REPERTORIO AMERICANO 235 Las ideas políticas.
conservan 72 como Antonio Pérez, el antiguo privado de Felipe II, que desde su retiro advertía los desastres a que conducían tales empresas. Mas (Viene de la pág. 232) las palabras proféticas del autor de Norte de Principes, como las de otros muchos espírioriginales propias del ámbito de la especula mostrar los múltiples matices con que se ofre tus previsores de su tiempo, cayeron en el sición. Ese plano de las ideas claras y preci ce en cada etapa.
lencio que se había hecho en torno a una acsas es sólo punto de partida y referencia, des Donde dice argentino pongamos por ejem titud política caracterizada por el primado de el cual desciende hasta el fondo oscuro de plo cubano y, sin duda, nos sorprenderemos del espíritu autoritario. La doctrina del polos impulsos elementales y las ideas bastar de encontrar infinitas peripecias que sólo con der absoluto, quientaesencia de aquella acendas, que entran en gran medida a formar ese cambios externos de nombres, lugares y fe tuación de lo hispánico y lo católico, va a sedimento del que han de nutrirse las pro chas nos servirían a maravillas. Acaso sea és tener su más alto mantenedor en Francisco pias ideas claras y distintas. Este pensamiento ta una de las características de esta obra, so Suárez, creador de una metafísica de la escosirve de fundamento al criterio: La vida bre todo en sus dos primeros períodos: las lástica y del absolutismo teocrático. como social es resultado de la convivencia de quie eras colonial y criolla, que convienen con las dice el autor, arraigó de tal manera esa polines poseen muy variados patrimonios inte de muchos otros países de nuestra América. tica de principios rigurosos, que descartó colectuales, y sería un peligroso criterio histórimo anticatólica y antiespañola, la política de co no apreciar la significación de ciertos aporIII la realidad. pretendiendo ignorar sus circunstes de opinión, porque nunca fueron expuestancias para someterla incondicionalmente a tos con claridad y con plena conciencia.
La era colonial es, de las tres en que la rigidez de las normas morales y a las leyes Ya estas indicaciones nos sugieren que se divide el libro, la que aparece con perfiles que de ellas parecían desprenderse inequívoel autor no trata de hacer una historia doc más nítidos tanto por razón de la más lejana camente. Los errores y fracasos que acarreo trinal, afirmada sobre acuerdos y textos ya fi perspectiva, como por el gran don de sínte la implantación de esa política en América, jados, sino una investigación guiado por su sis con que el autor ha recortado sobre el donde la realidad era nueva y apenas conopropio instinto y sentido para buscar un aco tiempo los contornos de los sucesos y ha re cida, dió lugar a incesantes frustraciones en modo entre tales ideas consagradas y el re ducido a fórmulas su contenido histórico. la economía y al creciente aumento de visultado de su pesquisas y análisis, fijando las semejanza de lo que sucedió en Cuba, el pasa cios condenados por la Ley, pero inevitables características y el sentido de la evolución de do aborígen casi careció de significación en en una realidad a la que no se quería des la estructura económica y social en que hun. la Argentina. En el más remoto fondo se ex cender.
de sus raíces el mero fenómeno político. En tiende el largo proceso de la colonia, de la En páginas muy llenas de acentos vitales esta indagación sus propios hallazgos han acu. que al mismo tiempo parten los asientos de va Romero siguiendo los pasos que marcan sado discrepancias con normas ya hechas pa la nacionalidad, presentes siempre en su de el nacimiento y el auge de las poblaciones ra apreciar criterios con que se han tratado senvolvimiento de siglos, al punto de que sus junto al Rio de la Plata, con sus alternativas las realidades y fenómenos de la vida argen estructuras se amplían y perfeccionan pero y crecimientos, y especialmente, el auge de tina. Por de pronto rechaza la periodización sus características. Así, el autor Buenos Aires, según fué más segura la idea habitual establecida, fundado en la observa nos dirá que no no sólo se conforma enton de su importancia. La política colonizadora ción del proceso de transformación de aque ces la realidad social de la futura Argentina, utilizó principalmente la encomienda junto lla realidad social. concibe y adopta el que sino que se estructura también su actitud es a la otra política de catequesis, puesta en maconsidera que puede ajustarse con mayor fide piritual frente a los más graves problemas de nos de los religiosos, para dar por resultado lidad al curso que ha seguido la formación la existencia colectiva.
la imposición de la cultura hispánica, como Si es evidente que nos sería imposible única forma de existencia posible.
El plan de la obra va a adaptarse a ese comprender nuestra propia realidad actual sin Especial interés hallamos en la presentanuevo ritmo de periodicidad que le el conocimiento de etapas previas a partir de ción de los conflictos derivados del respeto apropiado para señalar etapas netamente defi la conquista colonización, factoría, prime teórico a la autoridad autocrática de la Coronidas en el desarrollo histórico argentino. Son ras protestas, luchas por la independencia na, mantenido idealmente, y el status pecutres esas etapas: la era colonial, la era criolla de igual manera la realidad argentina arranca liar que la realidad, por su misma fuerza, fué y la era aluvial, en que aún se encuentran. de la era colonial en los aspectos distintivos favoreciendo. La llanura originó en quienes Las tres partes en que la obra está dividida y característicos, tales como estructura eco la poblaron una psicología peculiar y un ticorresponden a cada uno de esos períodos. nómico social, formas de vida y contenidos po de vida impuestos por el desamparo y la Una breve síntesis se destaca al comienzo de espirituales, que plasman en un período de necesidad de bastarse a sí mismos, de modo cada una de ellas, fijando de un modo pre más de dos siglos, sin perder, no obstante los que la fuerza individual era la sola protecciso y vigorosamente expresado el sentido y movimientos renovadores, sus característicos ción del legítimo derecho y aun de la procarácter, revelando sus modalidades y ten valores.
pia vida. He aquí una nueva afirmación del dencias.
Dos épocas bien precisadas constituyen esa espíritu autoritario, aunque en esfera distinPor su forma y su contenido merece que era colonial: la época de los Austria y la ta. De este modo, en dos esferas harto diseñalemos unas frases en que el autor, al preépoca de los Borbones. La primera compren ferentes y desde dos puntos de vista radicalsentar la constitución de la era colonial, des de los últimos tiempos del siglo XVI y se pro mente opuestos, el espíritu autoritario se afirtaca el proceso de elaboración de dos princi longa todo a lo largo del siglo XVII, y en ella maba en la vida colonial y cristalizaba como pios políticos destinados a tener larga vida: cuajan y se afianzan ciertas modalidades del actitud política. De esta dualidad de autoel principio autoritario y el principio liberal, espíritu colonial que perdurarán pese a los ritarismo se engendran conflictos a que el aulos cuales afloran a la vez que se inicia el embates de nuevas concepciones.
tor alude con estas palabras: Las innume proceso de superposición de cierta estructu Conquista y colonización se realizan ba rables leyes escritas se violaban a cada insra institucional sobre una realidad que ape jo el signo renacentista de la aventura. por tante; pero la ley de la llanura indómita no nas la soporta. Este doble juego de princi una España que había creado, de su orgullo se violaba jamás. Es que la realidad acabó pios, cuya imposición va a sufrir la colonia, y de su grandeza, una conciencia vigorosa por dictar la ley y la práctica, por sobre las no es, sino duda, privativo de la realidad ar de la gloria hispánica, inserta en la gloria im menudas prescripciones, aunque la prudencia gentina en la época colonial. Con variantes perial. pero reconcentrada dentro de ella para aconsejaba pregonar la sumisión a las leyes.
en los procedimientos y en las circunstancias afirmar su singular significado. Las conquis Con esa máscara de sumisión el español vioseguramente podremos hallarlo en todas las tas que se suceden de nuevos países de Amé laba las leyes que entorpecían el logro de sus colonias de Hispanoamérica. con mayor pre cica robustecen la creencia en una misión de apetitos. Así cuajó una concepción autoritaria cisión vamos a verlo, en esta frase que ejem España, que en Felipe II se circunscribe como del poder público que, conteniendo la libre plifica y da sentido a tal realidad: Ese due misión de hispanidad y catolicismo. Las in iniciativa, forzaba a ésta a desenvolverse al lo entre dos principios y ese otro entre la rea mensas riquezas que llegan de América van a margen de la ley.
lidad la estructura institucional, se perpe servir para alimentar las implacables e ince De las contradicciones intrínsecas entre el túan y constituyen el nudo del drama polí santes guerras contra los enemigos de Espa autoritarismo real y la política de los printico argentino; la cambiante fisonomía de ese ña y de su fe. El camino del desastre, apenas cipios, entre un autoritarismo estatal y un drama aparece descrita a lo largo de los pe alumbrado por victorias sin resultados deci autoritarismo individual, obra de las circunsríodos siguientes, y el autor ha procurado sivos, comienza a verse claro por hombres tancias, el autor cree haber hallado el resdel país.
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