REPERTORIO AMERICANO EDITOR García Monge Teléfono 8754 Correos: Letra En Costa Rica: Sus. mensual 00 CUADERNOS DE CULTURA HISPANICA. y concebi una federación de ideas, Mía de Hostos.
El suelo nativo es la única propiedad plena del hombre, tesoro común que a todos iguala y enriquece, por lo que para dicha de la persona y calma pública no se ha de ceder ni fiar a otro, ni hipotecar jamás. José Martí.
EXTERIOR: Suscrición anual. dólares Giro bancario sobre Nueva York En él, como en un tío sosegado, el cielo es de cristal y melodia. a su dulce comarca llega el dia con paso de niño iluminado.
fata Este es mi corazón. La primavera que inaugura las cosas, vana fuera sin su espejo de gozo repetido.
جال ad vano el tiempo del amor que mueve las alas de los sueños, y conmueve la sangre con su canto sostenido.
La carreta (En el Rep. Amer. CANCIONES DE AMOR IGNORADO Es una acuarela llenita de flores redonda como una luna de colores.
buscando los montes turbios y pequeños donde van girando lo mismo que sueños Se ve cuando gira su rueda vistosa como el ala loca de una mariposa.
Tú ves mi rostro nada más.
Mi rostro, que todo calla. De rosa, de lila, de blanco y violeta, dos arceiris giran junto a la carreta.
las ruedas vistosas de los carreteros que parten el viento son silbos viajeros.
Cartago, Alajuela, San Ramón, Heredia!
Vienen los boyeros por la madrugada rumiando una pena que el dolor asedia, pero de estas cosas nadie sabe nada.
Ay, si pudieras mirarme el alma!
Cada rueda tiene como un diamantino molino de sueños puesto en el camino. Es ella. Es otra. Quién es esta mujer enamorada, que tiene el pecho en trémula agonía de bosque en llamas?
Diτίας.
Giran las tristezas de los carreteros lo mismo que giran sobre los senderos, La pobreza monta todo su equipaje de leyes absurdas resabios burgueses sobre la carreta que va en el paisaje, junto del camino que va formando eses. Qué sabe el boyero si la rueda es fina por tanto milagro de esa geometría?
Si su pena enorme nadie la adivina más que la callada soledad del día.
los vientos de otoño que entre las veredas van gimiendo al paso tardo de las ruedas.
Pero no sabes nada.
Entre tanta gracia sólo en Dios confía.
Sudores que mojan la plata del día, SONETO LA ROSA mientras por las noches reclina el boyero la angustia que arrastra todo un día entero En las manos del alba vi la rosa.
Huía de sí misma, perseguida por su propia hermosura repetida en pétalos y en rosa jubilosa.
y lo ven los ojos del buey ya cansino como un dulce hermano puesto en el camino.
Las ruedas son bellas. Dibujos pequeños que en los montes trazan los dedos seguros, como si hermanara toditos sus sueños con las esperanzas de mundos futuros.
Pasan las carretas sobre de la vía, bellas y pequeñas para los aedas, porque en los colores de su geometría, la redonda luna de milagrería como una alegría se va entre las ruedas.
Claudio BARRERA.
San José, Costa Rica. Octubre de 1948.
Los amaneceres blancos de magnesia con la cruz, el valle, la fuente, la iglesia, Con un alto vaivén de mariposa la rosa, ya en el aire, detenida quedaba entre la luz, estremecida de aromas y de fuga luminosa.
tienen corazón casi se adivina y son las carretas que van por la esquina Otro libro: Inmóvil sobre el viento desvelado en rosa de vitral se convertía la rosa del amor atormentado.
Verdad del Sueño, por Meira Delmar. Envío de Salvador Jiménez Canossa, en San José de Costa Rica. Setiembre de 1948. El día la tocaba. era el dia en torno de la rosa, desalado arroyo de insistente melodia.
Toca mi corazón tu mano pura, lejano amor, cercano todavía.
Meira Delmar, exquisita poetisa colombiana, de estilo bello y definido, nos ofrece en su libro Verdad del sueño, una cosecha lírica plena de esencia y rica en forma.
Meira se ha dado en cada uno de sus poemas integramente, y esa cordial intimidad que flota en ellos.
Pero es mejor que leamos unos de sus trabajos, del ya citado libro y juzguemos nosotros mismos: CORAZON Tú ves mi rostro nada más.
Mi rostro que todo calla.
Plena de feminidad y dulzura sin rebusca de formas retóricas con qué darnos el falso brillo del oropel.
Este es mi corazón. Mi enamorado corazón, delirante todavía.
Un ángel en azul de poesía le tiene para siempre traspasado.
Ilustraciones de MI. Sánchez Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica