REPERTORIO AMERICANO EXTERIOR: Suscrición anual. dólares EDITOR García Monge Teléfono 3754 Correos: Letra En Costa Rica: Sus, mensual 00 CUADERNOS DE CULTURA HISPANICA. y concebí una federación de ideas. Mía de Hostos.
El suelo nativo es la única propiedad plena del hombre, tesoro común que a todos iguala y enriquece, por lo que para dicha de la persona y calma pública no se ha de ceder ni fiar a otro, ni hipotecar jamás. José Martí.
Giro bancario sobre Nueva York Noticia de libros Indice y registro de los impresos que nos remiten los Autores, las Casas editoras y los Centros de Cultura. Sabia Dominicana Un libro del Lic. Emilio JIMENEZ. En el Rep. Amer. la gentileza del poeta Francisco Mejía debo el placer de una grata lectura. Savia Dominicana es el título del libro que me proporciona estos momentos de reposado placer.
El título está bien. Dominicano es este libro hasta la médula, hasta la savia. Parece un árbol corpulento que por múltiples incisiones en su honda corteza rezuma la resina bermeja, olorosa y caliente. Leer este libro es penetrar en lo más profundo de ese viejo y noble Santo Domingo; en su esencia, en su psicología, en su alma. Quien lea detenidamente este libro del Lic. Ramón Emilio Jiménez ya visito, conoció y se encariño con esa hermosa tietra antillana.
El Lic. Ramón Emilio Jiménez es un escritor eminente. Estas doscientas páginas amenas y sanas lo demuestran. El estilo es sereno, terso y firme como del que está habituado a meditar sosegadamente sobre temas nobles y elevados. Se compone la primera parte del libro de ensayos breves sobre aspectos de la vida cotidiana de los hombres. Abundan estos ensayos en sagaces observaciones. El autor es filósofo y observador discreto de la realidad.
Contempla el autor, con sonrisa benévola, nuestros caprichos y nuestras manías y las presenta en forma austera e interesante al mismo tiempo.
Luce le autor una sabiduría sencilla, natural y antigua, como los adagios que a veces le sirven de base para su amable plática. Porque plática parecen sus ensayos dichos con voz tranquila a un grupo de amigos reunidos en la botica del pueblo. No hay ningún alarde de erudición en estos ensayos, y éste es uno de sus encantos; lo que hay en esa sabiduría no aprendida, natural y sencilla que brota de la contemplación inteligente y magnánima de nuestras flaquezas y prejuicios.
He aquí algunas de sus reflexiones: El afán posesorio es lo que nos hace siervos de la intranquilidad espiritual. De todos los males que de la tristemente célebre caja de Pandora salieron para el mundo, el más amargo y desconsolador ha sido, sin duda, el de las deudas. La familiaridad con la dicha produce cierta inconsciencia de la dicha misma. Nadie sabe lo que vale el agua hasta que se seca el pozo. Mejor que el consejo es el ejemplo. Así va exponiendo el autor el fruto de sus observaciones con el fin de llevar a los hombres la senda de la cordura y la felicidad. La alteza de su pensamiento se manifiesta cuando afirma, por ejemplo, que la vida, en su más encumbrada significación, viene a ser arte porque tiende, tanto en lo material, como en lo espiritual, a la belleza.
En la segunda parte en que trata de costumbres dominicanas muestra las mismas dotes de observación y sana crítica. Particulariza aquí, en la gente de su patria, lo que en la primera parte era peculiar a la humanidad en punto a genialidades y resabios. Así nos dice que en la República Dominicana los placeres de la mesa son parte necesaria de la gentileza criolla. En otro interesante ensayo nos cuenta que en los campos dominicanos el símbolo de la vida galante y obsequiosa no son las flores sino los frutos. El mejor regalo no es un bouquet de orquídeas sino un cajón de naranjas. Se refiere en otro ensayo a la conjunción adversativa pero. de que sus paisanos como probablemente en todas partes del mundo se valen demasiado para deprimir el valimiento de las personas. La detracción, el pero corrosivo no respeta, a veces, ni aun a los proceres de la Patria. Y, ensayando un levantado gesto vindicador exige que este pero dominicanísimo, que refleja, en cierto modo, un estado peculiar de nuestro ambiente, debe ser proscrito cuanto antes por el contenido de injusticia y de inmoralidad que derrama a través de sus múltiples aplicaciones.
Agudo y regocijado, de intenso realismo, es el ensayo sobre la costumbre de nunca decir que no. Dice el autor que su pueblo es antinoista por idiosincrasia. No se quiere conceder el favor ni acceder a la solicitud que se presenta, pero no se le dice que no al solicitante, sino yo le aviso. o vuelva otro día.
Cómicos son también los artículos sobre el paraguas y el diccionario. En el primero, el autor nos habla del extrañamiento del paraguas, que la gente no se atreve a usar ni aun en tiempo de lluvia por temor al ridículo. Es curioso como las costumbres, modas y tendencias sociales se generalizan hoy en día como si tuvieran una potencia irradiante que las llevara al mundo entero. Aquí, en nuestro país se observa lo mismo respecto al paraguas. Casi nadie lo lleva, y al que lo lleva se le llama viejo. anticuado. Risible es también el miedo a consultar el diccionario por no aparecer ante los demás como torpe o ignorante.
Siendo este libro del Lic. Jiménez de veras Savia Dominicana. no podía faltar la nota folklórica que representa el rasgo más hondo y pintoresco de la fisonomía de la Patria nativa. Casi todo el libro es folklore. es decir, alma de la Patria. así hay aquí crónicas sobre el aguinaldo. el canto popular. la tambora. el Carnaval de Santiago. el merengue. Folklórica es también la última parte del libro en que el autor en sonetos de correcta factura y versos flúidos nos pinta al criollo rústico, el acordeón, el güiro. la campesina criolla. En otras composiciones explaya la pintoresca filosofía utilitarista del campesino, como las tituladas Lo que uno vale. Lo que uno es. El arrancao no e gente.
Contiene además el libro una extensa serie de artículos anecdóticos sobre generales y políticos que en épocas pasadas gobernaron a Santo Domingo. Esta es, sin duda, la parte más dominicana de la obra ya que la política es en los pueblos hispanoamericanos y antillanos la actividad más importante de su vida total. La malicia, la marrullería, la gramática parda. como vulgarmente se dice, resaltan en estas páginas tan definitivamente expresivas de la psicología de nuestros políticos. De los políticos y de nuestra gente porque después de todo ellos no son sino los exponentes, los arquetipos de nuestro modo de ser. Ellos, los políticos, son como somos nosotros, por lo cual aun en la hipótesis de que algunos no fueran legalmente elegidos ellos serían siempre nuestros auténticos representantes. Tenían esos políticos y generales del pasado nuestras faltas y nuestras virtudes, nuestras flaquezas y bondades: de aquí que se impongan a nuestra afectuosa recordación.
Tal el libro del Lic. Ramón Emilio Jiménez, tan henchido de dominicanismo. Tal el libro que resuma Savia Dominicana. Savia encendida, olorosa y caliente del árbol secular de la Patria. Savia olorosa y caliente como nuestros campos, como nuestro folklore, como la música de la tambora. como nuestras mujeres queridas.
Luis VILLARONGA.
En el Perú, consigue la suscrición al Repertorio con la AGENCIA MODERNA En Arequipa. Casilla Correos NO 102 oEn Chile, la consigue con GEORGE NASCIMENTO y Cía.
Santiago, Casilla NO 2298. En Guatemala, con Doña MARTA DE TORRES En la ciudad de Guatemala. Callejón Escuintlilla, 8)
por 0En El Salvador, con el Prof. ML. VICENTE GAVIDIA En Santa Ana (Liceo Alberto Masferrer. San Juan, Puerto Rico. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica