REPERTORIO AMERICANO 237 PBHIXENCI DOS COMENTARIOS de Carmen Vilchis Baz (En Rep. Amer. Las peonas Bajo el uniforme de una sonrisa amarga Mujeres. que ya no lo son; miradas que las peonas levantaron sus manos, encallecidas cambiaron su ternura por la angustia; manos y ásperas, hasta los cielos buscando a los dio endurecidas por las faenas diarias, ásperas, grueses. y sus lamentos se perdieron a través de sas, fuertes, que desconocen el roce leve y relos tiempos.
finado de una caricia; labios marchitos que El trabajo material, ese trabajo cotidiano, nunca dejaron escapar sus quejas porque havulgar, sin arte y sin límite, ha sido siempre bían olvidado la expresión humana del dolor suyo. la sombra de aquellos que figuraron y que sólo acertaron a gemir quedamente, coentre las multitudes, que fueron y que mo bestias acorraladas en la sombra. son. genios, poetas, científicos, artistas, co Esas criaturas son las peonas, entidades biomerciantes o políticos, siempre hubo una peo lógicas cuyos caracteres distintivos de raciona que pagó con su vida la gloria y el triun nalidad se fueron borrando gradualmente, hasfo que les encumbraba.
ta perderse en la niebla, los años.
Peonas de todas las clases sociales, de to El valor humano de los genios, con un das las edades, de todas las épocas. mujeres criterio de materialidad absoluta, debe aquilasacrificadas en aras de otras vidas, miembros tarse como el de los diamantes, y como en ésde un hogar sin honores de señoras de casa: tos, considerar el esfuerzo humano que antemadres, tías, o arrimadas en calidad de pa cede a su posesión. Esfuerzo de bestias, de farientes pobres que se ocuparon siempre de tiga física, desgaste de materia. y almas que faenas sin retribución.
no se encontraron a sí mismas, ni saben que Mujeres. esposas enérgicas que dieron va algo sublime anima sus carnes cansadas.
lor público a hombres insignificantes.
Los hombres valen en la tierra porque Mujeres. esposas sin nombre, sombras otros hombres les han dado ese valor. pero arrastradas por un amor que lo exigía todo: también porque hay mujeres peonas que han vida, honra, esfuerzo, dinero, para sostener dado su vida para que la de ellos fuese frucen condiciones difíciles a hombres fracasados tífera. Genios fueron siempre los que despreo pobres estudiantes.
ciaron la realidad en que vivían, visionarios, Mujeres. solteronas que se volvieron eco seres dotados de gran poder de abstracción de vidas ajenas y se engañaron a sí mismas material, para adentrarse en un mundo de fancon los afectos y las ilusiones de otros. tasía o de investigación.
Mujeres. sin infancia, sin amor, esclavi. Cómo podría crear quien agota su cuerzadas desde los primeros años a parientes o po en faenas largas, cotidianas, inacabables. protectores. Qué otra cosa sino dolor puede brotar de Mujeres. ancianas que penosamente so la boca de los infelices. Quién puede bendebrellevan los últimos años de su vida, y que cir la vida que pesa a la espalda como una dejan para los suyos cuanto les queda de ener carga abrumadora. Qué saben de belleza gia.
de un amanecer aquellos que lo esperan con Esas son las peonas. las sombras. Las las carnes llenas de sudor. Qué desean inartesanas sin ostentación, sin éxitos. seres que vestigar de la tierra quienes viven cubiertos sin ser dan vida a otros; sin crear, hacen ar de ella, adaptándose miméticamente en obvio tistas; sin amar quitan la amargura de la vida de dificultades. a sus semejantes, para que puedan creer y Bien. y las peonas. Quién puede llasoñar.
marlas mujeres?
Las peonas.
sin belleza, sin edad, sin ¿Quién desea entablar conversación con atractivos femeninos, sin exigencias personales, ellas si de nada interesante saben hablar? Se son seres que trabajan hasta sentir esa fatiga pasan la vida recosiendo la ropa, llevando el de muerte, de claudicación, de renuncia, de so gasto y regateando para ahorrar el dinero ledad, para dejar que otros con su esfuerzo que los demás tiran en fruslerías.
brillen; seres humanos que perdieron su con Peonas hay en las casas ricas, en las casas dición de tales para convertirse en máquinas pobres, en las ciudades, en los campos. Son de trabajo.
factores siempre: apoyos ignorados; valores Carmen Vilchis Baz inapreciables. mujeres sin éxito, sin amor, sin compañía, y aparentemente sin corazón.
Los pintores se han acercado a ellas en busca de motivos para sus obras de arte; los escritores las toman para sus novelas; los poetas cantan sus faenas con palabras dulces. pero ninguna ley las protege, ningún servicio social las ampara directamente; no hay un gran hombre ni una gran mujer que reconozcan su valiosa ayuda y compartan con ellas su gloria.
Pertenecen a esa clase de incapaces que avergüenzan a los hombres, por ser elementos impreparados; por constituírse en lastre de los pueblos; por ser elementos retrógrados; por su peculiar y característica identificación con los irracionales dadas sus escasas facultades de discernimiento y deducción dentro de consideraciones precisas de civilización y cultura.
Las peonas. siempre quedarán al margen del progreso femenino, en tanto hombres y mujeres precisan sus servicios denigrantes para el desarrollo de lo que enfáticamente se llama superación humana. Hay alguna vida que merezca pagar sus éxitos con otra. Hay algún hombre dentro de la más simple apreciación humana que pueda jactarse de ello. Quién. Quién puede decir Yo valgo más. Por qué se pide, más bien se roba a esas mujeres peonas su propia vida. Qué leyes humanas. o divinas. autorizan a una explotación tan indigna. Que. la fatiga física sólo lastima las carnes de los civilizados. Acaso los animales, los verdaderos animales no sienten el cansancio? dentro de la materialidad absoluta ¿las maquinarias no se desgastan. Ah, la ingratitud de los hombres. Ah, gloria y sabiduría que se pagan con sangre humana!
Al lado del monumento de cada Patricio, de cada prócer, de cada sabio, de cada pro hombre y de cada gran mujer, ha debido erigirse un pedestal al esfuerzo y abnegación humanos que aunque dentro del corazón se sintetizan en la palabra Madre, justo es reconocer que podrían concretarse al nombre de mujer, de peona.
En térense: La escritora mexicana Lic. Carmen Vilchis Baz que en esta página les presentamos, se ha hecho cargo de la sección Nosotras en el gran diario de México, EL UNIVERSAL.
Pide su colaboración a las mujeres preocupadas de nuestra América. Ruega que le manden libros las autoras, periódicos, femeninos e infantiles, noticias que se refieran a los niños y a las mujeres de América, asociadas o no, maestras, obreras, campesinas, estudiantes y escritoras; en el hogar, en los oficios y empleos, en la calle.
Señas de Carmen Vilchis Baz: Palenque Nº 31.
Colonia Narvarte.
México.
El Repertorio Americano les pide que la atiendan, que le ayuden en esta noble empresa de bien, de cultura y comprensión. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica