REPERTORIO AMERICANO 365 ALGUNOS POEMAS del poeta hondureño Claudio Barrera (En el Rep. Amer. Envío del autor, ahora en Costa Rica. De un libro en prensa: Las liturgias del sueño. LO SUBLIME Nada me queda ya.
Todo es de mis hermanos.
Desde la fuerza ruda de mis manos hasta el ansia febril de mis ideas.
Todo lo di a la vida, todo, todo. he llegado a notar maravillado que después de haber dado mi fuerza, mi dolor y mi creencia, todo lo he recibido sin haberlo pedido.
Sin haberlo esperado todo ha llegado a mí.
Es el gesto supremo de la bondad divina, la sublime verdad, porque al brindarle todo a mis hermanos, se llenaron de lumbre mis dos manos plenas de eternidad.
Claudio Barrera Poemas en azul MELODIA LA NINA DE LA SOMBRILLA Estoy ensimismado en un azul de fuego.
Azul que es para todos porque está muy adentro.
Azul de maravilla, de muerte y de lucero.
Azul tan infinito que es casi azul eterno. Azul! 1Azul de fuego!
El mar azul y la arena duermen en la oscuridad.
La niña azul en la playa con una sombrilla igual.
La roja flor de la mar que es promesa y nada más!
Un barco en el fondo gris.
Barcas que vienen y van.
Un marinero borroso vaga sombra de carbonva de la playa hasta el bar.
El bar tiene su canción azul también como el mar. La niña. La distancia! la mar y las orillas del sueño gris y lento como un naufragio lila; donde azulan las novias sus cuentos infantiles y se les dora un triste recuerdo en las pupilas. Azul. Azul de fuego. azul de maravilla!
El romance lejano teje su sombra gris a orilla de un silencio casi no comprendido.
La ilusión es tremenda porque se da a morir en una interminable azulidad de olvido.
La niña de la sombrilla, fija entre la oscuridad, mira los hombres llegar!
Una roja flor del mar que mira el cielo y se da.
La noche es azul y prende su lámpara de cristal.
Las ventanillas del puerto bostezan halos de ron, y entre marinos borrosos de azul vago y de carbón, la niña de la sombrilla está en la orilla del mar.
El mar es azul y prende sus lámparas de cristal. en cambio la voluble silueta casquivana de la azulina imagen, más azul por la duda, tiene una flor de muerte tendida en la ventana y se abre entre el milagro de una rosa desnuda. la inúsica fina del recuerdo deshila azulmente las horas en que se va el amor.
La muchacha del tiempo tiene azul la pupila y a veces se le azula también el corazón. el mozo, fiel romántico del amor lugareño, ama todas las cosas y en milagroso tul de recuerdos divinos, ha converitdo el sueño en una interminable melodía en azul.
Un marinero borracho canta una extraña canción. el mar azul baila un son con la música del bar.
La niña de la sombrilla va a vender su corazón.
Nadie lo quiere comprar!
De lejos una canción se balancea en el bar. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica