336 REPERTORIO AMERICANO DISCIPLINA BANCO ANGLO COSTARRICENSE AHORRAR justiciera y la beligerante inconformidad son ba y dijom. Poned amigo esa carta sobre el aliento vivificador de su destino.
aquel costal, que no la puedo leer hasta que De lo imaginativo en el Quijote, no es acabe de acr bar todo lo que aquí está.
AHORRAR preciso insistir. Toda la obra es un prodigio ¡Discita señora. dijo Don Quijote; de ingeniosa imaginación. Sus aventuras rea eso debió de ser por leerla despacio y recreares condición sine qua non de una les o realistas opacan, en cuanto a imagina se con ella: adelante, Sancho; y en tanto que vida disciplinada ción se refiere, a las más fantásticas e irrea estaba en su menester. qué coloquios pasó les peripecias inventadas por los autores de contigo. qué te preguntó de mí? y tú ¿qué libros de caballería o de cualquier otro géne le respondiste? acaba, cuéntamelo todo, no te ro de ficción. Por no citar sino un destello de quede en el tintero una mínima. Bendigo y es la más firme base del buen éxito esa portentosa imaginación de Cervantes, trae bendeciré todos los días de mi vida por haberré a cuento un párrafo del extraordinario dis me hecho digno de merecer amar tan alta seLA SECCION DE AHORROS curso que dirigió a Sancho para persuadirlo ñora como Dulcinea del Toboso.
del de que eran combatientes no carneros quie. Tan alta es, respondió Sancho, que a nes en la llanura levantaban espesa polvare buena fé que me lleva a mi más de un coto.
da. Pues como, Sancho! dijo Don Quijo Aquel caballero que allí ves de las ar te. haste medido tú con ella?
mas jaldes, que trae en el escudo un león co. Medíme de esta manera, le respondió ronado, rendido a los pies de una doncella, Sancho, que, llegando a ayudar a poner un es el valeroso Laucalco, señor de la Puente costal de trigo sobre su jumento, llegamos tan de Plata: el otro de las armas de las flores juntos que eché de ver que me llevaba más de (el más antiguo del país)
de oro, que trae en el escudo tres coronas de un gran palmo.
está a la orden para que usted plata en campo azul, es el temido Micocolem. Pues es verdad, replicó Don Quijote, realice este sano propósito bo, gran duque de Quirocia; el otro de los qu! no acompaña esa grandeza y la adorna miembros giganteos, que está a su derecha ma con mil millones de gracias del alma! Pero no no. es el nunca medroso Brandabarbarán de me negarás, Sancho, una cosa: cuando llegaste Boliche, señor de las tres Arabias, que viene junto a ella. no sentiste un olor sabeo, una armado de aquel cuero de serpiente y tiene fragancia aromática, y un no sé qué de buepor escudo una puerta, que, según es fama, no que yo no acierto a dalle nombre, digo grande y luminosa, un ejemplar espíritu de es una de las del templo que derribó Sansón, un tuho o tufo, como si estuvieran en la temple excepcional. como tal, dotado escuando con su muerte se vengo de sus enemi tienda de algún curioso guantero.
pléndidamente de los atributos humanos que gos. Pero vuelve los ojos a estotra parte, y Lo que sé decir, dijo Sancho, es que sen se requieren para realizar obra humorística, verás delante y en la frente de estotro ejérci tí un olorcillo algo hombruno y debía de ser en el sentido cósmico que al humorismo le heto al siempre vencedor y jamás vencido Ti que ella, con el mucho ejercicio, estaba suda mos atribuído.
monel de Carcajona, príncipe de la Nueva Viz da y algo correosa.
caya, que viene armado con las armas parti. No sería eso, respondió Don Quijote, COMBATE CON UN GIGANTE das a cuarteles, azules, verdes, blancas y ama sino que tú debías de estar romadizado, o te rillas, y trae en el escudo un gato de oro en debiste de oler a ti mismo; porque yo se Con tales conceptos, paciente y distinguicampo leonado con una letra que dice Miau. bien a lo que huele aquella rosa entre espinas, do auditorio, había pensado dar fin a estas que es el principio del nombre de su dama, aquel lirio del campo, aquel ámbar desleído. palabras sobre el humorismo del Quijote. Mas que, según se dice, es la sin par Miulina, hija Todo puede ser, respondió Sancho: que luego recordé haber afirmado al principio que del duque Alfeniquén del Algarbe.
muchas veces sale de mí aquel olor que entonesta charla contiene más de aventura que de Del realismo en el Quijote, no se diga. ces me pareció que salía de su merced de la se charla y sé muy bien que, según las normas Fruto del realismo son, no solamente Sancho ñora Dulcinea; pero no hay de qué maravillar de nuestro señor Don Quijote, no debe acoy Dulcinea, sino todos los personajes que ro se, que un diablo parece a otro.
meterse aventura sin pelear con alguien. Pedean al iluminado incorruptible y bueno, in En cuanto a la humanidad, que es la quinlearé, pues, antes de concluír y buscaré para clusive los Duques, que mal rayo los parta. ta propiedad que hemos aputado, el Quijote ello, no a un contendor de fuerzas parejas a Sublime contraposición de imaginación y rea está tan plenamente impregnado de ella que las mías, sino a un gigante que me aventaje lismo. vale decir: de humorismo, son las sa sería preciso leer ante ustedes la obra comdesmesuradamente, como es de estilo en las brosas charlas que mantenían el hidalgo y su pleta para ofrecer la idea cabal de su conteni camorras de los caballeros andantes.
escudero cuantas veces descansaba el brazo del do humano y humanístico. En vez de hacerlo, Es así como he elegido de adversario, por caballero del fragor de las batallas. Copiaré me limitaré a recordar que la contextura espimi cuenta y riesgo, al ilustre historiador, crífragmentos de una de ellas, la que se produjo ritual de Don Miguel de Cervantes era tal tico y filósofo francés Hipólito Taine. muerto cuando Sancho Panza regresó a Sierra More compendio de lealtad, de bondad, de generoa fines del pasado siglo. Admiro sincera y na tras haber partido hacia el Toboso por sidad y de valentía, que debemos ver en el lihondamente al señor Taine por su filosofía potando una carta que el enamorado y peniten bro del Quijote un reflejo directo de su silue sitivista y por su investigación científica de te caballero enviaba a su sin par Dulcinea: ta anímica. Quien conoció una niñez y una la historia. Pero es el caso que Taine, en su. Todo eso no me descontenta; prosi adolescencia de estrecheces y pobrezas; quien estupenda y documentada historia de la Ligue adelante, dijo Don Quijote. Llegaste y quedó manco en plena juventud; quien per teratura Inglesa, edifica una teoría acerca ¿qué hacía aquella reina de la hermosura? maneció cinco años cautivo del moro Dalí Ma del humorismo que es abiertamente opuesbuen seguro que la hallaste ensartando perlas, mí; quien intentó fugarse varias veces de su a cuanto yo he venido sosteniendo esta o bordando alguna empresa con oro de cañu galera de esclavos y otras tantas fué descubier noche. Taine afirma, al analizar la obra tillo, para este su cautivo caballero.
to, encadenado y sepultado en oscura maz de Thackeray, que la sátira humorística per No la hallé, respondió Sancho, sino morra; quien siempre echó sobre sus propios judica el arte, amengua el interés del relato zechando dos hanegas de trigo en un corral hombros toda la responsabilidad de esas fu y falsea los personajes. en otro capítulo de su casa.
gas, a riesgo de su vida, para salvar a sus com mantiene, al analizar la obra de Carlyle, que Pues haz cuenta, dijo don Quijote, que plices; quien regresó a España a mal vivir de el humorismo es género de talento que sólo los granos de aquel trigo eran perlas tocados la literatura, en forma tan precaria que se vió puede agradar a alemanes e ingleses, por ser de sus manos, y si miraste, amigo, el trigo forzado a abandonarla por largo tiempo; quien demasiado áspero y demasiado amargo. Es pojera candeal o trechel?
tuvo que recurrir al oficio de comisario del sible que no ande descaminado Taine en los No era sino rubión, respondió Sancho. reino, comprando víveres en las provincias y casos particulares de las sátiras de Thackeray Pues yo te aseguro, dijo don Quijote, llevando unas cuentas que nunca supo llevar; y del humorismo de Carlyle, pero no lograque, aechado por sus manos, hizo pan can quien fué a parar a la cárcel por culpa de esas mos explicarnos el motivo que lo llevó a gedeal, sin duda alguna. Pero pasa adelante: enrevesadas cuentas y porque la envidia y la neralizar, atribuyendo las fastidiosas digrecuando le diste mi carta įbesóla. púsosela maldad se cebaron en él; quien soportó sobre siones de Thackeray y la grunona aspereza sobre la cabrza. hizo alguna ceremonia dig sus espaldas toda esa vida dolorosa e injusta y, de Carlyle, no a sus propias deficiencias, sina de tal carta, o ¿qué hizo?
al final de ella, con mucho más de sesenta no al género humorístico que emplearon. Si Cuan. o yo se la iba a dar, respondió años a cuestas, fué capaz de concebir y es Thackeray se aleja de la trama y amengua el Sancho, ella estaba en la fuga del meneo de cribir la regocijada y deliciosa Segunda Parte interés del relato, para pronunciar sermones de una buena parte del trigo que tenía en la cri del Quijote, ese tuvo que poseer una alma sátiras moralistas, la culpa es de Thackeray ta Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica