232 REPERTORIO AMERICANO Está aquí con sus triunfos del ayer. Con su triunfo de México, honra nacional. Para alabarlo, para enaltecerlo y gritarlo a los cuatro vientos no habemos necesidad de mítines chillones, de carteles en esquinas de la ciudad, de subterfugios de bota sin fondo, de filosofías y economías de cántaro roto, de generosidades que obligan hasta más del ciento por ciento.
Rafael ANGARITA ARVELO.
Caracas, octubre de 1947.
Señor Manuel Felipe Rugeles.
Presente.
Querido poeta: esta vaca le amaneció un día el prado convertido en tablero.
Si era simplista la emprendió a cornadas contra aquél.
Si era romántica lanzó al aire mugidos de lamento y añoranza.
Si tenía algún juicio comprendió que ya la cosa no podría reducirse a un simple pastar o rumiar mansa y beatificamente.
ROK CONSIDERACIONES SOBRE LA ORFANDAD DEL HOMBRE CONTEMPORÁNEO (En el Rep. Amer. Van estas breves pero cordiales líneas para ponerme de presente ante ti con motivo de tu triunfo en los Juegos Florales de México.
Bien sabes que, entre los poetas contemporáneos de Venezuela, te he asignado siempre un lugar de excelencia. Admiro en ti dos virtudes fundamentales que te definen: tu profundo lirismo y la torrencial fecundidad de tu numen, pocas veces reñida con la excelente calidad de tu poesía. Recuerdo haber dicho, cuando la publicación de tu Aldea en la Niebla, lo siguiente: Si alguna voz se ha conservado pura y original en el concierto de la poesía venczolana, csa voz es va de Manuel Felipe Rugeles. Si a algún poeta pudiera hallársele, a cualquier hora, en la actitud eufórica y armoniosa del agua que fluye cristalina, ese poeta sería, también, él. Porque el sentido que Rugeles tiene de la poesía no lo aprendió en cantos ajenos, sino que lo fué orientando dentro de las propias disciplinas y acompasándolo al ritmo de su vida nómade y angustiada. creo haber puntualizado en el mismo artículo esa correspondencia entre calidad y cantidad, a que he vuelto a referirme aquí, de este modo: La abundancia incontenible de sus poemas, no corresponde en la obra poética de Rugeles a un mero prurito verbal, a un retórico afán de versificación fácil, sino a una imposición de su espíritu, siempre despierto al canto.
Excusa estas citas, sin más importancia con relación a tu lauro continental, que la que puedes atribuir a la consecuencia de mi juicio, invariable, hasta ahora, acerca de tu capacidad poética.
No conozco el afortunado poema del premio, que aun permanece inédito y que tampoco me has recitado ni leído. Pero lo presiento digno de ti y. por qué no. superior a los estrechos límites de un concurso. De ahí que en nada me haya sorprendido ese triunfo tuyo en unos Juegos Florales de proyección americana. te digo que no me ha sorprendido porque, aun sin él, seguiría estimándote como una de las voces mejor depuradas de América.
Venga en buena hora el lauro redundante, que a todos nos alcanza por haberlo ganado tú. Pero no se diga que faltaba en tu bagaje de infatigable viajero lírico, donde no habrás reunido blancas, pero sí poesía, mucha y magnífica poesía.
No sé si llego un poco tarde a tu fiesta de hoy, para unirme al coro de otras voces hermanas que la celebran. De una cosa, sin embargo, puedes estar seguro: que cuanto más crezca en aura triunfal el compañero, más me regocijo yo como amigo y como venezolano.
Fraternalmente, Los trabajos de construcción de un edificio en San José contiguo a la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen, se han iniciado con una honda perforación que habrá de ser una cámara subterránea, un refugio antiaéreo probablemente o un primer pisó bajo el nivel de la calle.
El enorme hoyo de más de mil metros cuadrados aproximadamente, ha sido hecho por un gran maquinón, especie de monstruo antediluviano frankenstenoide y por los camiones que se llevan, de rato en rato, los terraplenes que en tal forma se van amontonando.
Muchas personas nos detenemos a ver ese trabajo. Puede decirse que es la mecánica quien exclusivamente lo ejecuta. Es un artefacto con un motor de gasolina el que rotura, perfora, escarva, amontona, rompe todos los cimientos y los obstáculos, levanta toneladas de escombro y de tierra con cierta fría elegancia y las vacia en los camiones que han de votar todo eso lejos.
La gente contempla, admira, exclama y se entretiene observando. Pero es muy probable que a ninguno de los espectadores que asisten a eso ocasional exhibición del trabajo absolutamente mecanizado, se le ocurra pensar en los cincuenta o cien obreros que debían estar haciendo ese trabajo. Todos excúsenme la redundancia. son seres humanos, son hombres con esposa, hijos y madre probablemente y con necesidades elementales que sólo el trabajo de su fuerza y de sus manos puede satisfacer.
Trato de imaginarlos con picos, azadones y palas, empeñados en un trabajo arduo que les produciría jornal y sustento. Pero esos hombres ¿dónde están. porque han de ocupar, como todo cuerpo físico un lugar en nuestro espacio social y económico. La máquina que los sustituye, dura, fría, monstruosa hace ante mí muy claras sus imágenes lejanas. Tal vez más reales que si los viera activos y presentes ejecutando la obra, porque esos hombres están sencillamente desplazados, con nuestro estado de cosas, en la contradicción máquina versus hombre. El rendimiento que produce la máquina no va a beneficiar a los obreros cuyo derecho al trabajo ella suplanta, sino al dueño o al que la explota como la enorme fuerza constructora que es puesta en movimiento.
Porque esto, de que tal aparato favorece exclusivamente los intereses económicos del dueño, lanzando de modo ciego y anárquico a su suerte a los trabajadores que sustituye, es axioma de kinder garden.
Sin embargo, allí está el aparato, allí están el ruido pertinaz de su motor y los transeuntes que continuamente se detienen a mirarlo.
Miran y pasan. el hecho se repite y se multiplica.
Socialmente surge entonces un enorme desequilibrio, un profundo falseamiento básico con grandes alteraciones. La trascendental anomalía no hace ruidos ni movimientos ostensibles. Sólo se perciben, se sienten fenómenos que muchos transeuntes no entienden y quisieran explicárselos. Entre ellos este don Luis López de Mesa quien así lo dice en su Orfandad del Hombre Contemporáneo:. en ningún pueblo libre de los que hogaño representan la civilización y la historia, hallaremos hombre que entienda lo que ocurre ni, menos todavía, conduzca a sus conciudadanos por rutas iluminadas de sosegadora o siquiera de relativa certidumbre. y bás adelante:. no se ve por ninguna parte la inteligencia que sintetice su letal encadenamiento y logre así descubrir el núcleo genitivo de estas alteraciones.
El enorme tractor que actualmente trabaja contiguo a la Iglesia del Carmen, que sólo se alimenta de gasolina y no tiene necesidades orgánicas que satisfacer, que representa en nuestro sistema la desocupación de cientos de obreros anulados por con olímpico y mecánico desdén, construye, supongamos, un refugio antiaéreo. Para ponerse quiénes a salvo de quién? Porque el golpe ya sea de agresión o de defensa es de temerse y sabido es que quien la debe la teme. Bien pueden organizarse los hombres sobre bases más justas, constituyendo algún día gobiernos genuinamente del, por y para el pueblo en muchas naciones, las cuales no será sino hasta entonces que deban llamarse con propiedad, civilizadas.
Y, de otra parte, bien puede ser que quien se Jacinto FOMBON PACHANO. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica