334 REPERTORIO AMERICANO JOHN KEITH, ses inmortales y omnipresentes, de los dioses que poseyeron atributos vedados a los hombres, sino mencionará al carpintero de Galilea, que nació, vivió y murió diciéndose Dios y predicando la justicit. del mismo modo, si demandáis de cualquier otro ser humano. Quién fué el Caballero Andante. nos responderá el vibrante apelativo de alcaballeros andantes verdaderos que fueron los irreales de los que cumplían hazañas increíbles frente a gigantes y dragones, de los Amadises, Belianis y Florismartes, sino que, recordando al pobre loco de la Mancha, iluso evangelista de la libertad, dirá sencillamenSAN JOSE, COSTA RICA Agentes y Representantes de Casas Extranjeras Cajas Registradoras NATIONAL (The National Cash Register Co. Máquinas de Escribir ROYAL (Royal Typewriter Co. Inc. Muebles de acero y equipos de oficina (Globe Wernicke Co. Implementos de Goma (United States Rubber Export Co. Máquinas de Calcular MONROE Refrigeradoras Eléctricas NORGE Refrigeradoras de Canfín SERVEL ELEC ROLUX Balanzas TOLEDO (Toledo Scael Co. Frasquería en general (Owens Illinois Glass Co. Conservas DEL MONTE (California Packing Corp. Equipos KARDEX (Remington Rand Inc. Pinturas y Barnices (The Sherwin Williams Co. JOHN KEITH, RAMON RAMIREZ Socio Gerente.
Socio Gerente.
te. Don Quijote! de esa manera, por obra y gracia de la sed de justicia de los pueblos y de la heroica fe con que Jesús y el Quijote lucharon por calmar esa sed, inútilmente intentarán psiquiatras y filósofos convencernos de que el uno y el otro fueron locos y no un gran Dios y un excelso caballero andante.
Mas volviendo a las diversas interpretaciones del Quijote, diremos que para otros el Quijote es el libro y el símbolo de España.
Thomas Mann sintetiza ese concepto afirmando que el caballero cervantino resume las cualidades clásicas de su patria: la grandeza, el realismo, la generosidad mal aplicada y la caballerosidad inútil. añade que Cervantes las sitúa en el hidalgo manchego para ironizarlas implacablemente, pero que ellas se sobreponen a la sátira y llegan a cautivar el respeto del propio Cervantes. Dentro de esta nueva percepción del Quijote, él es el pueblo español, con su sentimiento trágico y al mismo tiempo risueño de la vida, que allí precisamente reside el venero humorístico del Quijote. Es el pueblo español con su inagotable valentía que le ha llevado, en la historia, a acometer las más desiguales y descabelladas batallas; con su amor por la justicia que le ha hecho quedar tantas veces en tierra con las costillas rotas y las muelas bañadas en sangre.
Todos sabemos que para los curas, los barberos, los ba illeres armados y los duques, el pueblo español ha estado siempre rematadamente loco, como Don Quijote. en vano hon intentado los curas sanarle lo que juzgan locura, aun cuando en muchas ocasiones hayan apelado al recurso oscurantista de arrojarle los libros a la hoguera. en vano los barberos, los politicastros con alma de barberos, han tratado y continúan tratando de engañarle, diciéndole que tiene razón, que si es caballero andante, pero encerrándole en un carro de bueyes, en el pesado carro de bueyes de la monarquía, para mantenerlo maniatado al turbio recinto sin horizontes de su aldea. en vano los bachilleres armados han procurado domeñar por la fuerza la altivez de su espíritu y hacerlo desistir de sus propósitos justicieros. en vano los duques, que las más de las veces no son españoles sino ingleses, han querido divertirse a su costa, bajarlo de Rocinante para subirlo a Clavileños artificiales, humillar su orgullosa miseria con su dinero y su pretendida nobleza. Han malgastado y seguirán malgastando su tiempo los curas y los barberos, los bachilleres armados y los duques. El pueblo español sigue siendo loco de justicia y seguirá siendo loco de justicia, por los siglos de los siglos, amén.
EL LIBRO DE LA GRACIA En verdad, todos estos interpretadores del Quijote que he mencionado tienen razón, como igualmente la tienen otros que no he mencionado, porque el Quijote es un libro univer que habían desaparecido de la habitación los sal y cósmico que acepta y proporciona las dos gruesos y altos volúmenes de la edición más diversas exégesis. Es el libro del idioma antigua del Quijote que leyendo estaba. Llay del estilo, es el libro de la justicia y de la mé a la valerosa viejecita que me brindaba libertad, y es el libro de España. Pero es tam albergue y le notifiqué alarmado la extraña bién el libro de la gracia y allí era donde yo ausencia de los libros. ella me respondió: descaba anclar, ya que he sido invitado a esta Me los llevé yo misma, hijo. Porque sala para hablar de la gracia del Quijote y usted se ríe tan recio cuando está leyendo ese no de otra cosa.
bendito Quijote, que todo el pueblo va a terPara Don Miguel de Cervantes el Quijote minar por enterarse de que yo tengo un homno fué posiblemente, sino esto último: el libro bre escondido en mi casa.
de la gracia. En el propósito inicial de escribir No obstante, si la intención de Cervantes lo no palpitó tal vez la intención de lograr fué simplemente escribir un libro satírico conuna gran obra humanística, ni una ejemplar tra las obras de caballería, y si así lo recibienovela universal sino el riente designio de bur ron sus coetáneos, la verdad fué que el gelarse de los libros de caballería. Que el humonio de Cervantes, a medida que avanzaba en rismo fué el germen inicial de la obra lo ex el desarrollo de la historia y hacía llover mopresa Cervantes en el divertido prólogo de es fas y desventuras sobre el desdichado y loco ta manera: Procurad también que leyendo caballero, fué tallando en su piedra figura tan vuestra historia el melancólico se mueva a ri humana y tan generosa, tan varonil y tan llesa, el risueño la acreciente, el simple no se na de entereza, que acabó por cobrarle amor cnfade, el discreto se admire de la invención, y culto, y por hacérselos cobrar de todos los el grave no la desprecie, ni el prudente deje que la obra leyeren. Es creencia de muchos de alabarla. En efecto, llevad la mira puesta que Cervantes no tuvo al principio por aquel a derribar la máquina mal fundada destos ca libro suyo la estima que se merecía, que nunballerescos libros, aborrecidos de tantos y ala ca lo presintió su obra maestra, que situaba bados de muchos más; que si esto alcanza. en más alto escaño a La Galatea o a cualquier sedes, no habríades alcanzado poco.
otra de sus producciones. Para respaldar su Con idéntico carácter de obra esencial opinión señalan el hecho de que, a pesar del mente humorística fué escogido el Quijote por éxito alcanzado por la primera parte del Quilos primeros que lo leyeron, que fueron los jote, Cervantes dejó pasar diez años sin concontemporáneos de Cervantes. De ello da fe cluír la segunda y sólo lo hizo apresuradauna anécdota del rey Felipe III que ha sido mente cuando surgió un Avellaneda usurpaaceptada y repetida por los biógrafos de Cerdor que pretendió escribirla por él. Es posivantes. Se refiere en ella que Felipe III divisó ble que quienes tal cosa aseveran estén en lo en cierta ocasión desde sus balcones a un escierto. Quizás Cervantes, que concibió aquel tudiante que reía a carcajadas con un libro enlibro humorístico con la intención de zaherir tre las manos. dijo el rey, volviéndose ha a los disparatados autores de la literatura cacia uno de sus vasallos: balleresca, pensase que el humorismo era un Aquel estudiante o está fuera de sí, o tono menor del arte literario, como lo han lee la historia de Don Quijote.
pensado innumerables escritores y críticos de ese humorismo, que hacía brotar la ritodos los siglos, inclusive del que vivimos, y sa estruendosa de un estudiante hace 345 años, no sospechase que se pudiera perdurar gracias continúa regocijando a la humanidad, partia su ejercicio. Pero el propio Don Quijote es cularmente a los jóvenes que no se afanan el más categórico mentís a tan difundida teoría. Pues si Cervantes comenzó por burlarse por penetrar la honda filosofía de la obra, ni se detienen a analizar la galana belleza de del hidalgo manchego y concluyó por glorificarle, Alonso Quijano le pagó con la missu prosa. En lo que a mí respecta, recuerdo que a los 20 años, cuando leía el Quijote ma moneda, opacando primero toda la obra mientras me ocultaba de la policía que me de Cervantes, que éste tenía en mayor estima, perseguía por mis actividades revolucionarias, y haciendo luego de él uno de los más granacaecióme un hecho que juzgo oportuno rediosos escritores de la humanidad.
ferir en este trance. Sucedió que una maña ATRIBUTOS DEL HUMORISMO na, al despertar en el estrecho cuartucho pro ya que hemos mencionado accidentalvinciano que me servía de refugio, observé mente el criterio discriminativo que determi Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica