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REPERTORIO AMERICANO 329 MASFERRER y el Minimum Vital Por Humberto TEJERA (En El Nacional. México, 22 de mayo del 49. no: El maestro salvadoreño Alberto Masferrer fué el apostol en América del movimiento para asegurar a todo trabajador un mínimum vital. Ahora se dice que este movimiento progresaba en Francia, en vísperas del derrumbe de ignominias y traiciones que simboliza la Línea Maginot; mas ciertamente hace ya un cuarto de siglo que el poeta maestro de Cuscatlán, iba por los pueblos centroamericanos proponiendo su bella utopía. Ante la situación exasperada deshonrosa de nuestra población trabajadora en los países hispanoamericanos, como en las épocas más sombrías del feudalismo, sometida a una serie de explotaciones, cargas, gabelas y tributos que no se agotan enumerando a los trusts concesionarios extranjeros, al cúmulo de intermediarios comerciales, al patrón criollo, a los fiscos exactores, al clero, y a los expendedores de alcohol y vicios; ante la miseria que le hacía escribir: En las grandes plantaciones de café y lo mismo podría decirse de las de caña, tabaco, y en las minashombres y mujeres viven como animales, entregados a una promiscuidad tan grosera como si en doscientas leguas a la redonda no hubiera trazas de civilización. La vida ordinaria del peón, tal como yo la he visto por más de diez años, se reduce a esto: de martes a sábado, tarear. o hacer sus tareas; el domingo, emborracharse, pegarle a la mujer, machetearse con los compañeros; el lunes, ir a la cárcel y empeñarse por un mes de trabajo para pagar multa. En caso de enfermedades del indio y la india, mueren entre nosotros por falta de médico y medicinas, y por ignorancia de las más triviales reglas de higiene. Ante ese cuadro de nuestra civilización criolla, Alberto Masferrer proponía un remedio: la obligatoriedad del Mínimum Vital.
Masferrer fué un poeta que por igual sintió el asco de la miseria, la ignorancia y la angustia que lo rodeaba, y el temor de las grandes soluciones sociales que va imponiendo la época presente. Absorbió en su hermosa rientalidad, henchida de generosidades, los presagios quiméricos que arrastra el horizonte histórico, las utopías religiosas y filantrópicas de los mejores espíritus que han ennoblecido a la especie humana, los ensueños de Francisco de Asís, de Owen y de Fourier, concentrándolos en su propia mente, como las nubaredas matinales en el vaso de cristal de Ilopango; y con esos ensueños formuló la más bella teoría: el Minimum Vital. Bautizó así su llamamiento al buen sentido de los hombres, al claro entendimiento de los cultos y al ansia de vida y mejoramiento de los humildes, para enbibliotecas, museos, campos de juego, paseos y excursiones, a su alcance, la necesaria expansión espiritual. quería Masferrer un seguro todavía: el de invalidez, enfermedad y Vejez, para dar el sostén de la comunidad a todos los que, habiendo sido educados para el trabajo útil, y habiendo rendido su esfuerzo ya a la sociedad, cayeran por la fatalidad o la fuerza de los años, en la dolorosa impro ducción. Empapaba todas estas ensoñaciones en tierras de colonia je brutal y expansivoen el rocío de su vocación lírica, pensando siempre en lo que había visto: el labriego salvadoreño, igual al cañero cubano, al roto chilano, al peón petrolero venezolano o peruacarne de ruedas dentadas, en la maquiraria del amo generalmente extranjero.
Mientras soñaba tan elevadas y excelentes cosas, Alberto Masferrer, sereno, enérgico, evangelizante, profesor de ideales, con altas ideas universalizadoras; verbo de los propósilos avanzados en El Salvador; hombre que honra con su vida su prédica libertaria. como lo describía Julio Barcos, llevaba adelante su original labor de maestro reformista. escribía preciosos poemas y cuentos, sobrecargados de intención redentora y de atisbos de psicologia infantil y popular, como El Direro Maldito, Una vida en el Cine, PensamienAlberto Masferrer tos y Formas, El Buitre que se volvió Calandria, Las siete Cuerdas de la Lyra, cuentos y contrar una fórmula pacífico, concordante, que y poemas que reunidos ebullen con una de las resolvería en nuestra América las luchas so más virtuales y fragantes emanaciones de la ciales en unión equitativa y fructífera para to época de Tolstoi, de Barbusse y de Rolland. dos.
los cuarenta años viajó Masferer a Bélgica, y Ante la struggle for life de los técnicos, como alumno libre de las escuelas de Ferriere ante la guerra de clases de los realistas y vio y Decroly, trajo de regreso a su tierra la Eslentos, ante la implacable vorágine de opresio cuela Racionalista, queriendo sembrar cultura nes y venganzas, y el choque de conflictos en donde predominaban el ripalda y las varas de que se ha convertido el mundo nuevo surgido membrillo. Siente, con Carlyle, que la tierra, de las guerras imperialistas, Masferrer, el so de ser de alguien, sería del trabajador que la ñador, el maestro, abrió los brazos nazarena cultiva. Lucha, como Tolstoi, por la satisfacmente para implorar: Al trabajador: con ción del derecho más indiscutible y esencial, fórmate con lo imprescindible, sin lo cual no el derecho de vivir sobre la tierra, que tiene podrías vivir; y al rico, consciente en que todo ser, y sacar de ésta su alimento, sin pehaya un límite para tu ambición: convierte dir permiso a los demás hombres. Cuando todo en oro, el oro, las piedras, el árbol, cuan habla del problema de la vivienda, en nuesto encierra el planeta; pero no la miseria, no tros países de pocilgas, cuevas y chozas para el hambre, no la salud, no la sangre de tus Jos que trabajan, dice: Alguna maldición hermanos.
pesa sobre el hombre para que, después de Más concretamente, en la sucesión de es tanta filosofía y tanta ciencia, y tanto dar su critos, discursos, conferencias, con que sostuvo sangre para hacer la vida tolerable, aún esté un El Salvador y fuera de sus fronteras, la teo con incertidumbre y zozobra de no hallar un ría que consideraba remedio infalible para en techo que lo abrigue. piensa que nuestra cauzar por bordes humanos y fraternales las América India, la de sangre dulce incontamisangrientas contiendas, Masferrer llegó a deter rada de avaricias, es la llamada a realizar minar concretamente, hasta con precisión de las nuevas formas de vida que la humanidad programa eleccionario su concepto del Mini necesita y quiere. Por ello, vive alerta sobre mum Vital: Una especie de salario restricto, el sentido educador, agrario y social de la Rey un seguro social que comprendiera: la segu volución Mexicana, al igual que sobre los moridad de trabajo; y mediante esto, la seguridad vimientos indigenistas y sociales desde Perú también de la alimentación, el agua, el vesti tasta la Argentina, sumándose fervorosamendo. La obligatoriedad de una educación para te a ellos. Luchaba por el patrimonio famipreparar trabajadores ciudadanos, hombres ap liar de los humildes. Creia factible una aliantos y dignos de la vida por la producción de za defensiva perpetua, contra el imperialismo, Lienes útiles a la comunidad. La justicia para entre las repúblicas democráticas. Intentaba funel trabajador, en forma de tribunales no de dar la Unión Vitalista, para conseguir el reclase, sino de equidad indisputable, rápida y conocimiento del seguro educativo y de traconfiable. El descanso merecido para el labrie bajo.
so y el obrero, salvándolos de la infame es La tragedia rampante centroamericana, por peculación de los centros de vicio, suministrán el tiempo de la gran crisis mundial, recobró doles con buen cine, instructivo y artístico, sus fueros. Los latifundistas, los exportadores bondos de su conciencia ella intuye que esto sería grato al apóstol de la no violencia. grato a su alma que, como Angel Guardián, vela desde el seno ineluctable de Brahma, por los destinos de su pueblo. El hombre de la calle, el campesino en su arrozal, el pastor en sus colinas, el pescador en sus lagos se dirían. Es el Bapú (el Padre. quien lo donó. Del mismo modo que Cristo perdonó a aquellos que lo herían e insultaban en su camino del Calvario, perNew Delhi, 24 de junio de 1949. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica