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REPERTORIO AMERICANO 379 Papa Celestino VI a los hombres LOS SACERDOTES les de los hombres son debidas al abandono del Cartas del cristianismo, si no cristianismo de los cristianos, a la no conversión de los cristianos. quién si no vosotros deberá asumir la mayor parte de la culpa?
Por Giovanni PAPINI no puedo por menos que preguntaros. En El Tiempo. Bogotá. Mayo 30 de 1948. creéis verdaderamente en Dios. Conocéis de veras a Cristo. Habéis cumplido todo vuestro La casa editorial Vallecchi, de Florencia, ser celestiales.
deber? Habéis recordado y cumplido siempre lo ha publicado el último libro de Giovanni Hay entre vosotros, quienes consiguen sal que Cristo quiere de vosotros, lo que jurasteis Papini, Lettere Agliuomini di Papa Celes var el sentido puro de la vocación y saben vicon vuestra boca y vuestro espíritu el día de la tino VI, que en castellano ha tenido la ver vir, sombras intrépidas y lúcidas, en la inmen ordenación?
sión de Cartas del Papa Celestino VI a los sa sombra esplendorosa de Dios. Pero son po Son preguntas que se anudan en la garganhombres. Según la crítica europea, muerto cos, y no están libres de los tormentos de la ta, que caen sobre el papel bañadas por mis láPirandello, es Papini el literato italiano con noche oscura del alma, de la sequedad espi grimas. Son sollozos, más que preguntas, pero temporáneo más universal y más sugestivo. ritual que en ocasiones resiste incluso a la ora el Señor tendría derecho a formulármelas si yo El nombre de Papini cobró entre nos ción.
mc negase a dirigiroslas. Son preguntas que puetros mucha actualidad a propósito de la po Pero hay, por desgracia, quien vive alter den pareceros ferozmente injuriosas, pero que, lémica que se encendió con motivo de su nando la resignación culpable del torpor y desgraciadamente, me han sido sugeridas por artículo negando los valores culturales ame un desperezo no siempre seguido por el bau la vida de muchos de vosotros.
ricanos.
tismo regenerador de un segundo nacimiento. De qué manera, decidme, creéis en Dios, De sesenta y siete años, Papini actúa den Sé de la tristeza de las veladas solitarias, mal en el Dios vivo que os dió la vida, que vertió tro del catolicismo con el ardor, el entusias consoladas por las nostalgias; las asechanzas de toda la sangre de sus venas, todo el sudor de mo, el fuego interior que poseía en sus días la mente inquieta, las languideces de los sentisus miembros, todo el llanto de sus ojos, toda de radical para desconfiar de la fe. El perso dos, las instigaciones del demonio meridiano, la luz de sus palabras para renovar y transfinaje de su nueva obra, el Papa Celestino las impaciencias juveniles, las claudicaciones de gurar en todos la vida?
VI, es una figura de imaginación en cuya la vejez, las invitaciones del pecado que pone ¿Creéis, sí, en Dios, creéis creer en Dios, boca pone un idioma de consuelo y de ad sitio a la fantasía, las lisonjas de la comoda habláis todos los días en nombre de Dios. Pemonición, de estímulo para la batalla espi vida ordinaria, las miserias de la decadencia y ro ¿de qué Dios se trata. Es quizá una noritual y de exaltación de la pureza cristiana. de la indigencia, las rebeliones del orgullo no ción de la mente, un concepto abstracto, una La página que hoy publicamos va dedica alentado, pero no siempre dominado; el frau helada entidad intelectual, aceptada por la coda a los sacerdotes. Es un llamamiento para dulento acobardamiento que nace de la costummodidad práctica, por hábito de lenguaje, por el servicio a la bienandanza social, para la bre.
tradición de maestros, por obediencia y convedignificación de los caracteres, para la soliLo sé todo, lo comprendo todo, pero no niencia antes que por fe verdadera y tenaz, daridad con las empresas que impliquen mi puedo perdonarlo todo. Vuestra responsabili abrasadora y resucitadora?
rar a lo lejos, mirar a las cumbres. por so dad es demasiado grande, hermanos, y yo soy Si vuestra fe se inflamase cada día, cuanbre consideraciones de secundario interés im responsable de todos vosotros ante Dios. Perdo tenéis en la mano el cuerpo mismo de la propias de la grave misión eclesiástica. Es donar a todos sería ofender a aquellos que os Victima divina, no seríais a menudo tan indiun texto de estilo rico en matices y en emo fueron confiados. El pastor perezoso hace que ferentes, tan distraídos, tan apegados, tan aución interior.
las ovejas queden con hambre; el pastor cosentes. Sed fuego y todos vendrán a calentarse rrompido hace que las ovejas se echen a perder; el corazón junto a vosotros. Embriagaos, y toHermanos míos, el pastor dormilón hace que las ovejas se escados cantarán con vosotros el canto de la liberHijos míos: pen; el pastor infiel les hace perder la cordura.
tad, aun en las mismas llamas de la hoguera.
No sólo tenéis que rendir cuentas a Dios y a vosotros, sacerdotes de Cristo, dirijo, anPero vuestras manos no queman, vuestras pamí de vuestra alma, sino de millares de almas.
tes que a nadie, mis palabras. Atribuladas palabras no arden, vuestros ojos no lanzan chisVuestra tonsura no estará manchada solamente labras de amonestación, de enfado, de incitapas, vuestros rostros son grises y apagados, a de ceniza, sino de lágrimas y sangre, llanto y ción, pero, sobre todo, de afecto. Si en ocasiomenudo, como los de quienes habitan en subsangre derramados no por vosotros, sino por nes os parecen duras, pensad que me causen terráneos.
muchos otros, por culpa de vuestra indolencia dolor antes que a vosotros, más que a vosotros.
Pensad por un momento en vuestro asomy vuestra negligencia.
No creáis que ignoro vuestra vida, el sabroso privilegio. Todos los cristianos pueden Me siento desconsolado y angustiado por crificio, el drama, el calvario de vuestra vida.
comer la carne de Cristo, pero sólo vosotros beYo también, como sabéis, fuí pastor de almas vuestra culpa, por la gran parte de culpa que es béis, todas las mañanas, Su sangre, Su sangre vuestra. Hasta ahora he tenido secreto este laen mi juventud, y no he olvidado las tentaciolímpida y fervorosa que ha redimido incluso nes, las aflicciones, el desamparo que acompamento, encerrado en mí por no entristeceros, a vosotros con una de sus gotas. La sangre, ñan a la grandeza y la alegría de nuestro mipor no dar alimento a la malicia de vuestros como dice la Escritura, como debéis saber, es el nisterio, pesando sobre ellas y haciéndolas exenemigos. Pero no puedo retenerlo más: la ca alma, la sangre es vino transformado en bebipiar. Para nosotros más que para los cristianos ridad lo arranca con violencia de mi corazón da de salvación y embriaguez. Por qué, pues, ordinarios, es terriblemente cierto el gemido de convulso. Con excesiva frecuencia, la justa de sois tan tranquilos, tan moderados, tan razoJesús: El espíritu está dispuesto, pero la carfensa de los clérigos contra la jauría rabiosa nables, tan fríos. Por qué ninguno os repite ne es flaca.
de nuestros enemigos ha servido de excusa a las palabras que los hebreos dijeron a los priCada uno de nosotros es un cuerpo de blanlos menos dignos. La confesión de la verdad meros discípulos de Cristo?
da arcilla clavado en una cruz de hierro canserá la mejor respuesta a las exageraciones de la ¿No sabéis que sólo la locura, la locura de dente. quién extrañará que ese cuerpo inacusación. Las piedras con las cuales golpeare la Cruz, puede llevar de nuevo a los hombres tente libertarse de los clavos para buscar un mos nuestros pechos habrán sido arrebatadas a la cordura. No sabéis, pues, que sólo la inlecho menos inhumano? El sacerdote es el inde manos de los lapidadores.
candescencia del entusiasmo puede devolver el termediario entre el hombre y Dios, entre el Perdonadme, hermanos, si en algún mo calor a los tibios y hacer caminar a los parahombre que huye y Dios que persigue, entre el mento os parezco cruel. Pero la caridad que líticos?
hombre reacio y Dios omnipotente, entre el siento por las multitudes abandonadas e insa Demasiados de entre vosotros parecen simhombre que se hace atrás, acobardado por su tisfechas es infinitamente más fuerte que la que ples empleados de la Iglesia. jieres, bedeles, debilidad, y Dios, que, en nombre de su obs siento por vosotros. Prometísteis lo que los de escribanos y contables en vez de apóstoles tinado y desmesurado amor, exige todo de él.
más no prometieron; os fueron concedidos doinsomnes, impacientes, imperiosos. Demasiados Se nos pidió más que a los restantes hi nes, poderes y consolaciones que los demás no de entre vosotros son adormilados y mecánicos jos de mujer. Estamos hechos de sangre y de tuvieron. Más se debe pedir a quien más ha administradores de sacramentos en vez de tesvísceras, pero tendríamos que ser semejantes prometido y más ha recibido.
timonios, confesores, modelos irradiantes de la a los ángeles. Vivimos junto al fango y el Cristo os llamó la sal de la tierra. Por verdad que brotó de los labios del Redentor.
cieno, pero deberíamos permanecer siempre lim qué, pues, la tierra es aún tan desabrida, tan es Deberíais ser árboles vivos en el viento de las pios. Estamos colocados aquí abajo, en las hon túpida, desabrida hasta la insipidez, estú alturas, refugios de los pájaros del aire, geneduras terrenas, y nuestras palabras deberían pida hasta la locura? Si las desgracias actua rosos de hojas, de flores, de frutos y de som Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica