REPERTORIO AMERICANO 165 Israel y México Por el Lic. Alfonso Francisco RAMIREZ (En el Rep. Amer. Mas los triunfos de ahora no son producto del azar. Reconocen como base: ideales hondamente sentidos, una economía que es orgullo de la modernidad, un sentido social profundamente avanzado, una técnica notablemente evolucionada. Regiones ayer desérticas, son ahora verdaderos jardines; campos estériles, pomposas ciudades, llanuras sedientas, bosI ques floridos.
Pues bien, nuestro pasado y nuestro presente, en muchos de sus aspectos, pueden servir de antecedente, de lección o de estímulo, y constituír material de estudio para el sabio, para el estadista y para el poeta.
Dar a conocer lo que somos en las tierras bíblicas, que asisten hoy por hoy a una renacimiento de cultura sin paralelo en la historia, lo juzgamos de conveniencia inaplazable.
Esta nueva civilización, con hondas raíces en la más lejana antigüedad, debe ser ampliamente conocida y admirada. Es fuente de enseñanzas, manantial de energía, venero de optimismo.
México, atento a cuanto significa progreso y mejoramiento colectivo, recibirá con beneplácito las nuevas de Israel.
III IV El resurgimiento de Israel a la vida jurídica internacional, en su calidad de nación libre y soberana, ha venido a presentar nuevas e insospechadas perspectivas en los dominios de la civilización y de la cultura; un intercambio de las magnificencias del genio hebreo, con lo más esplendoroso del espíritu de los demás pueblos.
Porque si bien es cierto que las facultades creadoras del judío en las ciencias y en las artes, en la filosofía y en la literatura, han irradiado siempre con sentido de universalidad, aun en las más sombrías horas de la diáspora, al florecer ahora en su clima adecuado, bajo su cielo ancestral y en un ambiente impregnado de tradiciones y recuerdos, habrán de dar frutos más sazonados y jugosos. al ser ello así, podrán contribuir al progreso de la humanidad de modo más completo, poniendo a disposición de todos los pueblos sus más valiosas conquistas científicas, industriales y artísticas. a la vez, beneficiarse, con los descubrimientos, innovaciones y experiencias de las otras nacionalidades.
Un intercambio económico y cultural entre el Estado de Israel y los demás países, será altamente provechoso para todos. Cada uno tiene su propia fisonomía, características inconfundibles, usos y costumbres particulares, ideales singularmente amados. El conocimiento recíproco, contribuirá a enriquecer la experiencia y el acervo cultural de cada quien, ofreciéndole posibilidades y horizontes inéditos, o apenas entrevistos. esto habría que agregar el conocimiento directo de personas y de lugares. Nada contribuye a crear lazos de afecto y simpatía, cuando se procede con honestidad y alteza de miras, como un trato franco libre de prejuicios. Por eso estimamos necesario dar a conocer en México a los hombres que en la hora presente dirigen los destinos de Israel, sus tendencias sociales y políticas, sus realizaciones victoriosas. a la par, divulgar en el nuevo Estado palestinense el perfil de los representativos mexicanos, los principios que encarnan, la obra progresista que están realizando.
Israel es un pueblo que ha dado a los hombres los más vívidos fulgores de moral y de belleza. Es grande en su remoto pasado, en las amarguras de su ostracismo, en los días actuales en que dibuja su silueta sobre el misterioso azul del porvenir.
Sobre el suelo en que descansan los huesos de sus antepasados, se ha erguido con gesto victorioso, en medio de la admiración de propios y extraños. Su juventud radiante, guiada por luchadores experimentados y por hábiles jefes, ha conquistado laureles inmarcesibles y plantado sus banderas en la patria de sus mayores.
Lo anteriormente esbozado, pone de relieve la conveniencia reciproca de un conocimiento mutuo, amplio y fiel, entre México e Israel; conocimiento que habrá de traducirse en beneficios económicos y espirituales para ambos pueblos.
Un intercambio de valores científicos, artísticos, comerciales es altamente recomendable.
El conocimiento llevará a la comprensión, y la comprensión a la convivencia bajo el signo de la paz, del progreso y de la justicia.
Tertulia con Alvarez del Vayo (En el Rep. Amer. II El restaurante San Remo se halla en la calle McDougall, a unas tres cuadras de Washington Square. Está situado en lo profundo de Greenwich Village, donde se codean el millonario antojadizo y el pintor hambriento, la mujerzuela en busca de su presa y el bibliógrafo que urga en las librerías de viejo, el volumen preciado. Cuando se va caminando en una de esas noches frías y ventosas se mete uno en la primera tienda que topa en el camino, y con el pretexto de buscar algo se queda para calentarse. de pronto da con la obra que buscaba! Pero San Remo tiene poco de distinción. Aquí se reunen hasta bien entrada la noche, gentes de la ciudad y forasteros; el escultor con el arete en la oreja y la camisa roja, y la dama con armiño. cuando el camarero pasa, soslaya a propósito una de las mesas donde una pareja muy melosa, entibia el ambiente. En San Remo hay buen vino y buena comida, y hay atmósfera; pero es algo frío.
Aquí nos reunimos Arturo Morales, Decano de la Facultad de Historia de la Universidad de Puerto Rico, y yo. Aguardábamos a Julio Alvarez del Vayo, para una cita a las nueve de la noche. Habían pasado las diez, y criticábamos Arturo y yo, con acerbo, a gentes que falsamente habían ocupado posiciones de importancia en la vida intelectual hispanoamericana. Concedimos iy de qué manera!
que en nuestras tierras necesitábamos más rigor en la investigación y en el estudio: que no sólo la brillantez esplendente de los jóvenes prometedores era suficiente para crear obra duradera. Era imprescindible acordamosla labor constante, algunas veces monótona y desesperante, para que todos los desvelos resul.
tasen producto de permanencia.
Ya el hombre del arete en la oreja y la camisa roja se había marchado. Le reemplazo un lampiño empeñado en dejarse crecer una barba. Le mirábamos de hito en hito. Del otro lado del salón nos venían las disonancias de un radio a toda voz. los vasos de vino iban y venían en las bandejas de los garzones presurosos.
Por la vidriera vimos llegar a Alvarez del Vayo. Envuelto en una bufanda carmelita, el sombrero bien encapotado, entró. Nos dijo que una llamada de larga distancia lo había dilatado. Pedimos vino para nosotros, y agua para el ex Ministro de Estado de España. Se restregó las manos. Sentimos frío y cambiamos de mesa dos veces, hasta que encontramos la apropiada para nuestras conversaciones. Nos quedamos en una lateral, cubierta por una bambalina que casi nos tapaba la cabeza. Así estábamos bien.
Era sabido que queríamos hablar de España. Alvarez del Vayo, incansable guerrero, optimista irreductible, nos afirmó que aunque la situación era difícil y enrevesada, él veía para España una solución única: el restablecimiento de la República. Claro está que en 1945, cuando en la Conferencia de San Francisco se organizó a las Naciones Unidas, Franco tenía pocas esperanzas ya de permanecer en el poder. Por cierto, nos dice, que ya entonces el dictador de España había organizado las cosas de tal manera que esperaba salir del país en un momento dado. Quien hubiese sugerido en 1945 que Franco permanecería en el poder, se le hubiera considerado iluso. Pero ya ven ustedes, cuatro años han pasado.
Encendimos cigarrillos. Una humareda, y preguntamos. Qué ocasionó ese subito cambio en el asentimiento general y en el estado de cosas en España? Pues eso. dice del Vayo fué de origen externo, de potencias que temieron un cambio repentino en la política Una labor de difusión, seria y documentada, de lo que es México y de lo que es Israel, no puede menor de ser útil y fecunda.
Tenemos nosotros un rico y maravilloso pasado indígena, que todavía no ha sido estudiado, en todas sus manifestaciones: ahí están los templos suntuosos de Mitla y Monte Albán, las prodigiosas ruinas de Bonampak, las pirámides admirables, que concentran la atención de artistas y eruditos. los siglos de la Colonia, constelados de valores estupendos. las décadas de nuestra lucha insurgente, que constituyen un himno a la libertad. ya en los tiempos presentes, nuestro movimiento social que cristalizó en la Constitución vigente, y con especialidad en los artículos 27 y 123 que, por su contenido de humanidad y de justicia, fueron una revelación magnífica para el mundo entero. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica