Carmen LyraJoaquín García MongeVicente Sáenz

REPERTORIO AMERICANO 367 Saludo en la sesión inaugural del Congreso Continental Americano por la Paz (En Rep. Amer. El pino es por todo esto un árbol nacional; pero aun se vuelve más íntimo, más hogareño, más querido por tanto, cuando da su corazón húmedo y aromado de resina para encender el fuego de los calores familiares. Pequeños haces de astillas del corazón de este árbol altivo y susurrante y familiar a un tiempo, están allí en los mercados, esperando que se les lleve a los hogares para encender el fuego, y quizás allá, allá más lejos del bullicio de la Guatemala del Palacio Nacional y de la Catedial severa; allá lejos de los automóviles, en donde no ha llegado todavía la bombilla eléctrica, en las viviendas humildes de los campesinos pobres, sea la astilla de ocote, el corazón de este árbol de pino generoso encendido como en llama de piedad, la única luz que permita las nocturnas faenas.
Pinos rumorosos, pinos altaneros, pinos nacionales, pinos familiares, amados pinos que son aroma y sombra, fortaleza y canción en la floresta y, más queridos aún y más benéficos, calor y luz en el hogar guatemalteco.
Señor Presidente; Señores Delegados: Sean mis palabras el más fervoros saludo de la Delegación de Costa Rica, a este congreso Continental Americano por la Paz. De Costa Rica, que tanto amó la paz y se ha visto envuelta en la guerra. De mi pequeño país, hermano y vecino de Nicaragua, que tanto ha sufrido de la guerra y de la imposición extranjera, por tener en su territorio la garganta de un Canal Interoceánico!
Sean portadoras mis palabras, además, del muy cordial saludo del admirado y admirable Director del Repertorio Americano, quien ha querido que yo le represente, Profesor don Joaquín García Monge. De haber podido emprender el viaje, aquí estuviera con nosotros. aquí estarían de igual modo acompañándonos, llenas de fe y de optimismo, otras dos almas nobilísimas de la nación costarricense, de la cultura hispanoamericana: la gran escritora Carmen Lyra y nuestro Unamuno centroamericano, Mario Sancho. Tampoco pudieran venir. Ya duermen el sueño de los buenos y de los justos. Pero siguen y seguirán viviendo en sus obras y en nosotros.
Señores Delegados: El saludo de los hombres y de las mujeres que desean la paz en Costa Rica, temerosos de la bomba atómica en puntos estratégicos del Continente, quisiera dividirlo en anverso y en reverso igualmente luminosos. Uno para las Delegaciones de nuestra América Española y Portuguesa. El otro, para las Delegaciones del Canadá y de los Estados Unidos, que representan a la verdadera Norteamérica: la de sus proceres, la de sus estadistas con sentido democrático; la de Washington y Benjamín Franklin; la de Longfellow y John Quincy Adams; la de Lincoln y Franklin Delano Roosevelt; la de Henry Wallace y la política de buena vecindad.
Pero que no representan que no estarían aquí si lo representaran el espíritu de Wall Street o de la Standard Oil; ni las codicias de la United Fruit; ni el afán de lucro de los grandes monopolios mineros; ni a los fabricantes de armas cuyas máquinas de muerte, adquiridas por los dictadores, vuelan sobre Managua y la República Dominicana, demostranco así a los pueblos de Centro América y del Caribe, que los tanques y las ametralladoras son más fuertes que la Carta del Atlántico.
Señores Delegados, ya debo terminar. Tal vez, queriendo decir lo menos posible, he dicho demasiado. Pero debo hacer una aclaración rotunda antes de dejar esta tribuna. Ni los Del«gados de Costa Rica, ni el siempre joven Director del Repertorio Americano, ni yo que tengo aquí la honra de representarlos, le estamos haciendo el juego a ninguna doctrina exótica. de esas que causan susto al beaterío.
Estamos aquí por la paz de América. La paz con justicia, que no puede prosperar alli donde nuestros dictadores tropicales son amos de vidas y haciendas. La paz, mucho más difícil de ganar a veces porque es superación del ser humano, que el fácil primitivismo de la guerra!
Si mis primeras palabras, señores Delegados, fueron de saludo, sean las últimas de buen deseo. Lo expreso con palabras de mi eminente compatriota y muy querido amigo, don Joaquín García Monge: Anhelo éxito completo del Congreso, para bien de América y del Mundo.
Hernán ZAMORA ELIZONDO.
En Guatemala. Julio de 1949.
Maniobras peronistas Buenos Aires, agosto de 1949.
Señor Director de Repertorio Americano.
De nuestra mayor consideración: Por la presente, nos permitimos molestar su atención con el objeto de hacerle llegar una lueva denuncia de restricción a la libertad de prensa, que afecta esta vez a nuestro periódico, solicitándole su publicación en el órgano de su digna dirección, en la seguridad de que el corocimiento público de esa medida oficial, será una efectiva contribución a la defensa de una de las libertades más esenciales cuyo ejercicio tanto interesa a la ciudadanía libre.
Esperando contar con su benevolencia respecto de lo solicitado, aprovecho para saludarlo atentamente.
Por el Grupo Editor de Reconstruir, Vicente SAENZ.
México, de setiembre de 1949.
FSTAMPAS DE GUATEMALA Luis DANUSSI.
LA DIRECCION DE CORREOS PROHIBE LA CIRCULACION DE RECONSTRUIR IV Pinares (En el Rep. Amer. Pinos; pinos dondequiera, en la llanura, Pinos erguidos, altivos, a veces altaneros, en el otero; acá, dándonos sombra embalsacuyos troncos son con frecuencia tan rectos mada, y allá en el horizonte, diseñándose ape que parecen columnas ya labradas para un nas como cromos fijos en el cristal azul del templo. Pinos de folla je siempre verde, con firmamento. Extenso es este campo de pinos; ese verde intenso que denuncia la vitalidad parte de aquí de los aledaños del poblado, se del bosque y la fecundidad de la tierra. Ese echa sobre el río, lo cruza y avanza por la follaje constituye el principal adorno en toda pendiente arriba, dejando acá cerca espacio pa fiesta; en los regocijos populares, en las festira que la grama se extienda pródiga ante la vidades religiosas, en las conmemoraciones cívoracidad inquieta de un rebaño de cabras, y vicas el suelo se cubre con alfombras de ese fopermitiendo allá en lo alto que se destaquen llaje desmenuzado, y arriba, en paredes y tepor sobre la frondas las torres de una ermita. chos o atravesando la calle de pared a pared, Pinos rumorosos; pinos susurrantes; pi ese mismo follaje se tiende, hecho guirnalda, nos murmuradores, con una murmuración comen arcos y graciosos lazos.
pasiva que lejos de ser falso testimonio es modesta y recatada referencia a las caricias del aire y a los regalos de la tierra ubérrima. Camina uno por entre los pinos del bosque, y va oyenCon esta acreditada Agencia obtieno do un dulce rumor monótono pero amable, Ud. la suscrición al como el del mar, siempre igual y nunca fastiRepertorio Americano: dioso; es una especie de canción de cuna que The Moore Cottrell adormece las inquietudes que trae el alma y ros deja en una suave serenidad contemplatiSusbcription Agencies va. El follaje del pino es único en producir Incorporated cste canto susurrante, este confidencial secreto, North Cohocton, New York este arrullo compasivo.
Debemos denunciar a la opinión pública una nueva y grave restricción a la libertad de prensa, ejecutada esta vez por la Dirección de Correos, en perjuicio del periódico Reconstruir, el que ya había sido objeto, en distintas oportunidades, de trabas diversas a su libre circulación, hasta el punto de perder expediciones completas de sus ediciones, a pesar de que tales envíos estaban debidamente franqueados y de haber gozado, teóricamente al menos, hasta hace muy poco, con la franquicia de tarifa reducida.
Ahora, tal como lo expresa la nota oficial que transcribimos más abajo, ha sido cancelada esa franquicia en razón de haber sido prohibida su circulación por los medios postales, sin que se aduzca motivo alguno que explique tan arbitraria resolución. Sabemos que el caso de Reconstruit no es el único, pues hay muchas otras publicaciones, de tendencia opositora por supuesto, que fueron víctimas de idéntica medida. Pero, sin embargo, entendemos que debe darse la mayor difusión a esta clase de violaciones de los derechos públicos. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica