338 REPERTORIO AMERICANO El traje hace al caballero y lo caracteriza la SASTRERIA del trabajador un religioso respeto para los primeros y manifiesto desdén para los connacionales, sin importar que eventualmente sean jefes.
La diferencia de las zonas de habitación de los braceros y la de los empleados americanos es profunda. Aquellas son verdaderos ghettos a donde se les recluye: Las alambradas que los separan, los puentes que los unen, la policia nocturna que impide el paso, son otras tantas barreras impermeables entre las clases.
En esta ingrata labor de mostrar la superioridad del extranjero es eficaz la connivencia de las autoridades. Con el truco de llamar población civil a las barriadas de los hijos del país, se llega a concluir que es un conjunto de gente sometida a la autoridad militar bacontrolar los monopolios: Las mismas naciones imperialistas lo hacen; y con mayor razón debería hacerse entre nosotros donde ese capital es manejado por individuos ajenos a nuestro bienestar. Pero en Honduras ese freno ha sido imposible en los últimos años porque en el régimen cariísta, el auricular del presidente es el defensor de esos intereses.
Un gobierno libre de Honduras y el Monopolio bananero no son términos de rivali.
dad: Cada uno tiene su órbita propia. El pri mero es el órgano de la función soberana; el otro representa una industria dentro del mar.
co legal. Cualquiera actitud de otros extremos subvierte el orden; y no se iría adelante con la candidatura de su abogado licenciado Gálvez, si en la Compañía hubiera hombres de reflexión.
Héctor MEDINA PLANAS. LA COLOMBIANA de FRANCISCO GOMEZ e HIJO le hace el traje en pagos semanales o mensuales o al contado. Acaba de recibir un surtido de casimires en todos los colores, y cuenta con operarios competentes para la confección de sus trajes.
Especialidad en trajes de etiqueta nanera.
El Estado tiene derecho y obligación de Vs.
Tel. 3283 30 Sur Chelles Paseo de los Estudiantes El canto subió temblando y en sus brazos me estreché.
Juntos los dos miramos el jardín escuchando la suave canción.
RINCÓN DE LOS NIÑOS POEMAS de Fresia BRENES HILAROV Envío de la autora, en Evanston, Chicago. Son parte de un librito inédito: Sinfonia Lírica. OH! AMOR DE MARTES para tus ojos bellísimos y negros, tus dos alas de cuervo, Fué a la orilla del mar, tus dos sueños de hada, la area y la espuma princesa garza morena.
y de las olas la sinfonía perdida en el secreto de nuestro amar. Qué tontos son los hombres, no roban tus lunares!
Martes en aquella playa ¿Sabes por qué, prima serena, sabes, bellísima de ojos de reina?
en la que primeramente Esos ojos son apenas la mirada entre tus brazos me tuviste!
del intelecto estupendo de tu mente, Fué en la montaña recondita y callada de la profundidad exquisita de tu alma.
en noche azul de estrellas, martes en la noche. recuerdas?
DOS PLANTAS DE MAIZ cuando pusiste tus labios en los míos.
Para mamá.
Martes de entre todos los días bellísimo.
Otros amantes conjuran otros días, Esta luz que brilla en mayo guardan en su secreto amor otra hora, en esta tietta donde en mayo otro sitio, otro día florece la primavera, martes para ti y martes para mí.
Martes bello nombre de bello día.
esta luz la de mi jardinasí translucente, suave verde, Fué martes en aquel jardín verdos) y jubilante verde dorado amarilloso, verde clarísimo del césped, don respiraba el joven pino ardiente y plumoso verde bellísimo los limoneros verde nuestro pino plumoso, martes de entre todos los días cuando a mí con tu amor llegaste.
y verdes las hojas esbeltas Martes aquella virgen mañana de las dos plantas de maiz en que a ti vine sencilla sin importarme que cantan y susurran en las noches claras de luna, el criterio de los hombres ni el pensamiento sórdido del mundo.
en las tardes calientes y calladas, Martes en la mañana fresca de un bello día en los anocheceres tristes de lluvia.
Ahí en medio de las rosas, en que ligeras mis plantas a ti corrían. Oh! Amor de Martes eterno en otros siglos.
a sus pies los geranios, Amor de Martes en plena primavera pajarillos sorprendidos las miran.
Plantas de maiz en un jardin de poeta este último martes de todos los días cuando te entregué todo lo que a mí pertenecía.
que ahi quiso él crecieran, son clarin al viento, plantas graciosas ELSA RO A y altas, en el jardin extrañas.
Los abismos se pierden en tus ojosMaiz. Simiente prehistórica, sembrado y no me importa cuántas veces no por cosecha de grano dorado, ojos de mujeres se hayan alabado; no por sustento del cuerpo, cuántos poetas, cuántos cantores por canción de el alma encendidos por sus amores, Sembradas por su canción al viento hubiesen dicho de todas, no hay constante charla queda contento!
otra mujer con ojos como estos ojosA ratos, susurros y secretos, porque todos se engañan.
luego silbidos, risas, cantosNo te vieron garza morena.
a veces majestuoso silencio Parece que el perfil de cada línea cuando altas e indiferentes contemplan fuese nada más que marco para ellos.
el cielo, se extienden hacia el sol; Tan profundamente bellos!
a toda hora para el poeta belleza viviente Esa sonrisa encantadora manjar para su alma!
de niña ingenua y de seria señora, Al verlas le dije: Maiz en el jardín?
esa fugaz sonrisa que te caracteriza ¿Entre las rosas. De raíces las arrancaré!
no es más que juego Se sonrió. Cierra los ojos y escucha.
EL VENADO QUE SE REBELO (Traducción y envío de Eric Tovar, en Los Angeles, California. Mayo de 1948)
Por varios años hemos tenido una cabeZa de venado con astas, clavada en la pared de nuestro hall.
Una tarde, recientemente, estaba yo sentada contemplándola y admirando su gracia y belleza, cuando de súbito se abrió la pared a la manera de una puerta en la dirección en donde ella estaba y entró hacia el interior del salón un venado gigantesco, tanto que se vió obligado a inclinar la cabeza para evitar que sus astas tocaran el cielo raso de la sala.
Se me acercó serenamente y me dijo. Por qué me ha tenido usted clavado en la pared todos estos años? Yo repliqué inmediatamente y emocionada: Yo no clavé su cabeza en la pazed; lo hizo otra persona, y además, nosotros creíamos que usted estaba muerto. Muerto? casi rugió el venado, y dijo además: La he estado contemplando y he seguido todos sus movimientos.
Yo repliqué otra vez: Siempre creí que sus ojos eran de vidrio.
El venado dijo. Sabe usted que los ojos de vidrio tengan expresión y puedan ver?
Yo respondi de nuevo: Nunca noté expresión alguna en sus ojos de vidrio; siempre me pareció su cabeza inmóvil e inexpresiva. Inmóvil e inexpresiva! dijo casi irónicamente y agregó: Bien, estoy cansado de esto y voy a buscar el rebaño del cual me separaron.
Yo dije friamente. Tendrá usted un viaje muy largo!
El venado contestó: Por supuesto que tendré un viaje muy largo. Pero. podría darme usted algo de beber y de comer antes de partir?
Fuí a la cocina y llené un cubo con agua y se lo traje. Lo bebió ansiosamente y dijo. Cielos. qué sed tenía! Clavado en esa pared seca y vieja por tantos años. Luego agregó. Ahora. algo que comer. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica