REPERTORIO AMERICANO 311 en España, el Duque de Rivas, Zorrilla y Bécquer; llegan Uhland y Heine en Alemania; Moore en Inglaterra y Joao de Deus en Portugal. Llegan todos. ellas se dan, encantadas de ponerse cendales nuevos. Pero. cómo excluir de las leyes el ciclo legendario. Cómo no dibujar los prolegomenos de una posible técnica legendaria. Cómo no abrir la fruta y contar las semillas y analizar las propiedades de la hermosura? Suscítase entonces la gran cuestión de las filiaciones, y sobre un asunto tan incorpóreo se ponen los primeros basamentos de una disciplina que procura deslindar responsabilidades. Las megalosias de Benigni analizan los sutiles duendes del pensar con la frescura de un fisiólogo. Los huesos de los dedos son tres: falange, falangina y falangeta. Los de la sensibilidad. cuáles son?
Aquí se abren los puntos suspensivos, sobre los cuales se anda como en el aire. Es mucho Lejor escuchar el abajeo que hacen las leyendas sobre las copas del mundo. En caso de encarnar, las leyendas escogerían a las abejas. Es mejor relatar el nacimiento de este misterio, por ejemplo, en la forma siguiente. Las leyendas salieron del mar y corrieron a la orilla del Seno Numeroso. Entonces la mente era un gran ídolo y monstruos devoradores de manzanas custodiaban el heroísmo. Un hombre ciego alzóse de repente. Su ojo penetró la sombra; su lengua donde el loto salvaje florecía habló junto a las olas.
Este hombre hizo con las leyendas una estatua luminosa y un collar semejante a la risa de un niño. Quién fué este loco prodigioso. Homero!
En México, 1949.
tiglione, no habrían abandonado la academia, ta los salones de Florencia, para ir a contemplar en la televisión, si hubiera existido una lucha de atletas o unas carreras de caballos, a no ser que en la contemplación de la una o de las otras se tratara de comprobar la verdad de alguna idea relacionada con los secretos de la vida.
Pero esto no es lo más desolado en el paisa je de la vida contemporánea. Mientras avanzan oscuramente las preparaciones para una guerra estúpida, que de llevarse a cabo no resolverá nada, pues no cambiará la penosa condición del hombre medio, se ha estado compulsando una estadística para determinar la manera de sacar adelante la mejor persona hurana. de esta curiosa investigación resulta, por lo que hace al tema de que se trata, que los niños muy aficionados a leer libros desde tierna edad dan, en creciendo, señales de una mermada personalidad o de un carácter biando y acomodaticio. No se sabe hasta dónde ha llevado esta gitanería su medida y su escrupulosa noción de las proporciones, pero hay ejemplos como el de John Stuart, que traducía del griego a los ocho años, y el de ascal, no menos precoz en sus predilecciones literarias, cuyos caracteres no se distinguieron por docilidad y flaqueza.
La verdad es que vivimos en un tiempo de incertidumbre y sumisión ovina, en que el carácter se muestra con la afición a las palabras gruesas y a la preparación del crimen.
Un sistema verdaderamente humano de educación prevendría de seguro la preponderancia de la helada televisión sobre el modesto y resignado compañero que es el libro, simple y desprendidamente humano.
LOS ENEMIGOS DE LA PALABRA Lo demás es silencio SANIN CANO.
Luna panameña (En El Tiempo. Bogotá, 13 abril 49. De cuando en cuando se presentan en la gidiza, a pie o en automóvil, con banderas o historia conjuraciones contra la palabra. Sin sin sombreros, en son de juerga o de sincera duda fué el resultado de una conspiración de condolencia, para aplaudir o protestar, entre esta clase y en protesta contra ella, la palabra humillados u ofendidos, no ha menester el auevangélica de que en el principio era el verbo. xilio explicativo de la palabra, ni lo requiere En la Edad Media hubo órdenes silenciosas la escena de boxeo en donde la actitud corpómonásticas, y en el día, en muchas de ellas, el rea de los salvajes que se exterminan o del ársilencio es una grande y consagrada virtud. Un bitro que cuenta hasta nueve, suplen perfecpoeta alemán grabó en palabras inmortales el tamente la ausencia de la palabra. Tampoco cicho de que hablar es plata y callar es oro, hace falta el vocablo para admirar en televisión en un tiempo en que el precio de los dos meta unas carreras de caballos o la magnificencia de ies no estaba separado por zanja numérica tan un paisa je fluvial a orillas del Mississippi en ancha como en nuestros días.
los Estados del Sur.
El peligro más grande en que llegó a en Concurre además la circunstancia de que contrarse la palabra fué en los comienzos pro lo mismo en la televisión y en el cine hablametedores del cine mudo en que la acción, do los espectadores guardan convencionalmenel gesto, el movimiento, lograban narrar gran te silencio, por respeto a los clientes de las des vicisitudes y aun expresar con símbolos nobles empresas, y en tal manera la palabra fatuos y pasajeros complicados pensamientos. desaparece de esas adunanzas mientras dura la La época del cine mudo señaló las posibilida representación, con lo cual viene a constituir des del triunfo del mimo o del actor silen un rasgo de buena educación el estarse callado cioso, como en los tiempos de la decadencia cuando se goza de la presencia o la compañía romana. Frescos y estatuas de esa época nos de los semejantes.
enseñan hasta dónde había llegado el arte si Pero no es esta la más fuerte señal de la lencioso del mimo.
conjura contra la palabra en este grave moLa mudez del cine se curó con la interven miento estelar o tenebroso de nuestra civilización eléctrica de los especialistas, y la palabra ción. Un discreto y experimentado filósofo volvió a adquirir todas las perrogativas de su que hace la crítica de teatros en un distinguinoble origen. Pero no faltan los conjurados do semanario de ideas de Nueva York, ha escontra su excelencia. Primero modestamente, tado consultando estadísticas libreros para como refiriéndose tan sólo a los niños, y más descubrir, no sin una sombra de tristeza, que tarde con la pretensión de hacerse la clientela entre el cine y la telivisión hay una asociaentre los adultos más o menos sofistificados, ción, eventual o voluntaria, contra la palabra los artistas noveles de las historias gráficas pre escrita. Como las estadísticas después de la retendieron suplir con el dibujo, a veces más im elección del señor Truman no tienen en cierperfecto que la más humilde de las retóricas, tos aspectos más mérito que los pronósticos de la ausencia de la palabra escrita. Pero el tiem las gitanas o de los augures del tiempo, el criso y la fealdad se han vengado de ellos. En tico en colación se ha puesto a leer con huun principio su inventiva monstruosa solía milde y tenaz resignación gran número de los prescindir con acierto de toda leyenda explica libros que hoy se dan a la venta en las ferias tiva o a lo sumo hacer uso de escasísimas pa de tal mercancía, y de sus cogitaciones y deslabras para ayudarles a las figuras a represen prevenido criterio ha sacado la consecuencia tar una situación grotesca o trágica o mera que la mella que la televisión está haciéndomente espectacular; pero la palabra ha empe les a los libros depende de que la mayoría de zado a imponerse nuevamente y ya llenan las los que se publican no puede competir equipobres un espacio mayor que el de las figu tativamente con la televisión. lo cual haras, señalando su origen antártico, con frases bría podido agregar el señor Krutch que la como che. recién y vos dejate ver. cducación promedial de la gente de nuestros Pero hoy les sale a las desdichadas palabras días está más cerca de la televisión, en verescritas un enemigo más poderoso en la for dad, que del libro de ideas. Los hombres y ma de la televisión. El espectáculo de lo que mujeres que iban a escuchar a Sócrates o que está pasando en una aglomeración de gente alle sirvieron de tema al libro de Baldassare Cas(Envío del autor) la culta y distinguida educadora panameña doña Manuelita de Spener.
En esta noche plácida y risueña en que todo es ensueño, paz y calma, tú me inspiras. oh luna panameña. y tu recuerdo ha de vivir en mi alma!
Ya pasaron los años juveniles con su cortejo de amores e ilusión; lejos están aquellos quince abriles, llenos de encanto, vida y emoción.
Sólo tú, luna bella, no has cambiado; eres siempre la misma en tu sendero, y rendida en los brazos de tu amado, te inundas de su luz, y eres lucero.
Una noche plateada por tus rayos, esplendente de luz y de añoranzas, una noche en que todos tus vasallos te confiaban secretos y esperanzas, esa noche tan llena de armonías entono mi laúd sus dulces cantos; y fui feliz como en aquellos días en que la vida brindóme sus encantos.
Ya cuando lejos de esta Tierra Istmeña también te mire allá en mis tiernos lares, no olvidaré, ioh luna panameña. que a ti confié mis dichas y pesares!
Esperanza ALFARO de ROMERO Costarricense, Panamá. Agosto de 1946. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica