REPERTORIO AMERICANO 213 Caracteres de Cuba vistos por Cortina (En el Rep. Amer. Envío del autor, en La Habana, julio de 1948. Agencia del Repertorio Americano en Londres Stevens Brown, Ltd.
New Ruskin House, 28 30 Little Rusell Street, C1 London, England El conocimiento de la biografía de los grandes hombres debería ser obligatorio a los ciudadanos del país donde aquéllos alentaron sus proezas, porque su ejemplo enaltecedor, la luz que irradiaron sus existencias, la fuerza moral que inyectan a las nuevas generaciones, sirven de yunque para forjar el más recio carácter de una nacionalidad.
Estas y otras consideraciones nos hemos hecho mentalmente, después de una lectura detenida y razonada de los discursos y ensayos del doctor José Manuel Cortina, que la editorial Lex de La Habana ha compilado y publicado hace algún tiempo en un volumen que lleva por rubro: Caracteres de Cuba. Esta obra, cuya lectura reconforta el espíritu más pesimista y da fe en la medida del alma de los combatientes, perfila, a grandes lineamientos, la vida de cubanos tan ilustres como Martí, el apóstol, y Miguel Figueroa, el tribuno; Antonio Maceo, el héroe, y Manuel Sanguily, el patriota; como Manuel Márquez Sterling, el diplomático y Alfredo Zayas, el político, etc. etc.
Este libro, que es solamente una parte microscópica de la inmensa labor tribunicia de Cortina, enjuicia casi con la misma técnica, la vida de esos ilustres desaparecidos. En la primera parte el orador esboza un panorama general de la época en que se desenvolvieron, marcado de profundas sugestiones de pensador, para después realizar con maestría originalidad, una síntesis biográfica del combatiente.
Una de las cosas más notables de estos discursos son los períodos cortos y fulgurantes con los cuales el autor define personalidades, analiza situaciones, aconseja derroteros y exalta las bondades congénitas del pueblo cubano, pues Cortina tiene una profunda fe en los destinos y en las cualidades de su pueblo, y este, acaso, haya sido el motivo por el cual ha luchado sin tregua por su país durante toda su existencia, sin detenerlo las inevitables decepciones y amarguras que todo estadista y hombre que trabaja por el mejoramiento de su patria, encuentra en su sendero. Son los cardos dejados allí por los cultivadores del mal.
Estos discursos, como muy bien afirma Federico Castañeda, tienen un valor permanente y definitivo. y por la claridad con que están concebidos, deberían hacerse del libro ediciones económicas para que el pueblo de Cuba en especial y todos los pueblos de América pudieran abrevar en esa Castalia donde hombres de medida no común, realizaron hazañas morales y materiales que crispan los nervios del lector e impulsan la grandeza dormida en los corazones pusilánimes.
En estas piezas oratorias el lector menos acucioso, como nosotros para el caso que nunca hemos tenido temperamento ni de Zoilos ni de Aristarcos, notará cumplida aquella sentencia de Horacio, de unir siempre en toda obra lo útil a lo deleitoso. porque penetrar en la suntuosidad de esta oratoria profunda y sonora como un órgano de una silenciosa catedral, nos emociona y nos abre el pensamiento sobre honduras insospechadas.
De Martí hace Cortina una apología en la Asociación de Repórters de La Habana, el dia 28 de enero de 1930. Este trabajo, precursor de las notables biografías que posteriormente se han escrito de Martí, tiene la originalidad de situar este extraordinario carácter fuera del campo estricto de los libertadores políticos y jefes de revolución, para incorporarlo a la rara especie de los místicos que desbordan su piedad en religiones o cruzadas, y que en ese notable americano tuvo culminación en su afán de libertar su patria y poner un bastión más, de carácter decisivo, en lo que él llamaba Nuestra América. objetivo también fundamental de su apostolado, según lo reiteró varias veces, especialmente en su cartatestamento a Henríquez y Carvajal y a Mercado.
Ese trabajo de Cortina fué traducido al francés por Francis de Miomandre, y editado por la casa Alberto Messeis de París, dándose el caso raro de que una obra de esa indole se agotara rápidamente en las librerías.
Este discurso fué considerado por el insigne profesor e historiador de la literatura cubana Juan Remos, como una obra maestra; y el biógrafo Isidro Méndez, en su notable estudio sobre Martí, declara que la apologia de Cortina debe ser leída por todos los que quieren agotar el conocimiento sobre las facetas de aquel original carácter que es gloria de América, de Cuba y de la humanidad.
La noble figura del gran tribuno Figueroa, como la de Sanguily, surgen límpidas y acabadas en las piezas oratorias a que nos referimos. diremos, sin afán de hacer frases hiperbólicas, que el discurso de Cortina sobre el general Calixto García merece ser esculpido en bronce en los flancos del monumento donde se guardan los despojos de aquel campeón de la libertad cubana, porque queda perfilado en cortos lineamientos y exaltada una de las personalidades más recias de la titánica contienda revolucionaria.
El nombre de don Manuel Márquez Sterling es uno de los más conocidos internacionalmente. Yo recuerdo que allá en la existencia penumbrosa de aquellas ciudades hondureñas donde se quemaron vanamente los años de mi adolescencia, en el instituto de pedagogía donde me enseñaban cosas inútiles, y más tarde en la Universidad, a cada momento escuchábamos el nombre de Márquez Sterling y se nos grabó, desde entonces, en la mente. es que su actuación como diplomático en México, en momentos difíciles para la vida de aquella nación, las actuaciones del diplomático y periodista cubano alcanzaron resonancia continental.
Cortina al hablar de Don Manuel. como se le dice comúnmente, lo hace con el cariño del amigo y compañero, pero además con la responsabilidad del hombre acostumbrado a medir y pesar el carácter de los otros hombres. Su discurso sobre Márquez Sterling, cuando fué pronunciado, debe haber sido una inestimable y valiosísima colaboración al acercamiento espiritual de Cuba y México, porque está henchido de amor hacia ese otro pedazo del hogar común que es nuestra América.
Surge Zayas como un enciclopedista, ecotomista y estadista, de carácter inconmovible y sereno, como está conceptuado por los cubanos de todas las militancias. Cortina pudo muy bien conocerlo a fondo, porque fué el hombre de Estado que trabajó a su vera durante casi todo su gobierno, teniendo una influencia decisiva en las actuaciones de ese mandatario frente a la intervención americana representada por el General Crawder, que me.
diatizaba con su presencia la soberanía de Cuba y a quien Zayas y Cortina pusieron en condiciones y necesidad de abandonar el país.
No es posible abarcar en un somero artículo la vastedad de todo lo interesante y humano que hay en esta obra que no debe ser olvidada por los hombres de América, por sus altas lecciones de civismo y de ética.
José CASTRO. SELECTA La Cerveza SPRECHS del Hogar EXQUISITA SUPERIOR Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica