REPERTORIO AMERICANO 267 ARGENTINA Es un cuento de de Patricia Cox dulzar aquella honda tristeza infinita. Parecía que un ojo de agua se hubiera quedado seco y para llenarse de nuevo necesitara todo el llanto de su alma. Acurrucada en un rincón, con el muñeco en el regazo, lloraba quedamente su felicidad perdida. Me robaron a mi niña. ay! me robaron a mi ángell ¡Cómo podía caber la alegria en el mundo si su pena era tan honda. Cómo brillaba el sol si su pena era tan negra que le hacía noche cerrada toda su vida. Cómo podían florecer las rosas si el llanto suyo lo anegaba todo!
Se hizo enemiga del día y odiaba el alba porque ella, en su caballo de oro, le había robado a su niña, llevándosela por un mar azul donde navegan los luceros con velas que son girones de noche. todas las mañanas, mientras rodaron los astros y la cabeza de Argentina se hizo gris, con el muñeco abrazado contra su pecho anhelante, el grito maternal rasgaba el amanecer de las calles silenciosas de mi pueblo. Me robaron a mi niña. iay! me robaron a mi ángel. México, enero 1948. En el Rep. Amer. Cuando nació era una niña muy bonita: que hubiera salido del rincón oscuro de la grande, hermosa, regordeta, con un par de lin cancela que ocultaban las macetas frondosas.
dos ojos negros de mirar muy dulce; pero fué Se asustó y quedó suspensa, pero la ternura creciendo y cada día se hizo más grande, más que había en los negros ojos de Argentina la pesada y más tonta.
dominó. Soltó la risa y le tendió los brazos; Cuando se hizo mujer, era la boba del ba se dejó acariciar y escuchó aquellas canciones rrio. Alta y gruesa, con un andar lento como extrañas, como traídas de un país remoto y de osa; sólo los ojos negros conservaban su desconocido, donde suenan ecos de voces prirara belleza lejana de mirada triste.
mitivas.
El instinto maternal se había desespertado todos los días se repitió la escena. La en ella con una tremenda intensidad dramáti niña gustaba de pasar el tiempo al lado de su ca. Pasaba el día abrazando y arrullando a un nueva amiga.
muñeco desteñido, con el pelo hirsuto y la ca El corazón de Argentina rebosaba la dira raspada; le cantaba las más bonitas cancio cha silenciosa de los que son felices dando el nes que imaginaba con una voz honda y dul corazón a cambio de un poco de amor. Esce que sólo ella escuchaba, y cuando creía que condía en los bolsones de su falda terrones de lloraba, lo paseaba murmurándole mil terne azúcar robados al azucarero, o los higos corzas. Cuando el niño quedaba dormido en su tados a hurtadillas y el confite que le obseregazo, se sentaba suavemente en el ancho quiaban en la comida del mediodía.
portón lleno de helechos y palmeras, y ahi Por las noches despertaba ansiosa de que quedaba horas y horas, mirando en el ancho llegara el alba, impaciente porque la aurora azul cruzar palomas y gorriones.
le trajera la dicha en los ojos y la alegre risa Daba dolor verla así, y su nombre resul de su niña. Odiaba a las estrellas y cuando las taba una amarga ironía. Argentina era tris veía palidecer con la alborada, se paraba deste, fea, idiota, pesada. Algunas veces, hablaba calza y abría la ventana para ver salir el sol.
para decir incoherencias, pues sus palabras eran El día era su mejor amigo: él le traía la dicha estropajosas, turbias, como las de un ebrio. que colmaba de alegría su corazón hambrienEn las noches dormía abrazada del muñe to de ternura; la niña azul. su niña.
co: su niño, su tesoro, su vida. Era una lástiY Argentina, como por un milagro, fué ma aquel amor maternal malogrado y aquella aprendiendo a hablar, trataba de coordinar ansia infinita de ternura.
pensamientos. veces hasta sentía un poquiNo entendía nada, no sabía nada, sólo su tín de remordimientos al ver a su muñeco niño era la razón de su vida.
abandonado en el revuelto lecho. Entonces sucedió que un día llegó a su vecindad lo alzaba, lo estrechaba sobre su corazón, penun matrimonio joven con una hijita, rubia sando en su niña azul.
como un rayo de sol. Argentina la vió pasar Pero ¡ay! un día aquella felicidad inaprepor el zaguán de su casa y la siguió con la ciable termino. Se acabó de golpe, como hamirada ansiosa, hambrienta de cariño.
bía llegado. La niña azul de sus ensueños se Todas las tardes la veía pasar y de su bo fué como había venido, dejando el corazón ca fluía un torrente de palabras ininteligibles; de Argentina lastimado hasta el fondo, con su sueño era inquieto por las noches. ila ni una sangrante herida que no restañaría jamás.
ña azul. esa si era de verdad!
Esperó en vano, largas horas amargas y por fin, un día se atrevió: al pasar la pesadas, apretadas en la garganta como un pequeñuela por el zaguán, Argentina tendió puño. Sus ojos melancólicos siguieron las bosu mano ruda, áspera como una garra. La ni ras en las luces y en las sombras, mas su niña fa quedó asombrada al verla, tan de pronto. no llegó, no volvió a llegar nunca en el frescomo si estuviera de repente ante una bruja co cascabeleo de su voz ni de su risa para enEl traje hace al caballero y lo caracteriza la SASTRERIA LA COLOMBIANA de FRANCISCO GOMEZ e HIJO le hace el traje en pagos semanales o mensuales o al contado. Acaba de recibir un surtido de casimires en todos los colores, y cuenta con operarios competentes para la confección de sus trajes.
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Nueva Revista de Filologia Hispánica EL FUTURO DE AMÉRICA (En el Rep. Amer. Ciudadano de Américal, amo sus límpidas glorias y lucho porque cesen sus Contiendas armadas, que amenguan su prestigio y hacen ilusorias las amplias perspectivas por ella vislumbradas.
Su bienestar depende de la paz y los esfuerzos que sus hijos hoy dediquen a las arduas faenas de laborar sus tierras y cultivar los diversos productos que su suelo nos brinda a manos llenas.
El Colegio de México publica trimestralmente la Nueva Revista de Filologia Hispánica.
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Redacción: El Colegio de México, Nápoles 5, México, Administración: Fondo de Cultura Económica, Pánuco 63, México, Sólo asi conseguiremos desterrar las miserias del recinto sagrado de nuestros patrios lares y no presenciaremos las sangrientas tragedias de las continuas guerras entre los mismos hermanos, en las cuales los hombres sucumben por millares, víctimas de las venganzas de los feroces Tiranos!
Panamá. 1947.
Mauricio VERBEL Fausto. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica