba San José sus tradicionales y porantzin, la madre de los dioses; Coatlicue, tida de blanco extraterreno, como en la Le co edificantes fiestas cívicas en las cuales con su falda de serpientes; Centeótl, la diosa yenda Dorada.
abundaba el licor y el abuso, la indecencia y del maíz; o los de la reina Xochitl, la que Se habla de los derechos del hombre en los la inmoralidad.
hizo la revelación del pulque, el licor blanco inicios del siglo XIX; y al calor de la tertulia Las corridas de toros, así llamadas, se hade los sueños negros; y la imaginaria reina con chocolate y chismes antinapoleónicos, res cían en la Plaza de la Fábrica, hoy plaza EsCalafia, que estaba sobre el solio de una isla plandecen mujeres de épica hermosura, Josefa paña.
de plata, junto al mar.
Ortiz de Domínguez y Leona Vicario en Mé Esa tarde la multitud era extraordinaria y la llegada de los hombres blancos y bar xico; o suben al patíbulo, como Policarpa Sa salvo algún pleito entre borrachos, nada anorbados, la aparición de Malinche (doña Ma lavarrieta, en Colombia.
mal acontecía; pero de pronto, como en un rina) es la de una sibila indígena que tiene la a medida que la América Española mo caso típico de locura colectiva, la enorme rirueca de los destinos: predice y aconseja, con difica su personalidad, van pasando otras he na principió en una esquina de la plaza y fué duce y espía; es para Cortés un poderoso ejér roínas, algunas hadas, varias medusas: Ma aumentando, aumentando.
cito aliado. Después de ella surgen María de nuelita Sáenz, el ángel de la guarda de Bolí En cierto momento toda la plaza parecía Escobar, la que sembró el primer trigo en el var; la Mariscala Gamarra, a caballo y ena un mar embravecido: todos gritaban, todos Perú y las que practicaron los primeros oficios; morada del oro del Perú, tal como la pinta golpeaban.
y hacia 1541 muere la que fué primera go Flora Tristán; Josefa Lastiri de Morazán, que Golpeaban sin saber a quién: golpeaban bernadora, la viuda de Pedro de Alvarado, acompañó al héroe centroamericano en sus días por golpear, con saña, con locura.
conquistador de Guatemala, doña Beatriz la más sombríos; María García Granados, la Ni Pero allí no se detuvo la cosa: de pronto Sin Ventura, que sólo tuvo par en la Conde ña de Guatemala, que es un meteoro en el al principiaron a salir por el espacio las sillas, sa de Lemos, doña Ana de Castro, única gocielo de José Martí; y la otra Manueli las bancas, palos, etc. de los tablados que caían bernadora peruana.
ta, la de Rosas.
sobre las cabezas de las gentes y las golpeaban, En la atmósfera de la vida colonial sobre Matilde Montoya es la primera que en Mé las herían, las hacían caer.
salen la figura misteriosa de Amarilis, que se xico recibe el título de doctora en Medicina y Las personas que lanzaban los asientos no carteaba en verso con Lope de Vega, y la de Trinidad Enríquez, la primera doctora en le sabían a quién iban a herir, o quizás a matar.
Sor Juana Inés de la Cruz, criatura que pasó tras en el Perú: Teresa Carreño pasea triun La locura era general.
con un halo de oro por el mundo de la poesía, falmente por el mundo musical el nombre de De pronto alguien llamó a la policia que nia Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica