REPERTORIO AMERICANO 61 PÁGINA LÍRICA MARCO TULIO ZELEDON de GRIS.
Abogado (En el Rep. Amer. Atención de la autora, en Ada, Oklahoma, junio de 1948. ES AS Así: Esperando que bajen desde su olímpica altura aquellas águilas fuertes, y me eleven y me lleven a sepultarme en lo azul.
Atiende la representación de casas extranjeras, la inscripción de marcas de fábrica, y toda clase de asuntos de su profesión.
Dirección Postal: Apartado 1403 San José. Costa Rica Sierras de Córdoba, Argentina, 1945.
Es así la Muerte como esta nevada: sobre cada vida va muy lentamente fabricando a diario la losa o sudario, cual esta nevada que ha ocultado pronto lo que ha poco era techumbres y tierra, árboles ya secos, incluso los pinos que aún retenían odo su verdor.
HECHIZO Hilda Crespi de Mac Donna, afectuosamente.
STECHERT HAFNER, Inc.
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conseguir una suscrición al Repertorio Americano La noche frente a mí: Profundo, combo abismo.
Las sombras vagan tenues, vacilan, van y vienen.
Algo en nuestras vidas va quedando yerto en el transmutar de cada momento.
rra y volar como esas aves marinas, el homLre no podrá jamás alcanzar alturas.
Los cerros de Escazú más cerca se presienten.
Como si se se apretaran aquí en mi derredor.
El viento ensaya los más caprichosos malabarismos con las nubes para distraer a las inquietas olas.
Quizás es por eso que así nos fascina desde la ventana ver la nieve blanca con su paso leve camina y camina.
En el jardín las matas simulan los espíritus ¿Quién puede leer el mensaje del pañuelo blanco, todo encajes, que se pasan las olas de una a otra?
En aguas de Brasil, febrero marzo, 1946.
Ada, Oklahoma, 1948.
que arrebujados quieren contar leyendas viejas 3:00 de brujas y de gnomos que en estas vecindades El sueño perdió la ruta y se ha ido a trasnochar.
tenían sus aquelarres en un lejano ayer.
Mientras tanto yo lo espero con ojos de par en par.
Estoy frente a la noche: profunda, ancha y honda Las sombras están inquietas pues no tienen qué velar.
como el Destino incierto que por doquier me ronda.
Entra la luna curiosa a inquirir qué pasará: San Rafael, Escazú, Costa Rica, 1947. Son las tres de la mañana, y el sueño. dónde andará?
MARINAS Vinieron a entretenerme ovejitas por millar.
Como una hostia de oro, el sol desapareció en las fauces enormes del océano.
Una por una se fueron y el sueño no quiso entrar.
DE PASO (CONSIDERACIONES)
Volvemos a leer la Psicología pedagógica de James, edición de Jorro. Madrid. 1924. Tántas saludables advertencias para los maestros en este libro.
Saquemos algunos de los párrafos señalados para la reflexión: La acción puramente impulsiva, o la que se deja llevar a desusados extremos, sin meditar en las consecuencias, es indudablemente la más pronta y la que se da más corrientemente en el mundo, la de tipo inferior.
Cualquiera puede parecer enérgico cuando no pone cuidado en obrar. Para déspota oriental no se requiere gran capacidad; mienCras viva, todo le va bien, porque su capricho es la ley; mas, cuando el mundo no puede soportar su despotismo, será asesinado. El no ser inmediatamente extremoso, por saber vencerse mediante el despliegue de las oportunas inhibiciones, es singularmente raro y difícil. Cuando se le incitaba a Cavour en 1859 a que publicase la ley marcial, resistiose diciendo: De tal modo cualquiera puede gobernar. Nuestros gobernantes parlamentarios, los Lincoln y los Gladstone, son los tipos de hombre más enérgicos porque alcanzan sus resultados en las más difíciles e intrincadas circunstancias. Pensamos en Napoleón como un colosal monstruo de capacidad volitiva, como ciertamente lo fué. Mas, desde el punto de vista de la trama (machinery) psicológica, difícil sería decir a quién corresponde, si a él o Gladstone, la primacía de la intensidad volitiGrácil y rápida se desliza la blanca nave como una mariposa que acabara de dejar el oscuro capullo de su camouflage.
Como un Pegaso cansado, por el silencio del cuarto El viento se mantiene ocupado en despeinar la permanente de las aguas.
va como a tientas, sonámbulo, marcando el paso el reloj.
Costa Rica, 1946. La ropa interior de los marineros tendida mástil arriba, se esfuerza en hacer señales a tierra.
MUERTE EN LA SIERRA Al entrar por la noche en la bahía, avanZa de puntillas la nave para no despertar al puerto.
Aquí. Sobre esta cima de mármol.
Por mortaja el cielo azul, y el leve tul de la brisa.
Ni el menor rumor que el mundo evoque en éxtasis tal.
Cual cisnes marinos, los barcos veleros ahuecan sus alas.
Mientras no logre desprenderse de la tie Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica