John Dewey

REPERTORIO AMERICANO EDITOR García Monge Teléfono 3754 Correos: Letra En Costa Rica: Sus. mensual 00 EXTERIOR: Suscrición anual. dólares CUADERNOS DE CULTURA HISPANICA. y concebí una federación de ideas. Mia de Hostos.
El suelo nativo es la única propiedad plena del hombre, tesoro común que a todos iguala y enriquece, por lo que para dicha de la persona y calma pública no se ha de. ceder ni fiar a otro, ni hipotecar jamás. José Martí.
Giro bancario sobre Nueva York Una tendencia refrenable (En El Tiempo de Bogotá. Noviembre 29 de 1948. En 1912 el gobierno del Imperio Británico y algunos de sus dominios combinaron un plan migratorio para libertar a Inglaterra y Gales de un exceso de su población. Con ese objeto agentes especiales de los gobiernos interesados visitaron a Londres en busca de emigrantes posibles al Canadá y Australia. Entre las clases obreras y los numerosos desocupados de la hora el plan de emigración fué recibido con muestras de repugnancia y aun de hostilidad. Por qué se empeñan en salir de nosotros a toda costa? Nos hallamos muy bien en Londres. No queremos salir de una ciudad donde nacimos y donde murieron nuestros abuelos. Algunos de los invitados a ir a vivir en las colonias dieron señales de rebeldía. Van ustedes, les decían los agentes de emigración, a vivir en casas amplias, pulcras y decorosas, lejos de estos slums. Slums se llaman en Londres las calles sucias, estrechas, mal reputadas o habitadas por gente muy pobre. El emigrante por convencer replicaba, preguntando. Por qué llama usted slum a esta calle? Yo estoy viviendo en ella. El plan de migración fracasó por completo. Los obreros en actividad o en receso rechazaban la idea de abandonar a Londres para siempre. El pensamiento de ir a vivir definitivamente en otro país desconocido, lejos de lison jear sus esperanzas, era rechazado por su imaginación. Preferían la vida de estrechez, en lugares húmedos y mal ventilados, a la probabilidad de gozar de verdaderas comodidades en otras latitudes. La dieta de estas gentes por aquellos días era té con pan y mantequilla en el desayuno; algún caldo, papas, pan y cerveza a la hora del almuerzo; té por la tarde, con cerveza y pan. Para muchos la calidad y cantidad de alimento eran menos halagüeñas. Sin embargo, nadie quería emigrar.
El habitante de Paris, de Roma, de Florencia, de otras ciudades supercivilizadas tampoco se dejaba impresionar por las luminosas perspectivas Sydney, de Toronto, de Singapur o Madagascar. Parece como si en las grandes ciudades europeas el ambiente nacional, provinciano o cosmopolita que en ellas puede encontrarse satisface la imaginación y las aspiraciones espaciales de sus habitantes. Cambiando de un barrio a otro en París o en Londres el más aventurado y aventurero de los habifantes de estas ciudades, satisface sus anhelos de desplazamiento tan naturales en todo espí.
ritu falto de experiencia en materia de viajes.
En estas disposiciones del ser humano en aquellos países me ha hecho pensar recientemente el estado de espíritu de mis compatriotas y de algunos otros habitantes de nuestro hemisferio respecto a la emigración en la hora presente. De cada diez colombianos o argentinos de mi conocimiento nueve están o estaban dispuestos en cada momento de su vida a cambiar de horizontes, en muchos casos con la esperanza de que el cambio fuese para siempre. Un antioqueño envejecido en París solía referir con rasgos de muy buen humor que pasando a caballo por las calles de Rionegro, en viaje hacia París, dió en una esquina de la vieja ciudad colombiana con un amigo que en mangas de camisa reposaba por unos instantes de sus diarias ocupaciones. Cambiaron con natural afecto los saludos y cumplimientos de la ocasión. dónde vas. preguntó el infante. Voy a París. le informó el caballero, no sin agregar por cortesía: Ven conmigo. lo cual respondió el solicitado: Espérame un instante, mientras me pongo la ruana.
En esta actitud ante las posibilidades de un desplazamiento temporal o definitivo se encuentra hoy gran número de los colombianos.
Indiscretamente se ha hecho circular la especie, verdadera o falsa, de que las Naciones Unidas han menester seis mil empleados para plantar diversas instituciones culturales y de otro género y para conservarlas. Con motivo de los trastornos económicos y sociales planteados por la guerra y exacerbados por la paz, los gobiernos de Hispano América y muchas instituciones docentes y de otro género han tenido necesidad de buscarse el auxilio de personas competentes para hacer estudios concretos en el exterior sobre puntos de significado urgente para la prosperidad de instituciones y propósitos de utilidad general. Casi todos los colombianos en ey de prestar servicio militar y muchas colombianas, desean tomar parte en los trabajos de las Naciones Unidas y en las investigaciones de gobiernos y academias. El anhelo es legítimo y fundamentalmente humano, pero cuando llega a la exageración puede tener origen en la ingratitud de la tierra donde el hombre dió el primer grito revelador de su inconformidad con la vida o con el ambiente.
El prurito de traslación puede nacer de las condiciones de vida o de la manera en que los más se explican la existencia. En Colombia el hombre aspira a salir de su país y si lo logra es su esperanza echar raíces perennes en otra parte. Es larga la lista de colombianos eminentes fallecidos fuera de la patria, desterrados unos voluntariamente, otros expulsados por la política de sus enemigos, otros llevados por las alternativas del destino, muchos de ellos ufanos de haber logrado trasladarse al extranjero, de donde no quisieron o no pudieron alejarse para restituir sus personas al territorio patrio. Zea, Florentino González, Uricoechea, José Triana, Rufino Cuervo, Santiago Pérez, César Conto, Pérez Triana, José Vicente Concha, Gutiérrez Ponce, Antonio José Restrepo, Juan de Dios Uribe, Olaya Herrera, Gabriel Turbay. Es frecuente encontrar fuera del país colombianos en estrechez económica, renuen tes a volver a su patria a sabiendas de que al restituírse a sus antiguas y habituales frecuentaciones mejorarían de condición. Volver a la patria significa para estas personas un fracaso, el malogro de un prolongado esfuerzo y hasta una disminución en lo moral. Considerado todo esto es forzoso concluir que uno de los deberes más imperiosos de la función educativa es el afianzar el sentimiento del amor a la patria y el de hacer creer a la niñez y a la juventud cómo hay muchas cosas que aquí se pueden adquirir, muchas nociones que se pueden captar en Colombia tan fácilmente como en el extranjero, sin contar que para llegar a entender ciertas formas de vida y de relación es preciso hacer curso de ellas, especialmente en este afortunado hospedaje que nos ha tocado entre las costas del Caribe y la línea equinoccial. Los países vecinos de Colombia, Venezuela, Ecuador, Costa Rica y algunas otras repúblicas de la América Central, guardan en su seno número no exiguo de colombianos allí establecidos o con ánimo de quedarse para siempre. todas estas son complicadas y no en escaso número las dificultades que nuestras leyes y reglamentos les oponen a los hombres de buena voluntad, que desde otros países quieren venir a vivir con los colombianos que aún no han pensado o no han logrado abandonar el país. Entre esta general tendencia y la actitud del gobierno frente a los inmigrantes, de que hay necesidad, no se corre un peligro de estancamiento o despoblación por el correctivo del crecimiento vegetativo garantizado por la natural fecundidad de la raza, pero puede ser causa de un aislamiento del país frente al activo movimiento de la civilización de que formamos parte. SANIN CANO.
En las últimas ediciones del FONDO DE CULTURA ECONOMICA (Panuco 63. México, Las grandes Culturas de la Humanidad.
Por Ralf Turner. Un volumen empastado de 305 pp. Dólares 55.
La experiencia y la Naturaleza. Por John Dewcy. Un vol. de 398 pp. Dólares 35.
Técnica de la investigación social. Por Lundberg. Un vol. de 500 pp. Dólares 65.
El pensamiento de Hegel. Por Ernst Bloch.
Un volumen de 470 pp. Dólares 10.
Las fuentes de la Civilización. Por Ellsworth Huntington. Un vol. de 696 pp. Dólares 00.
Otros títulos, le interesan: 00 13. 00 Teresa de la Parra: Ifigenia Luis Alberto Sánchez: La Literatura Peruana Antonio Castro Leal: Juan Ruiz de Alarcón. Su vida y su obra Julieta Carrera: Sexo, feminidad y economía 00 00 Caroline Ware: Estudio de la Comunidad 00 Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica