REPERTORIO AMERICANO 59 SELECTA La Cerveza del Hogar ELECTION EXQUISITA SUPERIOR escribió la mejor novela de todas: Babbit, pero después se silenció o se repitió: nunca se superó. Babbit, a pesar de todos sus méritos, no es obra que por sí misma ubique a un individuo en la escala de los genios. Como si Dostoyewsky hubiera escrito solamente Humillados y Ofendidos.
Faulkner se sorbió a Joyce y lo fué devolviendo en novelas en las que supo agregar al naturalismo de su escuela un fuerte temblor dramático y poético. Pero, como su maestro, fué decadente. Su obra reclama a gritos una ideología. una esperanza. por lo menos el remedo de una constelación de ideas con la cual en varillar su hormigón.
Wolf, el apasionante Thomas Wolf, el norteamericano que más cerca ha estado de ser genial si sólo hubiera sido inteligente, produjo un cosmos errático, nebuloso, sin coordenadas. En trozos aislados es quien ha escrito las mejores páginas en prosa de este continente, pero sus novelas, en conjunto, tienen algo de adefesio elefantiásico.
Fué el escritor que se perdió por falta de unas tijeras de podar.
Caldwell sorprendió con la dulzura procaz de un primitivo con su Tobacco Road, pero después cayó en la truculencia y se empapó de pornografía. Una semi cultura que adquirió lo sacó de su arboreal primitivismo y lo dejó en el limbo del mal gusto.
Heminghway publicó una linda novela: Adiós a las Armas. Era fuerte, original, dinámico. Su estilo creó una escuela. Es el padre de una prosa sin adjetivos, en la que imperan el verbo y la sustancia. Pero después comenzó a mixtificarse, a desvirtuarse, hasta caer en eso tan malo que se llama Por quién doblan las Campanas.
Steinbeck sigue un camino lento pero firme, se supera en la medida de sus fuerzas, le pesan un poco las alas, no tiene la insolencia del genio y un siglo de oro no se forma con hombres talentosos sino con monstruos.
Podríamos ampliar la lista con muchos nombres más: Maxwell Anderson, dulce poeta de los complejos: Michael Gold, hombre de una sola gran obra; Cain, pistolero del arte Si quiere suscribirse al Repertorio Americano dirijase a FAXON CO Subscription Agents 83 91 Francis Str.
Back Bay Boston, Mas.
con su estilo rough. Gertrude Stein, especie de ventrilocua de sí misma, amiga de epatar a los epatados. Henri Miller, el enfant terrible del grupo, iracundo y vitriólico, tal vez el más interesante de todos. Pero unos nombres más o menos no alteran el cuadro. Qué es de ellos. Qué se hicieron estos infantes del Tío Sam. Por qué no continuaron ensanchando su generación. Qué han dado en esta otra post guerra. Por qué se empeñan en darle la razón a Shaw. Dónde están las grandes obras que vaticinaban?
Las causas sociológicas, históricas, económicas o políticas de todo esto son claras para muchos (yo también creo verlas claras)
pero no era de eso de lo que quería escribir.
Siempre es mejor abrir paréntesis que cerrarlos. Yo quería sólo constatar un hecho. citar a Shaw. producir en los demás, en los compañeros escritores de América Latina, el mismo escalofrío que la constatación de este hecho me produjo, porque, si los Estados Unidos han sabido escamotearnos tan limpiamente su siglo de oro. no estaremos nosotros en peligro de que nos ocurra lo mismo?
Octavio Jiménez ABOGADO NOTARIO Oficina: 25 vaars al Oeste de la Tesorería de la Junta de Protección Social TELEFONO 4184 APARTADO 338 TÚ EL MAR en la desnuda luz de la mañana, en la encrespada arena de la playa, donde su larga cabellera sueltan esas sirenas de agua que, en leve nado, desde sus grutas de coral y nácar hasta tus plantas llegan y en callada agonía de níveos azahares se deshacen. En el Rep. Amer. Tendida, así, desnuda, en la dorada arena en que las ondas dejan morir su cántico de espumas, estás, la gozadera de los alegres éxtasis del mar.
Te circunda un vibrante paisaje de músicas abscónditas, que tú sientes llegar de los azules huertos siderales, de la oculta morada de la nube, del vuelo juvenil de las gaviotas y de los submarinos paraísos del pez y del coral.
Vientos exploradores luchan por descubrir la bella geografía de tu euritmia, y pasan, llevándose en su fuga, ese perfume de algas y la viva armonía de tu encendido cuerpo tropical.
Patética sirena exultadora: en tu abandono plácido revives el homérico drama de tus bellas y helénicas hermanas, la brisa, envuelta en sales, a tu olfato olores masculinos asperjea haciendo estremecer tu tibia carne, mientras tus ojos miran pasar a la distancia, al alto y duro mástil amarrado, a aque prudente Ulyses que bien te alcanza pero que no escucha la irresistible voz alucinada que surge de tu fúlgida figura.
Orquídea de las frondas tropicales: con tu floral presencia sentido humano das al panorama: algo de ti se filtra en la yodada brisa y algo de tu belleza el alma de las cosas aprisiona.
Por eso hay alegrías en las glaucas marismas espejeantes que rien con su risa de sensuales esencias femeninas.
Por eso el mar, mirándote mujer y flor, furioso se encabrita y hacia tus pies arroja su bufido de nevadas espumas musicales.
Mas, plástica te yergues, con tu adamita veste, iluminada, y eres el símbolo y la imagen claros de un lirico horizonte de cristalinos júbilos que estallan en las ondas coruzcantes, Antonio MONTALVO.
Quito. Ecuador. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica