REPERTORIO AMERICANO 265 AL PADRE AZARÍAS PALLAÍS (En el Rep. Amer. Leyendo Bello tono menor Padre Pallais: Yo rezo con tus versos Amas los bardos místicos y llanos de antifonas sagradas y devotas como Armando Godoy y Francis Jammes, ideas, en voz baja. Voy siguiendo a Nervo y a Rubén y a ti mismo.
cu ritmo melodioso, tu alma viva. mas compadece al mísero Voltaire. que en amor puro arde en llama de Dios.
Pasas con tu alegría sobrehumana Versos cristalinos como el agua, sobre las enredaderas florecidas, versos para las niñas castas; y como David tus salmos cantas, para bajorrelieves marmoreos modesto como un monje en su pagoda, en los frontispicios clásicos hierático, silente y extasiado.
de antiguas catedrales, donde el buril de Benvenuto talla suene el diapasón de la heptacorde la mirifica Forma, la divina lira, escala de Jacob al borde del soplo magistral que dió lo Increado. del cielo en lo infinito.
Tú buscaste la Unidad, la melodía, porque tienes la inconsciencia del bardo para decir verdades a los hombres en vueltas en ropajes sibilinos, pues tú hablas con el Verbo llameante del desnudo Sermón de la Montaña.
Estos dodecasílabos que juegan quebrando el hemistiquio, no son cual de Zorrilla, necio y tonto. Pallais es señor de cabras y ardillas)
y al sofistico Sócrates olvida, que por Platón expulsa a los poetas de su República.
Presbo. Azarias Pallais Santificado seas porque dices en tus ayunos largos, el sacrificio de la Santa Misa. porque llevas en tus manos puras los cálices de oro llenos de sacras hostias con que comulga mi conciencia de hombre; Bello Tono Menor es el poema: perfume en el altar como una gema; páginas de viñetas exquisitas y góticas mayúsculas al rojo, del Arte de un poeta de alto numen, todo esto que es sencillo y es muy grande como la alondra que en la aurora trina, me hacen forjar por el panida un canto en loor de gloria bajo las estrellas que brillan por los siglos de los siglos.
Amén.
Armando OCON MURILLO.
Managua, Nicaragua. de noviembre de 1947.
Esta tarde fugaz, ensimismada es un endecasílabo de Dante.
otra la niña, mi voz subrayada, tercer verso del mismo consonante.
porque tu lengua flexa ha pronunciado la exégesis del Nuevo Testamento y como Juan de Patmos ves visiones que estereotipas como en un salterio; Niña de ardillas y de cabras, una entre todas, sin par Andalucía, noche traviesa, complicada luna: meciéndose, en columpios de alegría.
porque además en santidad tú vives, como Teresa de Jesús vivió.
Nuestra Gladys Hernández Barberena, incontables mecidas, más de cien, y estamos celebrando esta verbena, sus padres, sus hermanos, yo también.
SON DOS BALADAS Azarias PALLAIS, Prbo. En el Rep. Amer. LA BALADA DEL POETA DESPUES QUE HUBO LEIDO EL LIBRO DE VERSOS DE FRANCISCO OBANDO SOMARRIBA Pues leyendo tus versos antiguos y modernos, tan limpios y tan versos, se entusiasmian las horas, diriais, como rosas de pétalos eternos, en una interminable repetición de auroras.
Los Tiranos de América (En el Rep. Amer. América, hace siglos que padece el escarnio de bárbaros Tiranos y su excelso prestigio decrece mis ennochecidos ojos circunstanciales volvieron a ser niños de mirar inocente, mayúsculas primeras de pintados misales, corderos primitivos que vuelven de la fuente.
por el ansia de Mando que domina las almas de esos Déspotas insanos que esclavizan los Pueblos, y su ruina Tal vez, en capilares andanzas, Alfa y Beta, unanimes las vidas, de poco más o menos, por la lectura de tus versos, poeta, con madrigalizados ojos claros serenos.
así causan con las contiendas fratricidas, que son su perdición y les mantienen sumidos en la impotencia de por vidas.
LA BALADA DE UNA NINA QUE SE LLAMABA NUESTRA GLADYS HERNANDEZ BARBERENA Bailaora la niña, bailaora; Hágame versos, me dijo zalamera, pues nadie le ha enseñado; natural versos, como quien no quiere la cosa.
paso de la niñez, en buena hora, encendía la tarde retrechera, de ámbar, de porcelana, de cristal.
sus estrellas de octubre; nostalgiosa.
Ya es hora de que cesen los rencores y el Mundo viva en paz y sin miserias; que se extingan los crueles Opresores y los hombres. sin viles cortapisasejerzan sus derechos ciudadanos, exhibiendo su Honor como divisas!
En juego de cantos y bailes y suenan las panderetas cuando canta, en alternas maravillas, así, como quien una y otra vez se encanta.
Mi voz se fué con los siervos esquivos y esta niña de ardillas y de cabras, a jugar a los puntos suspensivos y a la fuga total de las palabras.
Mauricio VERBEL Fausto. Ciudad de Panamá, 1947. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica