278 REPERTORIO AMERICANO Jorge Eliécer Gaitán en Roma (En el Rep. Amer. Era nada menos que todo un hombre. Unamuno.
que usar de una lengua extraña que llegó a dominar, sin embargo, al cabo de pocos meses de vivir en Roma. No era de aquellos jóvenes que calientan las asignaturas en vísperas del examen final, engañándose a sí mismos, como si lo primordial fuese ganar un diploma y no dominar una especialidad.
En el mes de diciembre, los que visitaban su modesto cuarto en Roma, lo podían ver en altas horas de la noche, de bata y con los pies metidos en una jofaina, en cuya agua flotaban pequeños témpanos de hielo, para no dormirse.
Mas lo más admirable no era eso, sino que su amiga, una rusa muy bella, lo esperaba a veces hasta las seis de la mañana, para irse a la cama.
Por eso este artículo lleva como epígrafe una frase de Unamuno, que le sirvió de base al Rector de la Universidad de Salamanca, para escribir una pieza teatral, que es de las más patéticas que haya leído en mi vida.
Mario SANTA CRUZ.
Bogotá, Setiembre de 1948.
La primera persona que me habló en México, de Jorge Eliécer Gaitán, fué Jorge Zalamea. lo hizo con un entusiasmo que por raro en él. me sorprendió gratamente. Gaitán, me dijo el muchacho que terminaba entonces El regreso de Eva, está ahora en Roma, especializándose en derecho penal con el Profesor Ferri, y es el único de los discípulos colombianos de éste, que fué a Roma con dinero propio, sin esperar beca del gobierno de su país. Un pleito cuantioso, ganado en los comienzos de su carrera de jurista, le permitió atravesar el Atlántico.
Adelanto un poco los acontecimientos, y dejando a Gaitán en la ciudad de los Césares, voy a referir cómo, cuándo y dónde le conocí: fué en agosto de 1929, aquí en Bogotá. El era miembro de la Cámara de Representantes y se ocupaba entonces en reunir documentos para acusar al General Carlos Cortés Vargas, por la matanza de obreros colombianos que trabajaban en las bananeras, así como al Ministro de Guerra, Renjifo, por dilapidaciones en suc Cartera.
Le felicité después de su primer discurso, que fué valeroso y elocuente, y entonces él me invitó a cenar al Café Riviere. Hablamos de política colombiana, de la estada en Roma del penalista, de México, de mujeres, de casi todo lo que podía interesarnos como hombres BRIXENCE y como hispanoamericanos.
Después regresé a Centro América, donde me hice hacer una entrevista que el repórter Jorge Eliécer Gaitán bautizó con este título asaz diciente: Exégesis de la Colombia actual. Mis revelaciones recho Penal, con la Summa Cum Laude, que es sobre la patria indignaron a algunos fariseos la más alta calificación que disciernen las Faliberales, que me atacaron a control remoto. cultades italianas. Todos los que frecuentamos Jorge Eliécer me escribió entonces una tarjeta a Jorge Eliécer en su bufete del Edificio Nieque conservo, que dice así: Todo lo que usted to, sabemos que el eminente sabio de Italia refirió sobre Colombia es verdad. Ay del país incorporó, en una obra suya, la teoría de su donde el libre examen indigna: no estoy con discípulo colombiano, sobre la premeditación, los que lo insultan y motejan de mal patrio honor éste que no se sabe dispensase a ningún ta.
otro de sus alumnos.
Pero volvamos a Roma, aunque ese retor Jorge Eliécer Gaitán no era sólo un esno dé a este artículo un aspecto deshilvanado. tudiante inteligente sino aplicado y tesonero; Gaitán, llegó a ser el discípulo predilecto de por eso, venció a sus rivales, a pesar de haber Ferri, y obtuvo su título de Doctor en De llegado con atraso al curso de Ferri y tener donde ve. Dilthey el hontanar irracional de la vida. Es el mismo hontanar sobre el cual Imaz hace el siguiente comentario: siempre fluyente, siempre actuante, y que es el que impregna a las ciencias del espíritu de ese margn ineliminabl de irracionalidad.
Ni siquiera el sufrimiento se ha excluído del ámbito de lo divino. Ello explica la fuerza interna del verdadero cristiano. La transformación que por su medio hubo de sufrir uno de los más poderosos imperios de la tierra, es la consecuencia lógica de la actitud histórica misma de Cristo, de su vida como persona, como sujeto verdadero impregnado de las agonías y dolores todos de la psique y del cuerpo. El amor, como suprema expresión del sentimiento, y la elevación del dolor en el sacrificio real y simbólico de la Cruz, poseen la fuerza necesaria para conquistar el ánima atribulada de la Humanidad. El dolor, declara Unamuno. es la auténtica posibilidad de conciencia realísima, de saber uno lo que es, que tiene una realidad.
El género humano doliente, necesita estar cerca del reino de Dios. Desprender ese reino del maravilloso orden cósmico, que tanto ofuscó las miradas de la antigüedad clásica; o desgarrarlo del dominio de las esencias intemporales y de las sombras metafísicas, es urgencia de los trágicos tiempos que corren. La hora es llegada para el triunfo del Evangelio del Amor; y hoy, mejor que antes, deben escucharse las palabras de San Lucas: preguntado por los fariseos, cuando había de venir el reino de Dios, les respondió y dijo: El reino de Dios no vendrá como advertencia; Ni dirán: Helo aquí, helo alli; porque he aquí el reino de Dios entre vosotros está.
Historicismo o Metafísica (En el Rep. Amer. VI Alejandro AGUILAR MACHADO.
San José de Costa Rica. 1948.
mensión nueva: la histórico social. Compréndase ya, como desde la inmanencia del ente que La reducción del concepto Ser a elemento constitutivo permanente del hombre, es la base para un cambio radical en la vida. Unificado el Ser con la existencia misma, lo trascendente se reduce en Heidegger, al ascenso de ente a Ser. a esta ascensión se llega, según él, por la angustia. Es el mismo proceso que en Unamuno se explica con la conciencia agónica, forma esta de expresar nuestra separación de la nada o la repugnancia hacia ella. Oigámosle cuando surge esplendente, debatiéndose en el mundo admirable de sus paradojas: esta verdad de que Dios padece, ante la que se sienten aterrados los hombres, es la revelación de las entrañas mismas del Universo y de su misterio, la que nos reveló al enviar a su Hijo a que nos redimiese sufriendo muriendo. Fué la revelación de lo divino del dolor, pues sólo es divino lo que sufre. los hombres hicieron dios al Cristo, que padeció y descubrieron por él la eterna esencia de un Dios vivo, humano, esto es, que sufre sólo no sufre lo muerto, lo inhumano que ama, que tiene sed de amor, de compasión, que es persona.
La persona ha logrado pues, alcanzar la verdadera categoría de sujeto, que es la que corresponde al ser para sí, a que aludió Husserl.
Pero háse elevado a mayores niveles aún: desde un reino de sombras o de meras promesas se convierte en causa determinante de una dimensión nueva: la histórico social. Comprendese ya, cómo desde la inmanencia del ente que existe, el ser de verdad, brotan los valores y los fines, o el haz de impulsos y de afectos en Si le interesa el Repertorio Americano pídale la suscrición a The American News Company, Inc.
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