RÉPERTORIO AMERICANO 51 él casi cien veces, como Amor. o como Cupido. el hijo de Venus. el arquero Dios. etc. Le trata rudamente llamándole ceguecuelo rúín (I. 136; II, 17. rapaz arquero (I, 66. tyrano (1, 3, y otros nom bres ofensivos. Un pasa je típico se encuentra en su segundo poema, fechado en 1580: Ciego que apuntas, atinas, Caduco Dios, rapaz, Vendado que me has vendido, niño mayor de edad, Por el alma de tu Madre, Que murió siendo immortal, De inuidia de mi señora, Que no persigas más.
Dexame en paz, Amor tyrano, Dexame en paz. 1, traste con otros poemas de Góngora que traian de asuntos mitológicos, esta fábula es la excepción que prueba la regla de que nuestro poeta es indiferente a la belleza del mito clásico y desdeñoso de los temas griegos y romanos a menos que le sirvan para sus propios propósitos de brevedad, oscuridad o parodia. Por qué escondía don Luis su ingenio satírico y burlón al tratar del mito de Galatea y Polifemo? Sabía muy bien que su enemigo y compatriota Luis Carrillo y Sotomayor había escrito sobre el mismo tema el año anterior. Es significativo que estos dos enemigos escribieron sobre el mismo asunto poemas dedicados al mismo hombre, el Conde de NieLla. Puede ser que su deseo de sobrepasar a su rival inspiró a Góngora a tratar de la fabula con toda seriedad.
Desgraciadamente Góngora no estaba siempre inspirado a añadir sus innegables toques brillantes a los mitos antiguos. Solamente de la poesía de Ovidic don Luis habría podido Gacar las bellas y trágicas historias de Briseide y Aquiles, de Helena y Paris, de Hermione y Orestes, de Jason y Medea, de Orfeo y Euridice, de Penélope y Ulises. En vano examinamos la poesía de Góngora para hallar los nombres de Agamemnón y Menelao, de Príamo y Hécuba, de Egisto y Clitemnestra, de Pirro y Andrómaca, y de un sinnúmero de ctros. Pero Góngora no quiso tratar de estos temas, con lo cual la literatura española salió perdiendo.
En conclusión, parece evidente que Góngora tenía algún conocimiento del latín y de las obras de poetas romanos como Virgilio, Ovidio y Horacio y otros. Además de su tendencia de emplear su vocabulario u orden latirizados, imágenes y conceptos clásicos, hallamos también su predilección por la alusión mitológica. Su uso de la alusión fué breve, trillado y falto de imaginación, y en último lugar, trató de los temas mitológicos de una manera burlona que no es posible reconciliar con ningún espíritu de admiración y respeto.
Si Góngora hubiera estado convencido de la grandeza y de la belleza imperecederas del nito clásico, probablemente habría tratado de otros temas mitológicos con su singular brillantez característica, para así engrandecer más la literatura de España.
Pero aun en su tratamiento de Cupido, Góngora limita su caracterización del niño dios a unas pocas frases convencionales y sus actividades a disparar sus flechas y atrapar amantes en su red. Ni siquiera menciona a Psique!
En cuarto y último lugar, Góngora no se aprovecha de la mitologia clásica, aquella fuente eterna de inspiración poética, con el respeto y la seriedad que creemos que debiera mostrarle. El poeta parodia bellos mitos y los convierte en burlescos. Los únicos temas que le interesan son los amores trágicos de Hero y Leandro, de Píramo y Tisbe, y de Galatea, Acis Polifemo. Con excepción del último, Góngora ha convertido estos mitos bellos en parodias. Hurtado y Palencia caracterizan los poemas que tratan de Píramo y Tisbe, y de Hero y Leandro romances burlescos sobre temas mitológicos (9. Al empezar a narrar la historia trágica de los desgraciados amantes Hero y Leandro, Góngora describe como éste se lanza al agua para nadar al lado de su amada: Quando el enemigo cielo Disparó sus arcabuces, Se desatacó la noche, se orinaron las nubes. I, 119. Necesito continuar? nos acordamos del gracioso Limón en la comedia famosa de Lope de Vega, Amar sin saber a quién, al saber que las muchachas de Abido pueblo natal de Leandro, son agridulces (I, 119. La madre de Hero tuvo más partos postpartos Que vna baca (I.
341. y, en un pasa je donde compara a Leandro con Narciso, con Orfeo. y con Anfión construyendo las murallas de Tebas con su música, Góngora llama al protagonista de su poema Gran orinador de esquinas (1, 3412. Piramo y Tisbe no la pasan mejor en las manos de Góngora. Pasando en silencio por pasajes menos delicados sólo necesitamos señalar que nuestro poeta llama al héroe Pyramiburro (I, 296. y nos asegura que el error de Tisbe va a hacer a su amante prothonecio (I, 296. El mejor tratamiento de un tema clásico por Góngora es su Fabula de Poliphemo Galathea, y su mejor caracterización es la de Polifemo (II, 36) y Galatea (II, 38. En conLista de personajes y lugares que figuran entre las referencias clásicas de Góngora. El número entre paréntesis indica cuántas veces aparece el nombre en la poesía lírica de nuestro autor. Abido (2)
Caliope (3)
Acis (5)
Calpe (2)
Acroceraunios (1)
Carthago (2)
Acteon (1)
Castalida (1)
Achiles (3)
Caton (2)
Adonis (9)
Catulo (1)
Aganip (2)
Centauro (1)
Alcides (véase también Hércules) Cepheo (1. 12)
Ceres (6)
Alcimedon (1)
Cesar (3)
Alexandro (2)
Cibeles (1)
Amadriadas (2)
Cintho (1)
Amalthea (1)
Cleon (1)
Amarilis (2)
Clio (1)
Amazonas (2)
Cloto (3)
Amor (véase también Cupido) Corinthe (1. 63)
Cupido (véase también Amor)
Amphion (1. 35)
Anacreonte (4)
Cyclope (6)
Anchises (1)
Cynthia (véase también Diana)
Anteon (1. 6)
Aonia (1)
Chiron (1)
Apeles (3)
Daphne (3)
Apolo (véase también Phebo) Dedalo (3. 20)
Delphos (1)
Arachne (1)
Diana (véase también Cynthia)
Argos (4. 17)
Arion (3)
Dido (4)
Arpinas (véase también Tulio) Diomedes (1. 2)
Doris (1)
Arriano (1)
Echo (5)
Ascalapho (2)
Eneas (1)
Astrea (1)
Esculapio (2)
Atalanta (3)
Esterope (1)
Athenas (1. Ethna (3)
Athlante (10)
Europa (4)
Attica (1)
Eurota (2)
Auerno (1)
Euterpe (2)
Augusto (2)
Flora (6)
Aurora (7)
Galathea (13)
Baccho (véase también Líéo. 8) Galeno (2)
Belerophonte (1)
Ganimedes (6)
Belona (3)
Gnido (1)
Brindis (1)
Harpyas (4)
Bronte (1)
Helena (2)
Bruto (1)
Heliades (2. 9) Hurtado y González Palencia: Historia de la literatura española, Madrid, 1932, 3a ed. pág. 538. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica