Democracy

REPERTORIO AMERICANO 191 ANTONIO URBANO EL GREMIO TELEFONO 2157 APARTADO 470 aparecer, ante sus alumnos, libre de toda función que lo disminuya ante el sensible y alerta mundo moral de los niños. Un profesor que acusa a otro profesor será juzgado por los niños con la cruel dureza del remoquete. acusete, cara e cuete. Qué autoridad moral podrá trascender?
Además, este método de acusaciones, facilitará extraordinariamente la satisfacción de las enemistades personales y las rivalidades políticas y alentará esas impunes y malévolas hablillas que parecen ser el flajelo más pernicioso que padece nuestro país. Rumores y chismes resultan así alentados, olvidando la sabiduría de dos proverbios de Salomón: las palabras del chismoso parecen blandas, mas ellas entran hasta lo secreto del vientre y Sin leña se apaga el fuego, y donde no hay chismosos cesa la contienda.
Pueda ser que el Decreto tuviese buena intención. Pero su procedimiento apresurado descuida los aspectos morales del problema.
Aparentemente, además, no ha considerado el famoso Credo de 135 profesores de la Facultad de Educación, de Columbia University, publicado poco antes de la guerra: Entre los importantes bienes de que estamos orgullosos, y que podemos emplear en defensa de la democracia, figuran los siguientes: Un amplio respeto por la personalidad humana y el reconocimiento del derecho de cada individuo a vivir su propia vida hasta donde no sea un obstáculo para el bienestar y la felicidad de los demás; una común convicción de que es deber, al par que privilegio, que cada individuo participe en las decisiones que conciernen al interés general y afectan el bien de todos; una larga experiencia en el gobierno propio, en el que cada adulto puede participar en la medida que requieran sus intereses y capacidades; y el estar libres de miedo de persecución de parte de quienes ocupan el poder.
Manuel SEOANE.
Almacén de Abarrotes al por mayor San José Costa Rica El Historicismo o la Metafísica (En el Rep. Amer. II Ningún autor serio discute ahora la fuerza gnoseológica del historicismo. Con Dilthey, esa objetivación del reino de la vida, que es la historia, no sólo se ha elevado al plano de una verdadera teoría del conocimiento; contribuye, además, a elaborar su famosa teoría del saber. Este problema nuclear en toda la unidad maravillosa de las ciencias del espíritu, establecida por quien, según la autorizada opinión de Ortega y Gasset, es el más importante filósofo de la segunda mitad del siglo XIX.
Sólo claman contra la conciencia histórica los modernos bárbaros de la cultura, que se benefician al desgarrar la unidad de la vida, o cuantos pretenden marchitar la espontancıdad creadora del espíritu, en los estrechos moldes de las leyes del mundo de los fenómenos. Vano intento, sin duda! Así como nadie puede rebasar la vida, tampoco impunemente puedese atentar contra ella. La vida, que es razón, y sentimiento, y voluntad; la vida, que es concepto, y valor, y fin, sigue su marcha victoriosa en medio de la selva que forman con sus prejuicios quienes la niegan, o entre la maraña de sofismas de aquellos que la desconocen. Pero sigue rumbos que conducen a metas creadoras. Díganlo, si no, los productos objetivados del espíritu, sistemas de cultura, o los nexos de organización, sistemas de fines.
Qué duro pago han recibido siempre cuantos pretenden ignorar el proceso histórico, que es por su esencia misma, un desarrollo. Formas de vida las hay diferentes individualidades auténticas o tímidas, agregados raciales, tipos ideales como el homo rationalis de Max Weber, o agregados vitales como las culturas que estudia el otro Weber, de todo ello ofrécese en el dilatado campo de la historia, en donde el hombre puede encontrarse a sí mismo. Por ello, una de las urgencias de la época de confusión a que asistimos, es oponer a la razón teórica de Kant, la razón histórica de Dilthey. Porque la historia es la verdadera antropología del hombre.
Alejandro AGUILAR MACHADO.
San José, Costa Rica, octubre de 1948.
rismo, más fuerte y peligroso en Panamá que en cualquier otro país de Hispanoamérica, a no ser la isla de Puerto Rico. Los amantes de la cultura seamos quienes fuéremos debemos mirar con simpatía y seguir con hondo interés el desarrollo de ese movimiento en defensa de lo panameño, porque si un país olvida o malogra lo que tiene de inconfundible, de profunda y medularmente suyo, el patrimonio espiritual de la humanidad entera sufre una pérdida irremediable.
La lectura del libro de la profesora Agui lera ne ha sugerido algunos comentarios que tal vez ella desee tener en cuenta al preparar la segunda edición de la cual nos habla en la página 337. Son pormenores notas al margen que aquí transcribo no con ánimo de censurar sino como prueba de lo estimulante que me resultó su trabajo.
La profesora Aguilera da como de proba ble procedencia vasca la voz garúa. Puede que de allí proceda, pero convendría tener presente la historia de este vocablo trazada por el filólogo español Juan Corominas, según la cual parece demostrado que garúa se deriva del portugués caruja (neblina. en el Brasil dicen garoa.
La expresión qué vaina se me antoja costarriqueñismo. Por lo menos se usa con más frecuencia en Costa Rica, hasta donde he podido averiguar.
No es cierto que la voz enagua venga del mejicano naguas; será, más bien, de origen taino. No creo tampoco que el uso del verbo af anar en el canto popular citado por la profesora Aguilera tenga carácter panameño. Todos los diccionarios lo dan como verbo activo.
Agarrar (asir. aguaitar (mirar. aguantar (soportar. dizque (se dice que. chiflado (loco. tener cuñas (tener influencias. retobado (salvaje. son, entre muchos otros términos registrados por la profesora Aguilera, de uso tan general en América, que sólo un exceso de patriotismo explica que los haya recogido como típicos del vernáculo panameño. En Panamá las cosas no se cogen en el aire sino que se apañan. dónde no? Hasta el pequeño diccionario bilingüe de Arturo Cuyás único que tenga a la vista trae coger, asir, como equivalencias del verbo apañar; en portugués, además, todo se apanha. sea la bolsa o tranvía.
La variante de yapa, mapa, no es fenómeno exclusivo de Panamá sino muy antiguo y generalizado en América, como demuestra el hecho de haberse introducido este quechuísmo en el inglés de los Estados Unidos a través del francés de Louisiana en la forma lagnappe (adehala. El castellano en Panamá Por Daniel WOGAN Tulane University (En el Rep. Amer. Entre los libros que me llevé de Panamá, graves obstáculos para la plena comprensión tras un grato instante de acercamiento al no de su literatura en el extranjero.
ble e inquieto espíritu panameño, figura El libro de la profesora Aguilera, si no El Panameño visto a través de su lenguaje me equivoco mucho, viene a ser otra manifes(1947. valioso trabajo de la profesora Lui tación del gran esfuerzo intelectual que están sita Aguilera Patiño sobre las peculiaridades haciendo los panameños hoy en día para ir del castellano hablado en el istmo. No cabe al encuentro de lo suyo. Representa, en la esduda que esta obra está destinada a despertar fera de la semántica, el mismo anhelo de desvivamente el interés de los americanistas, pues tacar y analizar los elementos y valores funel papel de Panamá importantísimo por ra damentales de la civilización istmeña que hazones históricas y geográficas en la evolu llamos en los eruditos tratados de Juan Anción de la lengua española en América, ha si tonio Susto y Rodrigo Miró, o bien, dentro do hasta ahora muy poco estudiado. Es Pa de lo puramente literario, las obras de casi namá, por ejemplo, el único país hispano todos los jóvenes que hoy son una alta proamericano que todavía no ha dado a conocer mesa para el porvenir de las letras en Panamá.
su intimidad lingüística por medio de un dic En el fondo ese anhelo de auto identificacionario de términos regionales, lo que crea ción significa una reacción contra el extranje Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica