84 REPERTORIO AMERICANO QUÉ HORA ES. Lecturas para maestros: Nuevos hechos, nuevas ideas, sugestiones, incitaciones, perspectivas y rumbos, noticias, revisiones, antipedagogia.
OXM:1:11 El uso excecrable de de organización como anglicismo En apoyo de Arpiel, con ciertas reservas Por Cristián RODRIGUEZ (Es un recorte de El Diario de Nueva York)
New York, de diciembre de 1948.
pecialmente en sus aspectos semánticos, que ahora se están estudiando con mejor conociMi muy estimado don Joaquin: miento de causa y que han dado en gran Como en alguna ocasión reprodujo en parte lugar a la novísima disciplina que llaRepertorio algunos apuntes filológicos míos man estilistica, invento alemán o francés.
sobre la z, que alguien en la Argentina en El idioma no es hechura de lógica ni de orcontró interesantes y dicen que expresó el den y como cosa más bien orgánica está lledeseo de leer más observaciones por el estilo, no de inconsecuencias y contrasentidos. Mule acompaño un artículo en condenación del chas de las palabras fundamentales del idiouso, muy esparcido por cierto en Costa Rima, que nadie se atrevería a discutir, han ca, de la palabra organización en un sentido venido a adoptarse mediante un complicado inglés, desde luego condenable, pues no falproceso en el que con frecuencia interviene tan en nuestra lengua numerosos sinónimos un recurso retórico muy común, de tomar y el empleo de ese término en sentido conla parte por el todo. La palabra hígado que creto es injustificable.
aparece con algunas variantes en todas las Ahora tenemos en Nueva York un pelenguas romances (fegado, en italiano; firiódico El Diario de Nueva York, un poco gado en portugués; foie, en francés, etc. mejor escrito y de mayor número de págino se deriva de la correspondiente raíz lanas, y de cuando en cuando envío algún ar tina ni griega (jecur o hepar. sino del moticulejo que es bien acogido en las columnas do que los latinos tenían de sazonar esa visde dicho diario. Si le parece digno de recera con higo (ficus. de modo que fué el producirse, siquiera sea por la reacción conadjetivo ficatus el que le dió su origen, totra la conquista de nuestra lengua por la in mando una modalidad de la cosa por la cofluencia anglosajona de las malas traduccio sa misma. Igual ocurre con las dos raíces nes, puede hacerlo desde luego, y si quiere, de que se han derivado en las lenguas néocomo complemento, puede reproducir todo latinas los términos queso (queijo, portuel comentario de Arpiel, quien sigue siendo gués; y en las lenguas teutonicas, Kase en una incógnita. La referencia en mi articualemán y cheese en inglés. de caseus. En lo al ya de Dario tiene que ver con una crí cambio el italiano, el francés y el catalán tietica al parecer atinada sobre el empleo inconen respectivamente las formas (formaggio, trecto del advervio ya por parte de Darío en fromage y formatge) derivadas también de el pasaje del famoso poema Lo fatal: un adjetivo, formaticus (caseus formaticus. es decir, cuajo o requesón moldeado Dichoso el árbol que es apenas sensitivo en el cincho. En Italia la palabra culta es y más la piedra dura, porque esa ya fromaggio, pero el campesino sigue emplean(no siente.
do como vulgarismo el término derivado del latín, cacio. Los estudios semánticos no pues pareciera dar a entender el poeta que pueden menos que ampliar el criterio de los las piedras sintieron en alguna época pasada gramaticistas. La misma ciencia de la etimoy han dejado ahora de sentir. Algunos co logia estaba llena de falsas etimologías, y mentaristas sostienen que Dario, fuera de fué preciso que un filólogo germánico, Meusar del privilegio de la licencia poética, yer Lübke, nos enseñara a los latinos la verempleaba el susodicho ya en el sentido de dadera derivación de muchas voces.
que ni siquiera sienten, o que no alcanzan a sentit, en lo que no ha sido ni el primero ni el último en alargar el significado del adverbio, dándole otro matiz. La observación es Aún a riesgo de parecer salero de toda meinteresante y quizás Arpiel tiene razón, co sa, voy a permitirme echar mi cuarto a espamo la tuvieron los que señalaron un error das sobre el problema de la expresión correcta, de botánica en la hermosa oda de Bello a de que con tan singular maestría viene ocula Agricultura de la Zona Torrida. Algu pándose el docto señor Arpiel. No sé si, conos de los críticos de Arpiel, sin la prepa rio parece probable, su nombre es un seudóración de éste en gramática, arremetieron nido o en realidad su apellido. Mucho se ha esduramente contra él, con la conocida can peculado entre los lectores acerca de la identición de haber cometido un sacrilegio al atre dad del escritor, sin que se haya logrado deterVerse a hacerle reparos a Dario. Por supues minarla a ciencia cierta, y muchas de las conto que mucha parte del criterio purista se jeturas que al respecto se hacen siguen el procedebe a demasiado gramaticalismo y poca dimiento de eliminación. Así, por ejemplo, se comprensión de la evolución del idioma, es afirma con absoluta seguridad que no se trata El artículo salió con algunos errores tipográficos que he corregido en el recorte que le envío. Quizás más adelante me atreva a enviarle colaboración directa. La edad y la no muy buena salud (dicen que tengo un poco afectado el corazón y algo de alta presión) me obliga a aflojar en mi trabajo profesional de traductor con que me voy ganando la vida, y al disponer de un poco de más tranquilidad encuentro algún esparcimiento en el estudio, sin fatigarme. Ahora estoy repasando los clásicos latinos, pero no los de la edad de oro, que ofrecen más dificultad, sino los autores. posteriores, que aunque no tienen la pureza ciceroniana, escriben en un latín menos lleno de trasposiciones y con un orden de las palabras más parecido al de las lenguas modernas, como San Agustin. Claro que mi conocimiento del latín es muy deficiente para poderlos leer a pulso y puedo decir, como decía Clarín, que traduzco a los clásicos directamente del francés. En efecto hay ahora en Francia un renacimiento en la postguerra de los estudios clásicos griegos y latinos que antes eran muy difíciles de conseguir, como las Noches Aticas, de Aulo Gelio, las obras del africano Apuleyo, que escribió sin embargo en latín (Asinus Aureus. Ausonio, Tácito, Tibulo, Plauto, Marcial, Suetonio, Livio, Boecio, San Juan Crisóstomo, etc. Se ha publicado una nueva traducción del Satyricon, de Petronio, precursor de la picaresca española. En esto los franceses andan mejor que los ingleses, pues las traducciones al inglés, por ejemplo, del Asno de Oro y del Satiricón, fueron hechas hace ya siglos y resultan ilegibles o por lo menos fatigo.
sos de leer en un estilo que no sea el moderno. De los clásicos griegos se han publicado recientemente en francés nuevas y notables traducciones, inclusive de Hesiodo, Homero, Titiro, Diógenes Laercio, Jámblico, Pausanias, los trágicos griegos. Esquilo, Sofocles y Eurípides y el cómico Aristófanes, lo mismo que de Herodoto, Tucidides, Platón y Aristóteles, aunque estos últimos pueden leerse en inglés en magnificas traducciones. Han empezado a reeditarse las obras de Renán. Por aqui he visto a dos amigos suyos que hacen buenos recuerdos de usted, el Dr. Eduardo Santos y la Doctora Amanda Labarca. Esta última dará esta noche una conferencia en una velada organizada por un grupo de mujeres, en su mayoria costarricenses, el Club Fémina, en el que toma parte activa mi señora.
Tal vez cuando se tranquilice un poco más el país haga otro viaje por la tierra.
Le abraza muy afectuosamente, entre tanto, su af mo. Cristián RODRIGUEZ.
de Betancourt (Dmitri Ivanovich. que podría muy bien ser el autor de las apostillas, dado el pasmoso acervo de doctrina gramatical de éste, pues el poeta y prosador colombiano no vive ahora en Nueva York. Tampoco es Navarro Tomás, ya que Arpiel mismo conviene en apelar al eminente filólogo y fonetista español para dirimir el asunto del ya de Darío. Pudiera ser, dicen otros, el doctor Fonseca, persona de gran cultura clásica y cultor purista del idioma, de mucha doctrina; pero se arguye que aunque gramático, Arpiel demuestra cierta vis humorística, que no parece ser una de las carac Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica