REPERTORIO AMERICANO 137 El Homenaje al Maestro SANIN CANO En México se encuentra actualmente la diADMIRACION CONTINENTAL rección de la Revista Iberoamericana, que antes estuvo al cuidado de nuestro compatriota Carlos García Prada y del poeta y profesor chilePor Luis NIETO CABALLERO no Arturo Torres Rioseco. Responden ahora, como director literario y como director téc(En el Suplemento Literario de El Tiempo nico, don Julio Jiménez Rueda y don Frande Bogotá, de marzo de 1949)
cisco Monterde, dos finos intelectuales a quienes cuenta entre sus profesores la Universidad no, con ojos perspicaces, capaz de verlo y de y entre sus representantes de lujo la Academia.
entenderlo todo, también de discutirlo, o meY es a ellos principalmente a quienes los cojor, de analizarlo, navegante de todos los malombianos debemos la realización del homenaje res y en todos los tiempos, en las aguas de que a Sanín Cano se rinde y que fué propuesayer y en la borrasca, sin miedo a ninguna idea, to por un crítico de las Antillas en 1937, y a ninguna teoría, a ninguna doctrina, adalid luego por el profesor Manuel Pedro González, de las suyas, pero adalid contra las opuestas de la Universidad de California, hace diez a su credo de libertad y tolerancia.
años. Nuestro ensayista máximo, entre los viAparece ahora el volumen 26, del voluvientes. lo llama Francisco Romero, el filómen décimo tercio, del presente febrero, totalsofo argentino, no sin explicar que el ensamente dedicado al maestro, con espléndidos aryista es uno de los más refinados y complejos tículos de renombrados escritores de Colombia, productos de una cultura. y sin agregar que México, la Argentina, Venezuela, Chile, Cuve en él uno de los más eficaces estímulos con ba, Costa Rica, Santo Domingo, el Uruguay que ha contado y cuenta la espiritualidad en y la común madre España, adhesiones de Acanuestras tierras. Montañés de Antioquia, con demias, Universidades e Institutos, vocación de alta mar. le dice Mariano Picón entreabierta para ver cómo se mueven los que Salas, quien alaba la prosa precisa, pero no enpugnaron por entrar, de los mismos países y domingada, del maestro, que lo saca del púlde otros, pero que no pudieron, porque dospito, de la cátedra, de la capilla, de la ceremocientas páginas son un espacio demasiado redunia, y lo deja, republicanamente, hablando con cido para sentar a todos los que leen, quieren todos el lenguaje de todos, sólo que impregnay admiran al por ellos llamado patriarca de do de sabiduría y de malicia.
las letras americanas y segurísimo conductor No obstante su humorismo, que todos rede varias generaciones.
conocen, y que necesaria y esencialmente ha Coinciden todos en alabar esa inteligencia Sanin Cano de dar calor a su prosa, Gabriela Mistral habla lúcida y abierta a todas las corrientes; esa erude cierta frialdad deliberada que corre por su dición maciza, pero sin asomos de pedantería: obra y que corresponde al frío tónico de las esa dedicación de setenta años a la tarea de ante las gentes desprevenidas de Europa las be ideas. En una forma original y simpática dienseñar sin proponérselo, acaso sin desearlo, llezas del nuevo mundo.
ce: la frase viva pero sin galope de su prosa.
por simple necesidad espiritual de comunicarles propósito de una impertinencia de Ra Roberto Giusti, que lo considera un agitador, a los demás las impresiones que en la tela de miro de Maeztu, cuya inteligencia y cuya vi un excitador de otras inteligencias, un animasu alma andan bordando personas y sucesos. da tan mal fin encontraron, don José Por dor, un guía espiritual, muestra la sabia mezCoinciden en reconocer en el maestro Sanín tuando, hispano americano de la Universidad cla de lo español y de lo inglés en ese espíritu Cano una vida de austeridad, de permanente de Wisconsin, hace un elogio cabal del dilet equilibrado, generoso y explorador, permanenestudio, de amor a la libertad, de lucha contra tante. suponiendo a Sanín Cano bien hallado temente joven y alerta.
todas las cadenas de la carne o del espíritu, de en esta casilla donde Maeztu creía verlo, y en García Monge da una prueba inequívoca cuidadosa y minuciosa observación, para hacer tonces ya no es el superficial sino el curioso, de que su admiración por el maestro Sanín Caaquellas comparaciones en que de pronto pue el hombre universal, para quien ninguna disci no no es ocasional, ni apropiada para un jubide hallarse la oportunidad, como una grieta, plina es ajena, ávido de conocimientos, sin leo, sino expresión de un largo comercio con para lanzar un cohete que, al estallar, ilumine gusto por las clasificaciones, pero analista fi su prosa y de una ancha gratitud por su enla puerta Más triunfos. Su paseo, entre palmas, por Cu rutilantes cielos americanos. Tampoco la de Caracas todavía semicolonial de hace más de ba y Colombia, el aplauso entusiasta de otros continuar y superar su obra futura con inspi veinte años, que la vió insurgir contra ella y países del continente. y el silencio, siempre ración, trama y contenido vernáculos. Le fué que, en el delicado humorismo de la escritora, el silencio, con rarísimas excepciones, de sus imposible satisfacer sus ambiciones optimistas. creyó palpar irrespetuosa mordacidad, hasta el compatriotas.
La muerte que, al decir de Jorge Manrique, punto de signarla con su anatema.
Teresa, no obstante, los perdonaba y acre se presenta siempre tan callando. se encargó Fué, por el contrario, Teresa, uno, si no centaba su afecto y su inclinación hacia los de troncharla. Quedan a pesar de todo sus el único de los punteros femeninos, de entonmotivos de la tierra. No perdió recuerdos ni cartas íntimas, plenas de sus amores y propó ces, en la lucha incipiente por la emancipación contactos. sino que se mantenía indestructible sitos, que algún día verán la luz. Están, pri espiritual de la mujer venezolana. su título mente enlazada a ésta, en perpetuo culto de mordialmente, sus dos novelas, Ifigenia y indiscutible de gran señora de las letras, con evocación creadora y fecunda. No comprendie Memorias de Mamá Blanca. fundamentales sitio empinado a la vera de las cuatro o cinco ron y no le perdonaron los otros el sutil hu en las modernas letras de América, para ates figuras de su sexo, que son honra de América, mor de sus páginas, su cordial y zumbón va tiguar su devoción a la tierra madre, para pa le toca el de fervorosa y práctica defensora de puleo a la sociedad y a los hábitos anacrónicos tentizar el sabor virtualmente venezolano que esos derechos, sin estallidos de mal gusto, pero de nuestras gentes. No calaron aquella pene las hace ejemplares en nuestras literatura. con meridiana conciencia del papel que a ellas trante ironía, desbordante de humanidad, de Temperamento, el de Teresa impregnado corresponde en el orden nuevo del mundo.
comprensión y compasión ante el prójimo, que, de ternura exquisita y lírica, se la observa in Además de su rebeldía que inunda, como uro de sus más destacados panegiristas, hizo clinarse a menudo, con simpatía, sobre los hu agua espejeante y callada, las páginas de sus fraternizar con el alma de un Jorge Hoore, de mildes y desheredados, embalsamarlos con los mejores novelas y el alma de sus personajes un Anatole France, y, más aún con la del in óleos de su suave e ingenua sonrisa, como en mejor delineados, dan fe de sus convicciones justamente olvidado Gutiérrez Nájera. aquel pasaje que en Ifigenia consagra espe aunque ya en escueta forma de ensayoAdvinieron, por último, los instantes de cialmente a Gregoria, la criada negra: o, en tres conferencias que dicto, cuando su visita a su grave dolencia, los meses de su cura de re aquel otro de Memorias de Mamá Blanca. Bogotá, acerca del influjo de la mujer en la poso en el dormido clima de Suiza, a orillas donde logra una magnífica creación de Vicente Historia de América. La preocupación, pues, de los lagos azules y silencios marginados de Cochocho, hermano gemelo de Juan Bimba, por los problemas sociales de la hora actual, ilustres evocaciones: Byron, Shelley, Mme. mientras no escapan, al leve filo de su mal no se halla ausente del pensamiento ni de la Stael, Benjamin Constant. No desvirtuaba alli entendida ironía, las mezquindades y estrechos vida de esta gran novelista. Quien como ella la contemplación del paisaje ajeno y sedante, prejuicios de los más altos. De mentalidad li alcanzó a responder con genial intuición a las la fidelidad por sus senderos avileños y sus bérrima, tuvo que chocar con su tiempo, en la exigentes y más refinadas expresiones del arte. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica