REPERTORIO AMERICANO CUADERNOS DE CULTURA HISPANICA Tomo XLIV San José, Costa Rica 1948 Miércoles 10 de Noviembre No. 13 Año XXIX No. 1064 Una sola debe ser la Patria de los americanos Es un discurso de Rómulo GALLEGOS. En el Rep. Amer. BAXENE)
Rómulo Gallegos Pronunciado en el acto de inau danos de este país; pero sucede que muchas guración de la estatua de Bolivar, en veces los hombres no podemos asegurar que la población de Bolivar, Missouri, hayan sido total y exclusivamente nuestras Estados Unidos de América, el de las ocurrencias que nos hubiesen pasado por julio de 1948.
la mente y yo no subordino realidad a capri1 cho insustancial si prefiero situarme en el plaHe aquí un hombre mediante el cual se no ideal donde se mueven los sentidos proha extendido sobre la tierra una multiplica fundos de la vida, para atribuirle uno especión de pueblos.
cial a ese multiplicado regreso de un patroDe los que creó con el esfuerzo de su bra nímico al origen gentilicio.
zo ya la historia nos ha dicho cuanto fuere así me agrada pensar que esta estatua menester; pero yo he querido atribuirle sigque acabamos de descubrir no es sólo una nificación trascendente a la circunstancia de composición artística destinada al mayor adorque su nombre, que en el origen fué de pueno de un paraje hermoso, ni tampoco solablo, a pueblos se los haya devuelto aquí y mente una demostración monumental de bueallá. No habrá sido porque este hombre fué na amistad entre dos naciones: ésta, grande una personificación de voluntad colectiva, de y admirable, que aquí le brinda una porción esencia de pueblo. Quién le puso su nombre de su suelo al asiento del mármol y el bronce a este de Missouri, y por qué son varios los del homenaje y aquélla mía que tuvo la forque del mismo modo se denominan en esta tuna gloriosa de que en el suyo naciese Sigran nación americana, que pasa por quitada món Bolívar. Aquí en sustancia de perennide romanticismos y sólo amante de lo suyo dad su figura procera, en medio a pueblo de propio? Los curiosos y acostumbrados a detesu nombre, es el encuentro consigo mismo de ner sus averiguaciones en el documento posiun hombre pueblo.
tivo y fidedigno podrán responder a esa inPero viene al caso, que en seguida debo terrogación con nombres propios de ciudaaprovechar, pedirles a los maestros de escuela de esta tierra de magistrales disciplinas, que no le hablen a sus discípulos del Bolívar de las batallas famosas, como no sea para enseñarles, con ánimo educativo del propio amor, que en un mismo año fueron, allá la de Carabobo, decisiva de la libertad de mi Patria y aquí la constitución de Missouri en Estado de la Unión. Que no se lo ponderen sino como ejemplo de constancia sin pausas en el propósito libertador que se había impuesto; como caso extraordinario de hombre tan poseído de fe en su ideal y de confianza en sí mismo, que, cuando en Pativilca abrumadora la impresión del paraje, maltrecho él de salud y de tropas, siendo numerosas y aguerridas las del enemigo a cuyo encuentro marchaba COmo al vérsele taciturno se le preguntase. Qué piensa el Libertador?
Todo aquello aconsejando retirada, la respuesta fué. Vencer.
Pero que no les perviertan y les estraguen el gusto, que sólo en aplicaciones a formas serenas de paz debe complacérseles, describiéndoles a este Grande Hombre de América sólo como un General intrépido, ganador de batallas difíciles, porque ellas no fueron propiamente el fin perseguido por los titánicos esfuerzos que le consumieron temprano la vida, sino el camino dramático a lo largo del cual, por entre campos de sangre, tenía que llegar a la realización de su ideal libertador y creador. para que ninguna duda les quede a los niños de esta comarca Bolivar, Padre americano.
de que no hemos erigido aquí esta estatua pa(Según Tenerani) ra complacencias de admiración de genio guerrero uno más entre los muchos que han figurado en la trágica historia del mundo he aquí las palabras con que el Libertador de mi Patria, en el Mensaje al Congreso de Cúcuta, se definió a sí mismo ante la Historia, con hermosura y valentía. Yo soy el hijo de la guerra, el hombre que los combates han elevado a la magistratura; la fortuna me ha sostenido en este rango y la victoria lo ha confirmado. La espada que ha gobernado a Colombia no es la balanza de Astrea, es un azote del genio del mal que algunas veces el cielo deja caer a la tierra para el castigo de los tiranos y el escarmiento de los pueblos. Un hombre como yo es un ciudadano peligroso en un gobierno popular, es una amenaza inmediata a la soberanía nacional. Yo quiero ser un ciudadano para ser libre y para que todos lo sean.
Estas palabras, insólitas en boca o de mano de un guerrero victorioso, son sin duda alguna las mejores con que yo pueda recomendar a la admiración de las generaciones que se estén levantando sobre el suelo de América, la óptima calidad humana del Padre de mi Patria. No se detengan mucho los ojos que hayan de contemplar este bronce conmemorativo en la espada que le arma la diestra, sino en el símbolo de leyes prudentes que la otra mano sostiene y en el reposo del manto que lo sobreviste de serenidad, y conduzcase el alma necesitada de enseñanza conveniente a felicidad de pueblos a la meditación del singular contenido de excelencia humana que encierran las palabras de mi Libertador que acabo de citar, para que se advierta como no abundan en la historia Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica